Quincho: Cuarentena "más o menos", súper lunes, y una pelea inesperada

La actividad que Mendoza impulsó y no entró en las nuevas excepciones. Los temores por el "Día D". Cómo se negoció. Bodegueros y Coviar, otra vez en guerra en pleno aislamiento.

Quincho: Cuarentena "más o menos", súper lunes, y una pelea inesperada

Por: Mendoza Post

Día número 30 de la cuarentena. Julián trazó una línea más en la pizarra blanca en la que pegaba las "notas adhesivas" de colores con sus anotaciones de la semana. Ya estaba harto de la cuarentena, sobre todo porque en la calle veía que el cumplimiento era desparejo. Se había cansado de ver gente con el barbijo por el cuello, caminando como si nada, paseando el perro, en grupos, charlando en las esquinas... Una verdadera jarana.

Pensaba en el lunes, día "D" en el que arrancaban un montón de actividades, aunque con esa modalidad de envío a domicilio, delivery, o como le quieran llamar. Mientras, preparaba una salsa bolognesa para sus famosos tallarines de cinta ancha que había amasado por la mañana, y dejado orear en su máquina infernal de secar la pasta. Una joya de tecnología italiana que le habían vendido una vez que fue a una ferretería del centro a buscar un palo de escoba "de verdad, de los de madera..." El vendedor le tomó el tiempo enseguida y le vendió el aparato más extraño que hubiese visto jamás en una cocina. Cuando la pasta estuvo seca, se las mandó a sus amigos con una de esas empresas que llevan y traen de todo, y que cada uno se las arreglase con la salsa.

El Ruso, del otro lado del monitor y conectado con Jitsi Meet, salteaba unos broccoli en manteca y oliva, agregaría unos dientes de ajo machacado, abundante parmesano, y listo. Entretanto, Julián iba armando su bolognesa con carne de lomito molida bien gruesa, salteada en oliva. Enseguida agregaría cebollas, un diente de ajo pisado "a pulso" en la mesada, zanahorias cortadas en juliana, un pimiento picado bien chiquito, orégano, ají, pimentón dulce, un toque de perejil fresco, y finalmente, los tres secretitos de su salsa: un buen vaso de vino tinto, unas aceitunas negras al final, y dos cucharadas de azúcar. Se servía con un sardo abundante, rallado bien ancho.

Tallarines que juegan en Primera División.

- Ruso... podés creer que estuve en un supermercado de ciudad esta tarde, uno con playa de estacionamiento. Los pibes estaban lavando autos, tosiendo encima, con los barbijos colgados del cuello... un desastre... Me parece que esta cuarentena no da para más, porque la ha flexibilizado la misma gente...- dijo en voz alta, como para que su amigo, desde su casa de Chacras, lo escuchase bien.

- Bueno, lo que pasa es eso... que la palabra "flexibilizar" invita a que la gente salga a la calle. Hay una parva de actividades permitidas, más las que arrancan el lunes. Va a ser imposible estar controlando los accesos. Son muchos los autorizados a andar. De movida, todos los comercios del centro pueden abrir el lunes, siempre que vendan productos terminados y los manden a domicilio... Nadie puede abrir al público. Me parece que la policía va a tener que dedicarse más a cuidar que la gente ande con barbijos o tapaboca, que el hecho de que estén "guardados"- dijo el dueño de casa, y se concentró en terminar su salsa mientras sus amigos se iban conectando. Ludovico había hecho un tuco tradicional, con falda, un corte bueno para las salsas, pero que requería de ser "espumado" cada tanto. El Omar, el radical que habla con todos, había armado una salsa picante que aprendió a preparar de las manos mágicas de un "Tano", que había terminado en una cárcel federal aunque nunca se supo por qué. Salteaba cualquier ají bien picante (sin semillas) en un poco de manteca y oliva, hasta que el picante se hubiese impregnado hasta en la sartén. Retiraba el ají, doraba un par de dientes de ajo, y allí mismo metía la pasta ya cocida y escurrida. Revolvía bien, mezclaba con abundante queso, y listo. - Probar estos tallarines es como darle un beso a una diosa del infierno- decía el Omar pegado a la pantalla. El gordo lo gastó. - Dale boludo... son fideos...-

...

Los amigos estaban listos para la cena. Esta vez, todos habían coincidido en acompañar con un "Humberto Canale Gran Reserva" Merlot, de la bodega rionegrina Canale, de las zonas frías. Ideal para una buena pasta casera.

