Quincho: El virus, el "Camionero Cero", y enfrían las flexibilizaciones

La trama fina. Cómo se enteraron en el gobierno. El enojo de Suarez. El rol de los intendentes. Los casos que sirven de lección. Lo que viene en la cuarentena. No retrocederían, pero frenan todos los pedidos hasta que aclare. Dificultades muy concretas en el comercio.

Quincho: El virus, el "Camionero Cero", y enfrían las flexibilizaciones

Por: Mendoza Post

Habían armado el plan en secreto. Ni siquiera por WahstApp, sino por video reunión de Jitsi Meet. Más seguro, no hay. El quincho estaba discretamente vigilado por los agentes tácticos de Munives, así es que la cita sería en la casa del Ruso, en Vistalba. Iban a romper la cuarentena, qué mierda. Para comerse un asado como Dios manda. La charla en el grupo ajustó los últimos detalles.

- Y sí, si somos como hermanos...- había dicho el Omar a modo de excusa. Todos, por sus actividades, tenían excepciones para circular. ¿Quién no tiene una? Si hasta a la gente que tiene problemas para acceder a la tecnología, se la tramitan por cincuenta mangos. Ludovico era el que menos ganas tenía.

- ¿Y si nos pescan?

- Dale... que no vamos a hacer como las señoras que fueron a protestar el 25 de Mayo, con banderas argentinas y carteles "Salvemos a la República", diciendo que vamos a ver la hija de la hermana de la Porota.

- ¿En serio?

- Sí, las multaron feo por violar la cuarentena y por normas de tránsito y les secuestraron los autos. Seis señoras mayores de 60 años incluyendo una de 80, y un influencer de esos de Twitter. Los pescaron por las redes sociales y andaban preparando una movida cerca del nudo de Zapata y Costanera, otros merodeaban en las cercanías de la Plaza Independencia. Qué República ni ocho cuartos. Adentro mi alma. El tipo estuvo detenido y zapateó de lo lindo en las redes sociales por las condiciones del calabozo.

- Y bueno... ¿En el Hyatt no había lugar?

- Jajajajaaaaaaaaaaaaa...-

- Callate. ¿Y si nos agarran? ¿Qué decimos?

- Que vamos a la casa de mamá...- escribió el Ruso, y los muchachos cortaron la comunicación.

Horas más tarde, Julián sintió una notificación en su teléfono, y el ánimo se le vino al piso. Luego convocó a reunión virtual urgente en plena madrugada.

- Se pudrió todo muchachos... un camionero contagió a una familia y estuvo como con cien personas. Tres contagios seguros. El horno no está para bollos. Y eso no es todo...

- ¿Qué más?

- En el trozadero no había costillas arqueadas...

...

Los amigos apagaron los celulares y se dispusieron a otra de sus cenas virtuales. Cada uno se las arregló como pudo con la cocina.

...

Los monitores ya estaban en su lugar. Julián había dejado todo el día unos bifes de cuadril en un aderezo de aceite de oliva y tomillo. Sólo eso. Y los iría tirando en la "planchetta" a medida que los fuese necesitando. Los serviría montados en panes que había cocinado él mismo con amasado francés. Cada uno de unos 25 cms. Sobre el pan colocaría una salsa casera de tomates, con oliva, albahaca, ajo machacado y sal. Simple pero efectivo. Y unas papas bravas, para acompañar el "montado". Una generosa botella de Doña Paula Malbec haría el maridaje a la perfección. Los amigos ya estaban conectados. El gordo vinculó la PC al Smart TV del quincho y arrancaron. La cena se armó rapidito alrededor del caso del camionero, excluyente tema de conversación política todo el fin de semana.

...

- Me da cagazo que Rodolfo ponga marcha atrás con todo y salgamos "arando" rumbo al aislamiento duro otra vez... ¿Cómo hacés para meter de nuevo a la gente en su casa? - reflexionó Ludovico. Se había hecho una "pasta nera", con tinta de calamar, y una salsa de hongos de pino, aceitunas negras, vino tinto y anchoas. Pero casi sin condimentos, para dejar que los sabores originales se manifestasen con todo.

Las Heras salió a desinfectar en la zona de los tres casos.

El Omar, el radical-radical-radical del grupete tenía información.

- No. No de momento. Primero va a ver cómo resulta el rastreo de las cien personas que tuvieron algún tipo de contacto con el camionero. Por suerte, los 16 con síntomas dieron negativo. Hay más comprobaciones que hacer y luego ver cómo evolucionan, porque puede que alguno aún manifieste la enfermedad... A ver... aislaron a 39 e internaron a 16. Estuvieron toda la tarde del viernes y la mañana del sábado buscando gente, uno por uno. Les pusieron un móvil en la puerta a los que quedaron confinados. Interrogatorios duros con todos: dónde habían estado y con quiénes. Así llegaron al cumpleaños furtivo.

