Por qué Cornejo se abstuvo de votar

El presidente de la UCR nacional fue uno de los diputados que decidió no emitir un voto sobre el proyecto de la IVE que ahora deberá ser tratado en el Senado.

Por qué Cornejo se abstuvo de votar

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

El ex gobernador de Mendoza y actual diputado nacional, Alfredo Cornejo, finalmente decidió abstenerse en la votación del proyecto de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

Resalta la postura del legislador mendocino porque el resultado final de la votación en la Cámara de Diputados de la Nación fue a favor del proyecto . Fueron 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones.

La votación se produjo a las 7:30, luego de un debate de casi 21 horas que al decir de los observadores "levantó temperatura recién al final". En ese contexto, el vicepresidente tercero de la Cámara de Diputados no hizo uso de la palabra y su silencio desde la banca aumentó la incertidumbre por la influencia que representa su postura como uno de los referentes de la oposición. 

Las seis abstenciones fueron de Héctor "Cacho" Bárbaro (Frente de Todos-Misiones), Alfredo Cornejo (UCR-Mendoza), Daniel Ferreyra (Frente de Todos-Jujuy), José Luis Patiño (PRO-CABA), Romina Uhrig (Frente de Todos-Buenos Aires) y Mariana Zuvic (Coalición Cívica-CABA).

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Inmediatamente se produjo la votación, Cornejo hizo circular a través de su encargado de prensa su explicación de su abstención ante el proyecto aprobado y que ahora pasó al Senado de la Nación.

"Esta discusión es oportunista", señala Cornejo en su comunicado.


Cornejo se asienta en el argumento que venía esgrimiendo los días previos a la sesión trascendente. Para el jefe radical, el gobierno peronista ejerce un oportunismo nocivo para tapar las calamidades estructurales socioeconómicas. 

Y contrapone su acción como gobernante de Mendoza que, mediante políticas públicas, "bajó drásticamente el embarazo adolescente".

Cornejo dixit

 Imponer ciertos temas en la agenda mediática, a la fuerza, resulta más que conveniente como cortina de humo cuando no se está cumpliendo con el mandato que se tiene para gobernar. En el caso de Alberto Fernández, recomponer la economía. Todavía mejor, si esos temas despiertan fuertes pasiones y tocan fibras sensibles de la ciudadanía.

¿Quién va a pensar en la recesión económica que no se detiene, en los dolorosos datos de pobreza infantil recientemente publicados, si se está hablando sobre el aborto en el Congreso? 

Mientras tanto, el Senado de la Nación votó un zarpazo a los bolsillos de todos los jubilados y le quitaron recursos a la Ciudad de Buenos Aires. Hay grandes desigualdades que este gobierno ha decidido no ver, inequidades estructurales y profundas. 

Esta discusión es oportunista.

Siempre estuve convencido de la necesidad de afrontar una transformación cultural profunda, de un cambio de paradigma para todos. No obstante, creo que todo se queda en palabrerío insensato y en intenciones inútiles, si no se trabaja desde un Estado inteligente, que actúe eficaz y eficientemente, que no se quede en los discursos huecos, pero llenos de sensiblería; políticamente correctos, pero vacíos de acciones concretas a la hora de combatir el abuso y el delito, en todas sus formas. 

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Cuando llegué al gobierno de Mendoza, en 2015, no había ni un solo albergue para mujeres víctimas de violencia de género. En 2019, ya teníamos 11 financiados por el Estado provincial. 

Durante mi gestión como gobernador redujimos drásticamente el número de embarazos adolescentes. Y lo logramos con la misma inversión en salud, administrando mejor los recursos del Estado. Con políticas de promoción y prevención de salud sexual y reproductiva, con la decisión política de nuestro gobierno de crear un "Plan de cuidado integral de la mujer". Así, la tasa de embarazo adolescente se redujo a niveles históricos en la provincia, alcanzando el 12% en 2017. Hechos, no relato. 

El diputado mendocino es uno de las más consultados por los medios porteños

En este debate entran en juego muchos factores más allá de las opiniones personales. Mi parecer sobre el tema no es lo que cuenta aquí. Todos tendremos, desde nuestra esfera íntima, opiniones más o menos formadas acerca de esto. Tiene que ver con nuestras creencias religiosas, con nuestras experiencias personales o familiares, con la realidad social que nos atraviesa, entre otros motivos. Creo que es respetable que cada quien tenga libertad de consciencia y pueda expresarse si así lo desea. Estamos en democracia, tenemos derecho a militar nuestras ideas. 

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Nuestro partido, desde que se abrió la posibilidad de debatir sobre la legalización del aborto en el Congreso, dio la libertad absoluta a quienes pertenecemos a él para tener una postura u otra, o no, y hacerla pública. 

Creo que esta discusión debe ser tratada con una participación de la sociedad mucho más amplia. Eso se logrará, desde mi punto de vista, con la realización de una consulta popular, a partir de la cual cada ciudadano pueda expresar su opinión. 

En Irlanda, por ejemplo, se realizaron dos referéndum para la legalización del aborto. El primero, en 1983, resultó negativo. Unos años después, en 2018, los ciudadanos irlandeses votaron a favor de legalizarlo. Este es un ejemplo de madurez y eso es lo que necesitamos, no una bomba de humo para ocultar los problemas. Nos urge una muestra de sensatez a la hora de tomar decisiones. 

Ante el rechazo del oficialismo a esta propuesta, como presidente de la UCR y teniendo en cuenta que la mayoría de los Diputados y Diputadas Nacionales de mi partido han votado a favor de la Ley, en tanto, la mayoría de los Senadores y Senadoras Nacionales lo harán en contra, debo estar más posicionado en el lugar de escuchar que en el de hablar, en garantizar que todos los representantes de la UCR puedan expresar sus posiciones a favor o en contra con absoluta libertad. Por ello me abstuve en la votación de hoy.

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