...

La charla se armó rapidito alrededor de lo único que les importa a la mayoría de los argentinos: salir a laburar, la cuarentena, y el virus, más o menos en ese orden según la zona.

- Mendoza es una tierra de laburo y de producción. Los comerciantes están como locos. De los pelos, especialmente los que no pueden trabajar... Es a esos a los que hay que ponerles foco para darles una mano...- dijo el Ruso, muy preocupado. Casi todos sus amigos empezaban a estar en la lona y con dificultades para pagar los sueldos de abril. Enroscó sus tallarines con la cuchara, como los comensales que juegan en primera división, e hizo los primeros honores de la noche. El Omar sabía que en el gobierno no estaban muy contentos con la lista de actividades que comenzarían a andar este lunes.

Todos con tapabocas o barbijos.

- Rodolfo Suarez y los ministros habían mandado dos veces la lista de actividades para volver a arrancar. Primero, antes de la conferencia de prensa que dio Alberto el viernes 10, cuando anunció la prórroga de la cuarentena por dos semanas más, hasta el 26. Y después mandaron otra lista con el formato que pedía Santiago Cafiero, y ahí fue de nuevo el paquete. Pero no incluyeron ni la obra civil privada, que acá la pidieron en primer término, ni las peluquerías...- dijo el radical del grupete. Ya tenía la boca enrojecida del picante de sus tallarines.

- ¿Qué, querés estar elegante en el aislamiento? - dijo el gordo. Ludovico aplaudió divertido. Se había dejado la barba prometiendo que se afeitaría cuando el mundo volviese a la normalidad.

- No sean así, que acá la gente quiere sentirse bien. Vos imagínate los y las que se tiñen el cabello, por ejemplo, para taparse las canas. Van a salir del aislamiento diez años más viejos... ¡Es un tema! - dijo el Ruso, mientras probaba sus tallarines con broccoli.

- Bueno... es verdad... pero veamos la película completa. El gobierno nacional vía Matías Kulfas y Martín Guzmán hizo la primera conferencia de prensa anunciando paquetes de medidas vía bancos con el fondo de garantías del gobierno, y Repro "exprés", exactamente el 16 de marzo. Pasaron un mes y unos días, y las cámaras que agrupan a la mayoría del comercio y la industria pyme de Mendoza, están a los alaridos. La mayoría no trabajó, no cobró, no facturó desde el 20 de marzo... Y no pudieron conseguir los créditos. Que igual son una obligación más, por eso piden tasa cero, como en Chile, o en algunos países de Europa. Miren... Me enteré de hoteleros que están vendiendo el mobiliario de sus establecimientos en las redes sociales, preparándose para seis meses de sequía total, y juntando plata para los sueldos "quemando" lo que pueden... Y te aviso que decenas de comercios "abrieron" igual, con persiana baja pero recibiendo a sus clientes habituales... Hay peluqueros a domicilio... Todo el que pudo, se arriesgó y laburó... - anunció Ludovico. El gordo le contestó desde la "sede central" del quincho.

El presidente, Massa, Kicillof, con intendentes.

- A ver amigos... Tampoco es tan así. Se de empresas que han conseguido los créditos. Alguna vez se tiene que premiar a los que tienen absolutamente todo en blanco y registrado. Pero si alguno anduvo subfacturando, no va a calificar... porque en los bancos te piden la facturación de hace un año, y la de ahora, para comparar. Si perdiste con la cuarentena, es punto a favor. Pero si vendiste en negro... ¿cómo demostrás que perdiste? Es cierto que en un país que tiene la mitad de su economía informal, para muchos comercios de los que no te dan el ticket, va a ser muy complicado conseguir el crédito... Además, hay que poner la "caripela". Si vos ponés la fianza personal, tenés mejor chance. Claro que después si no pagás el crédito, el banco te va a ejecutar a vos antes que el Fondo de Garantía del gobierno nacional. Lo que ocurre es que algunos además de subfacturar, tienen la "de ellos" afuera, o en fideicomisos...- explicó el gordo. Los amigos asintieron en silencio, mientras daban cuenta de los tallarines cada uno en su monitor. Por un instante, el gordo pensó que estaba en una de esas películas del apocalipsis, en las que la gente se guarda en búnkeres. El Ruso contó algo:

