Cuando un país es injusto: La historia de "Virreinato"

Un país de dos personas. Uno rico y uno pobre. Un ejemplo regional... de desigualdad.

Cuando un país es injusto: La historia de "Virreinato"

Por:Carlos Ponce
Economista

Imaginemos un país de 2 (dos) personas. Un rico y un pobre. Se me ocurrió sólo para matizar, que nuestro país imaginario se podría llamar "Virreinato".

Supongamos para simplificar que en Virreinato se producen todos los años un millón de dólares virreinales ( 1.000.000) que se distribuyen 900 mil para el habitante rico y 100 mil para su conciudadano pobre.

Conceptualmente, las ciencias sociales usan una estadística llamada "Coeficiente de Gini" que mide la distancia entre una distribución totalmente igualitaria, que en nuestro ejemplo sería 500 mil dólares virreinales para cada uno, y la real. A Virreinato, de más está decirlo, el Coeficiente de Gini le daría bastante mal. Sería un país injusto. Bastante injusto. (1) 

Para resolver el tema, los gobernantes de Virreinato apostaron a organizar una economía capitalista altamente competitiva, con moneda estable, sin inflación, exportaciones a todo el mundo y crecimiento económico. Y tuvieron éxito. En pocos  años duplicaron la riqueza que pasó de un millón a dos millones de dólares virreinales. Y no solo eso, consiguieron además que la pobreza extrema bajara y que la distribución del ingreso, cómo se reparte la torta, no empeorase. Sigue siendo 10% para el pobre y 90% para el rico, ¡pero de una torta mucho mayor! Con estos logros terminamos con la pobreza extrema y todos contentos, pensaron satisfechos. El banco planetario, que publica el coeficiente de Gini de todos los países, va a mostrar que no somos más injustos, se dijeron. Y además como nuestros vecinos son un desastre,  nos van a mostrar como un ejemplo regional a imitar.

Los vecinos de Virreinato (2), hay que decirlo,  son realmente un desastre: mientras Virreinato pasó de uno a dos millones de riqueza ellos quedaron estancados en el millón. Tienen alta inflación, endeudamiento, desempleo, planes sociales miserables y están todos peleados entre ellos.  Con estos vecinos y nuestros éxitos, casi podríamos empezar a hablar del milagro de Virreinato, se regodean.

Pero se les pasó por alto un detalle.

Cuando empezó el proceso de expansión, el rico ganaba 800.000 más que el pobre (Rico: 900.000 vs pobre: 100.000 = 800.000 de diferencia).

Hoy, después del milagro económico, el rico gana 1.600.000 más que el pobre. (Rico: 1.800.000 vs pobre; 200.000 = 1.600.000 de diferencia).

Cada uno se lleva el mismo porcentaje pero la diferencia en plata constante y sonante es cada vez mayor.

Junto con el milagro económico también ocurrió que el pobre y el rico tuvieron hijos. Y pasa que los hijos del pobre han empezado a sentirse incómodos con el milagro virreinal. Ellos se tienen que endeudar para ir a una universidad, a veces de dudosa calidad, mientras que los hijos del rico van a las mejores de Virreinato y del mundo. Si se enferman, tienen que ir a un hospital de mala muerte donde además les cobran y los hijos de los ricos se atienden en clínicas exclusivas al nivel de las mejores del reino. 

Mientras caminan y cuentan las monedas para el Metro, ven pasar a los hijos del rico en un auto de alta gama que ellos jamás podrán comprar y que además contamina más que ellos en el tren. Los bancos y las administradoras de fondos virreinales  ofrecen prestamos a tasas bajas y plazos largos   y  atiborran de "tarjetas black" a los ricos para que se compren sus pisos y sigan haciendo negocios, mientras que ellos no consiguen ver la punta por dónde progresar. ¿Cómo hacemos para competir con los hijos del rico si tenemos todas las condiciones en contra?, se preguntan entre decepcionados y enojados.

Y como si fuera poco, el nuevo Virrey es un hombre que quiere profundizar el milagro que a ellos no les llega.

No es casualidad que comenzaran las protestan sociales y las cosas se hayan puesto difíciles en Virreinato. 

¿Ocurrirá una guerra como predijo el nuevo Virrey?  Solo una terquedad extrema de este sujeto debería llevar a una situación así. La experiencia mundial demuestra que el crecimiento y la distribución sí se pueden compatibilizar. Los diez primeros países del ránking de Desarrollo Humano son: Noruega, Suiza, Australia, Irlanda, Alemania, Islandia, Hong Kong, Suecia, Singapur y Holanda. Y hay decenas de ejemplos más. Ninguno abraza las ideas extremas del Virrey, aunque tampoco las prácticas insanas de su desquiciado vecino.

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(1): Recomiendo el paper  "Dos protestas simultáneas pero esencialmente distintas" de Hernán Mena Keymer, 2019. Fue escrito la semana pasada. El autor es economista, PhD de la Universidad de Rochester, NY. Nos brida una explicación impecable de un país parecido a Virreinato.

(2) Juro que pensé mucho tiempo qué nombre colocarle a los vecinos de Virreinato, pero no se me ocurrió ninguno.