- Fue tanta la información que me perdí un poco - dijo el Ruso, que se había preparado una "empanada" gallega con pollo, atún, tomate, pimientos, puerro, cebollas y especias, como corresponde. -¿Cómo fue exactamente la "trazabilidad" del camionero? - preguntó. Julián lo resumió:

- El camionero es de acá. Hace unos diez días fue a Buenos Aires a llevar una carga de medicamentos, entre Villa Azul y Quilmes, una de las zonas más calientes del país. Volvió con tos, pero no dijo nada ni se hizo ver. Hizo dos mudanzas. Una, para él, de Las Heras a Guaymallén y mudó a otra gente a Godoy Cruz. La alarma sonó fuerte en los departamentos. Los intendentes involucrados tenían el teléfono al rojo con Rodolfo y con los ministros: Orozco, Marcelino, Tadeo, y Stevanato.

- ¿Matías también? - preguntó el Omar.

- Sí, los tiene a los tres contagiados internados en Maipú. Además es otro intendente importante del Gran Mendoza. En el gobierno ya lo consideran un "primus inter pares", un igual entre los iguales, que son los intendentes. La pandemia apuró todo.

- ¿Y después? - interrumpió el Ruso, que quería saber el destino del camionero.

- Bueno... el camionero estuvo con su familia, que son los contagiados, y partió. El martes, la familia estuvo en un festejo de cumpleaños clandestino. Rompiendo la cuarentena con otra gente. Y el miércoles empezaron con síntomas. Se vivieron horas de una intensidad tremenda. Al camionero lo ubicaron "cuadrando" su teléfono con el GPS porque venía volviendo en "convoy" con otro vehículo, hasta que lograron hablar con él. Le informaron la situación y le pidieron que se venga urgente a Mendoza. Llegó cerca de las seis de la tarde. Lo esperaba una comitiva tipo la del cohete de SpaceX y la NASA, pero en Desaguadero. Los escoltaron (al segundo camionero también) a dejar los camiones, y de ahí lo metieron al "Camionero Nexo 0" en uno de los hospitales, y al otro, en un hotel de repatriados. Ahora hay que esperar, pero en Salud están convencidos de que llevaba el virus con él. No había otra forma posible de contagio de esta familia...- dijo el gordo, y bajó la parrafada con un trago de Malbec. El Omar, que apenas si había probado bocado de su lasaña encargada a una de las casas de pastas de Mendoza, todavía estaba asustado.

Habrá un control más duro de los camioneros.

- Es increíble cómo un caso te puede generar una catástrofe...- reflexionó. El gordo dijo lo que ningún funcionario se atrevería a repetir en un micrófono.

- Miren amigos... no les vino mal esto que pasó. Se sabía que los casos iban a venir. En algún momento iba a pasar. Sobre todo con el transporte. Los camioneros son gente dura, difícil. No le dan pelota a nadie. Ya dijo Moyano que si les rompen las pelotas de más, van a desabastecer el país. Puede que con estos tres casos, ahora se dejen de joder todos los que andan sin el barbijo, los que violan la cuarentena, los que hacen lo que se les canta total piensan que el "Barba" los va a proteger...

- ¿Y los que presionan para pedir que les abran las actividades, como los gimnasios, los clubes, los de las motos de enduro? - preguntó el Ruso. El Omar había estado "midiendo la temperatura" en la Casa de Gobierno, donde cuentan que el Rodolfo estaba como una pipa de caliente cuando se enteró del caso, y tuvo que agarrar el teléfono y decírselo a Daniel Orozco, sobre todo para tratar de transmitirle tranquilidad.

- Les anticipo que esta semana no se va a pedir a Nación la apertura de nada. Nada de nada. Van a esperar la evolución de los contactos del camionero, a ver si hubo un falso negativo. Uno de los chiquitos de la familia que se contagió tiene neumonía. Así es que todos los que estaban pidiendo volver, con el protocolo en la mano, se van a tener que armar de paciencia. Fijate que Mendoza venía flexibilizando a ritmo ligero. Ya faltaba poco, y esto puede ser un tropiezo.

- Me contaron que los que más insistentes están con que les permitan la actividad, son los evangélicos y la Iglesia Católica...-

- Exactamente. Así es. Están intensísimos. El gobernador les mandó a decir que esperen...- dijo el Omar.

- ¿Cómo van a hacer para que los camioneros no hagan quilombo? Les metieron unos controles duros...- preguntó Ludovico, entusiasmado con su "pasta nera" que había llamado la atención de sus amigos.

