Minería en Mendoza... ¿y si dialogamos?

Minería en Mendoza... ¿y si dialogamos?

Por:Pamela Verasay (*)
Senadora Nacional

 Te escucho cantar "el agua no se negocia" y quiero ponerme al lado tuyo porque pienso lo mismo. El agua vale más que el oro, porque es la fuente del origen de la vida. No vale la pena discutir cosas en las que estamos de acuerdo.

Entonces siento la necesidad de dialogar porque veo que hay personas, tal vez como vos que sienten miedo. Yo quiero vivir en Mendoza; acá nací, acá estudié, acá están mis seres queridos, este es mi lugar en el mundo. Yo tampoco quiero que nuestro hábitat se perjudique, y sé que al gobernador le pasa lo mismo.

No tendría sentido dañar el lugar donde vivimos, por eso a lo largo del tiempo fuimos garantizando con leyes la protección de nuestro lugar. Desde aquel lejano 2007 pasaron doce años donde se promulgaron importantes normas para cuidar lo que te importa, vale la pena recordarlas. La ley de Protección de Áreas Glaciares y Periglaciares 26639; la ley provincial 8896 de Ordenamiento Territorial, ya contábamos con la ley 6045 de Protección de Áreas Naturales Provinciales. Tenemos una estructura jurídica seria para cuidarnos y cuidar nuestro lugar.

Tal vez no hayas podido leer la ley que sancionó la legislatura entonces resulte interesante hacer algunos comentarios. El primero es que esta modificación de la 7722 crea una policía minera específica, una comisión bicameral de seguimiento y contempla el control multisectorial para que podamos estar seguros.

Es muy probable que sepas que la mayoría del agua se emplea en la agricultura, el 81% del agua se usa para riego agrícola y la mitad de esa agua se pierde por el riego a manto tradicional. Es fundamental que podamos contar con los fondos que nos permitan incorporar esas tecnologías de recuperación de dicha agua y esta ley crea un fondo para esas obras. Hay mitos que son inofensivos, pero hay otros que pueden llevarnos a consecuencias graves como la pobreza. Aunque duela hay que decirlo, Mendoza es cada vez más pobre comparada con el resto del país.

Con la posibilidad de tener una minería acorde a nuestras exigencias podremos comenzar a revertir esta situación. Además, podrás constatar que estamos involucrados y entusiasmados con impulsar la economía del conocimiento, en aumentar la generación de energías limpias, como por ejemplo la solar.

Vale la pena que nos escuchemos, vivimos en un mundo complejo. Para fabricar una celda de energía que es el corazón del panel solar, se necesita silicio, para fundirlo además de mucha energía, se necesita cuarzo. El cuarzo y el silicio se obtienen de la explotación minera y ni hablar de la dependencia de la era digital de minerales como el coltán, sin él nuestros teléfonos celulares sencillamente no existirían.

Es interesante saber que las actividades que promovemos son lícitas y controlables. La Nación Argentina tiene un Código Minero desde el año 1887 y las sociedades más avanzadas del mundo tienen sectores mineros muy productivos en lugares donde el entorno humano es saludable. Pienso en Australia, un país enorme y relativamente joven como el nuestro, supo en un período corto de tiempo desarrollar un modelo vitivinícola envidiable, con productos requeridos y valorados en todos los mercados mundo, junto con una minería que ha sido clave en su economía. Y tienen un ambiente humano modelo y unos de los mejores estándares de vida del mundo.

Hay mitos que deben romperse, por ejemplo, conocer que la minería no ocupará más del 1% del agua, la minería no es la actividad económica que consume más acido sulfúrico, ni más cianuro. Lejos de ello sólo el 6% del ácido sulfúrico se usa en procesos mineros. Te invito a investigar y chequear esto por tu propia cuenta.

El gobernador cumplió con la palabra comprometida en la campaña electoral porque sabe que Mendoza necesita crecer y desarrollarse. Nadie quiere perjudicar el entorno donde van a vivir y donde piensa que vivirán sus descendientes. Un ambiente humano dominado por la pobreza no es justo, no es el lugar donde quiero vivir.

Se van a ver múltiples beneficios directos e indirectos como consecuencia de esta decisión, pero si aún así no estás de acuerdo, podés sumar tu energía a controlar que las cosas se hagan bien, como lo va a hacer el gobernador y también la oposición. Está la vía judicial abierta para que presenten sus demandas si se entiende que se violó algún derecho. Para esto vivimos en democracia, para disentir y poder expresarlo.

La democracia requiere compromiso, si vas a ejercer tu derecho a protestar o peticionar a las autoridades es imprescindible informarse, como así también apartarse de los violentos. El sistema de amenazas no es parte del sistema que elegimos para vivir.

Estamos en el mismo lugar, aunque pensemos distinto, dialoguemos.

(*) Pamela Verasay es senadora Nacional (UCR- Juntos por el Cambio)