- Hubo alguna picardía grande... que en el gobierno la empezaron a desentrañar cuando vieron que los negocios de grandes superficies, ya sea electrodomésticos, o los supermercados más grandes, de pronto te vendían un lavarropas, una heladera o un juego de living por medio de "paquetería". Uno de los ministros anduvo averiguando y se encontró con un viejo compañero de escuela, gerente de cadena, que le dio "la posta": Se habían conseguido una "dispensa" de la Secretaría de Comercio Interior, para poder operar de ese modo. Entonces, los negocios chicos no vendían, y los grandes podían vender de todo. Un desbalance fuerte. Esa fue una de las razones por las que empujaron al comercio minorista al tope de la lista de las prioridades de Mendoza, ahí nomás de la construcción civil...- dijo el hombre de los negocios. El Omar arrugó el ceño. El gordo lo descubrió.

- ¿Qué te pasa?

- Que somos un pueblo de desobedientes, que la cuarentena se relajó, y que ahora hay que poner a funcionar muchas cosas. Fijate, con que todo el comercio del centro abra aunque venda en modalidad "a domicilio", como las librerías la semana pasada, ya vas a tener un impacto muy fuerte en el transporte público. Urgente Natalio Mema a poner más colectivos en la calle, Eso, más consultorios, laboratorios, ópticas... más todos los que ya laburaban... más las casas de pago de servicios, más los bancos, más ATM, vas a tener una parva de gente circulando.

- Sí, pero tienen que cumplir lo del tapabocas, la distancia social, y varios etcéteras...- señaló el Omar.

- Exactamente...-

- ¿Por qué no autorizaron la construcción privada? - preguntó Julián.

- Hubo una negativa expresa de Alberto. No quiere sumar más gente al transporte público. Tampoco se la dieron a Rodríguez Larreta ni a Axel Kicillof, que también habían pedido...- explicó el Omar, mientras pasaba el pan en el plato, con absoluta parsimonia.

- A mí me da cagazo que el virus se escape y que de repente tengamos un pico de casos... Con tanta gente en la calle...-

Controles en el Barrio Cívico.

- Bueno... esto es "On-off". Si se disparan los casos, te van a enchufar otra vez el cierre de toda la actividad comercial, los bancos, y vamos a volver a fojas cero...- dijo el Ruso, mientras leía detenidamente la decisión administrativa que firmaron el sábado Santiago Cafiero y los ministros. -Acá con el virus, vamos bien... hay una cantidad de casos razonable para ser una provincia grande... Y eso fue porque cerramos la "tranquera" con bastante anticipación.

- Te aviso que la ministra Ana Nadal les dijo a Rodolfo y al "Grupo de los cuatro", que el pico de contagios en Mendoza se está corriendo para adelante, más tipo fines de mayo-junio, y que esperan que sea más una "meseta" que un pico...- anunció Ludovico, que había visto las versiones en un grupo de WhatsApp.

- ¿Y eso? ¿Qué es el "grupo de los cuatro"? - preguntó el Ruso.

- Víctor Ibañez, Mariana Juri, Raúl Levrino y Ana Nadal. Son los que tienen la parte operativa de la cuarentena encima. Sobre todo Ana Nadal y Levrino...- explicó el Omar, mientras se servía una copa más del "Humberto Canale".

- ¿Cómo van a hacer con la circulación de gente? Hay muchos policías que se cansaron. Mientras controlan a alguno en la calle, se les pasan un montón por el costado... Ya vi en las redes que unas pibas hacían una fiesta en El Algarrobal. Iris Aguilar, la médica jefa del programa de Inmunizaciones, estaba atacada en Twitter porque la habían invitado a un cumpleaños... ¡Y era la única que no iba! No sé... lo veo feíto...- insistió Ludovico.

- Los canas ya tienen una sobrecarga de cuatro horas más para poder atajar todo... y la verdad es que los controles van a seguir siendo duros. Más gente en la calle, más duro el control... justamente para que no haya gente haciendo "alpedismo"- explicó Julián, mientras iba sacando de la heladera un budín de pan que se había hecho, al que adentro le había colocado gajos de manzanas acarameladas y un toque de canela. Los muchachos miraban como pibe en la vidriera de una juguetería.

- Yo lo que sé, es que ya hay más de cuatro mil imputados por violar la cuarentena. Que el ritmo de a ciento y pico por día desde el 20 de marzo no baja. Y que encima de todo eso, hubo que movilizar por Mendoza a unos 13.000 viajeros entre los extranjeros que despacharon, los mendocinos que vinieron, los de otras provincias, los golondrinas...