- Bueno... el de este caso se portó como un caballero. Llegó, se "entregó" a Salud, hizo lo que le dijeron. Les dijo que no había tenido síntomas, aunque su familia contó otra cosa. Respecto de los demás, estuvieron trabajando desde la madrugada del sábado para llegar a algo aceptable. La clave era convencer a los camioneros de que es por su bien. A ver amigos... iba a pasar... A Mendoza entran unos 1.500 camiones por día y el Paso Internacional no se puede cerrar más que por nieve o mal tiempo. Es uno de los "corredores seguros" que definió el gobierno de Alberto. Por tierra son tres, en el NOA, en el NEA y el nuestro. ¿Cómo hacés para controlar dónde se bajan, con quiénes interactúan, dónde duermen, con quiénes están los camioneros? La mayoría viene de Brasil y vuelven de Chile. Los dos países están prendidos fuego de casos de coronavirus. Bueno... ahora los van a controlar... pero ya hubo tres contagios y esperemos a ver cómo anda la semana. Tampoco los podés parar. Hay que alimentar el país y dejar que transite la mercadería...- contó el Omar, y los amigos se sumieron en un silencio reflexivo mientras iban terminando sus platos. El cuadril a la planchetta de Julián parecía trascender el éter con el olor del churrasco a punto. Por un rato, los amigos se olvidaron del camionero y los contagios.

La cena fue llegando a su fin. Después de recoger cada uno su mesa, los muchachos compartieron algo de Whisky irlandés que había quedado de una de las últimas salidas a Europa, cuando el mundo era normal. El Ruso y el gordo se quedaron charlando.

- ¿Cómo estás viendo la mano? ¿Qué se sabe de la economía?

- Viene muy mal. El gobierno ha impreso 800.000 millones de mangos. Es muchísimo. Eso va a volver con inflación alta. Y además no podés hacer otra cosa, porque no hay crédito, ni inversiones, ni nada. La crisis global nos está partiendo al medio. Mirá los locales del centro de Mendoza. Y ahora, los shoppings van a tener que esperar un poco más, encima. Pero nadie está vendiendo suficiente. Los que están laburando, lo hacen al 20 o 30 % de lo que vendían habitualmente. Es un problema serio. La crisis en la calle es muy fuerte. A ver... hay una cadena de venta de bebidas, de las fuertes, que tiene liberados cheques por ocho cifras, total. Mucha plata... y no lo están pudiendo cubrir. Lo mismo uno de los restaurantes más tradicionales. Tiene cuatro palos de cheques sin fondos. Decí que hay una prohibición sobre el cierre de las cuentas. Va a quedar el tendal...

- Mamita querida...

- Y sí. Ni la Santa Madre nos va a salvar de la crisis.

- ¿Y la política?

- Planchada. En el gobierno lo próximo a resolver es el tema aguinaldos. Pero nadie "se mata" por eso en medio de las urgencias. De última los estatales tienen estabilidad laboral y su "jefe", el Estado, no se va a fundir. No podemos decir lo mismo de la mayoría de las pymes de Mendoza. Son épocas más que complejas, y con la gente muy malhumorada. El que está encerrado, y el que no.

- ¿Qué hacían los médicos mezclados ayer con los anti cuarentena?

- Dicen que fue una movida de Ampros y de algo de ATE Salud. En el gobierno estaban prendidos fuego porque dicen que no es cierto que falten insumos. Lo que sí, como estaban rompiendo la cuarentena, a los "polis" y a los preventores que estaban en el centro, se les acalambró la mano de tanto anotar patentes de autos este sábado.

La marcha por el centro de Mendoza, este sábado.

- ¿Irán a poder con la logística de controlar a los camioneros que pasan por Mendoza?

- No les queda otro remedio. El gobierno los tiene que controlar y los camioneros tienen que dar pelota. Y las empresas transportistas tienen que "ajustarse" a la cuarentena, observar los protocolos. Te recuerdo que con el "paraguas" del transporte internacional, acá hubo empresas haciendo "mudanzas paralelas" entre Chile y Mendoza, y a los laburantes los hacían trabajar entre viaje y viaje en Mendoza. Ninguna cuarentena. Si no se ponen serios, van a conseguir que nos encierren de nuevo a todos.

- ¿Cuándo se irá a terminar esta pesadilla?

- Nadie sabe. Y en Mendoza dentro de todo tenemos suerte. Fijate que los 16 contactos más cercanos al camionero dieron negativo. Buenos Aires ya es un despelote. Lo único que pueden hacer es mitigar los casos que vayan apareciendo. Y mirá Chile, Brasil, Estados Unidos, Ecuador. Y no hay vacuna no remedio. Sólo aislarse.

- No doy más...

- Aguantá. No queda otra.

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Los amigos apagaron los televisores y se fueron a dormir. Julián puso una serie de Netflix que le había capturado la atención. "Into the nigth". La primera ficción belga original de la plataforma de streaming. Un fin del mundo donde la gente tenía que huir del sol, hacia la noche, y hacia el oeste.

En un momento, pensó en la pandemia mientras miraba el apocalipsis por TV, y le dio un ataque de risa. Al final somos humanos, y la fragilidad existe.

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