- ¿Cuántos laburantes despacharon de las fincas? - preguntó el gordo, mientras cortaba el budín para sí mismo.

- Unos 45 colectivos repletos que fueron a las provincias de origen después de que Rody hablase con cada gobernador. Quedan cuatro o cinco más para mandar... Y ayer, entraron 191 por Horcones. Unos cuántos venían de Ecuador, que es una zona recontra caliente del virus, como ya sabemos. Todos esos, menos una veintena que venía a Mendoza, los mandaron a sus provincias de origen encapsulados desde Horcones hasta Desaguadero. Y a los de acá, a cuatro hoteles del centro, que no te voy a decir cuáles son porque hay gente mala onda que en vez de ayudar, estigmatiza...- dijo el Omar, mientras sacaba de la alacena un dulce de membrillos casero, preparado con frutos de Altamira.

- Sé que había algún enojo en el gobierno con fincas grandes, que se "sacaron de encima" el problema mandando a los golondrinas a la Terminal...- contó Julián, mirando el fondo de su copa.

- Exactamente... pero también es cierto que muchos de los cosechadores ya vienen en cuadrillas, manejadas por capataces que los traen de afuera...- cerró el Ruso, mientras sacaba una crema catalana de la heladera. Los muchachos aplaudieron con ganas.

...

La cena fue llegando a su fin. Los amigos fueron apagando los monitores. El gordo y el Ruso se quedaron conversando en la sala de la aplicación que usaban para las reuniones.

- ¿Otra vez quilombo con los bodegueros, la Coviar y la mar en coche?

- Sí...

- ¿Por?

- Por todo, como en el póquer, o en el mus. El asunto fue que mientras la Coviar acababa de santificar el aumento del 30 % en los aportes bodegueros a la corporación, Bodegas de Argentina se mandó un patinazo espeluznante al calificar de clases "baja y media baja" a la gente que toma vinos de mesa. Fue cuando pidieron que se descongelase sólo el precio del vino embotellado, que está en precios máximos desde hace unas semanas. Un papelón monstruoso. Y te imaginás, del otro lado Pepe Zuccardi y el Eduardo Sancho lo aprovecharon al máximo. Los hicieron quedar para el traste a los de BDA. ¿Cómo vas a calificar así al 45 % de tu mercado? ¿O hay vino para pobres ahora? Y bueno, hubo cruces de comunicados, en el marco de la pelea que vienen teniendo.

- ¿Y eso de no pagar el 30 % de aumento a la Coviar?

- A ver... la contribución es obligatoria para las bodegas... es por ley... y tienen una fórmula polinómica, unos "promedios" donde incluyen el precio del vino y de la uva de la temporada anterior... Y salieron varios a pedir que no se aplique, con apoyo político del Mario Abed, y de Julio Cobos. Los bodegueros, los de BDA que no participan de las reuniones de la Coviar a causa de la pelea, no quieren poner este aporte ahora. Varios de los chicos, tampoco. La verdad, en este contexto de crisis enorme, con muchas pymes del vino ahogadas, poner esta guita para hacer promoción en un mundo que está patas para arriba por el coronavirus... no sé... Mirá... esa pelea va a seguir... hasta que haya un derrotado permanente. O es Bodegas, o es la dupla Zuccardi-Sancho.

- Bueno, pero los muchachos de las Bodegas también pidieron baja de retenciones... ¿justo ahora? No es el momento...

- No. No podés pedir que te bajen los impuestos en una industria que mal que mal pudo seguir trabajando cuando tenés comercios, empresas, y pymes de Mendoza que tuvieron que cerrar por la cuarentena, y no saben si van a pagar los sueldos de abril, o llevar comida a su propia mesa. La verdad, no... No es hora de pedir que te bajen las retenciones.

- Gordo... ¿Cuándo se termina esto?

- Cuando tengamos varios días consecutivos de "cero casos". Paciencia. Llevamos menos de dos meses, la mitad de tiempo que el resto del mundo. Nadie sabe. Pero en el mundo no lo saben. Guardate todo lo que puedas, barbijo, lavate las manos... ¡Y sexo virtual!

- No... te preguntaba por el fútbol...

- ¡Jajajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaa!

...

Finalmente, los amigos apagaron la compu, y se fueron a dormir el sueño repleto de pesadillas inquietantes. Esas que acechan, mientras estamos encerrados.

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