Macri está vivo, pero... ¿le alcanza?

El debate del domingo por la noche lo mostró más firme. En la Casa Rosada, el presidente y Marcos Peña son los únicos optimistas, que sueñan con la épica. Los últimos datos. Y qué se dice en el poder.

Macri está vivo, pero... ¿le alcanza?

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Todas las encuestas lo dan como perdedor en primera vuelta. Treinta y un sondeos de consultoras de todo tipo y orientación difundidos antes del último debate; indican que el domingo que viene Alberto Fernández será electo presidente de los argentinos en primera vuelta, con una ventaja que iría de 16 a 20 puntos sobre el presidente Mauricio Macri, y más del 50 % de los votos. El único que no cree en esos números es el propio Macri, que está dando su pelea épica. Si no gana, habrá mantenido fiel la composición de su voto. Lo demostró con la saga del #SiSePuede ideada por Hernán Lombardi en una hoja A4 con trazos gruesos. Lombardi es el "ministro" de los medios públicos, y subió el sábado del escenario a arengar a la multitud en la 9 de julio. En esta parte de la campaña, desplazó a Marcos Peña.

La "marcha del millón" oxigenó al oficialismo.

La movilización del sábado fue muy fuerte. Hayan sido 400.000, o más. Está claro que Macri no quiere irse del gobierno abandonado por "su" gente. Y el último debate lo mostró más sólido, más decidido, y apuntando duro a los flancos débiles del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, especialmente en asuntos como corrupción, destrucción estadística, o control de la justicia y de la prensa. Sorprendió verlo a Macri tan activo, y a Fernández tan contenido. Puede que el candidato del Frente de Todos, quien ya se siente un presidente electo; haya decidido no arriesgar. Los consultores dicen que estos debates no cambian el destino de una elección, ni suman votos. ¿Hay lugar para dudar? Fernández le atacó duro en la economía, el flanco débil de Macri, pero no dio la sensación de haber "ganado" con solvencia. Por el contrario, el round pareció mejor para Macri. ¿Le habrá ayudado la presencia del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba? En todo caso, cada uno fidelizó su voto. Aun corriendo el riesgo, en el caso de Fernández, que Macri haya conseguido entre las marchas y el debate de anoche, "convencer a los que dudan o que están enojados".

Jaime Durán Barba, en el debate.

Para entrar al balotaje, el presidente necesita que vayan a votar a las generales 2,5 millones más de personas, y que al menos la mitad vote por él. Sería una asistencia récord superior a la de 1983.

En la Casa Rosada los ánimos son cambiantes. "Acá los más optimistas son el propio Mauricio y Marcos Peña, que tiene encuestas nuevas, pero aún no las muestran. Han cambiado de consultoras y están haciendo más presenciales, que por teléfono..." dice una fuente con oficina en la sede del poder. El método "presencial" hizo que en Mendoza el encuestador preferido de Alfredo Cornejo, Elbio Rodríguez, acertase un "pleno" de gobernador.

Otras fuentes del gobierno nacional arriman más datos. "Creemos que en Mendoza se dio vuelta, que en Córdoba se agranda la ventaja, y que en los lugares más chicos como Neuquén, Salta, Chaco, o Misiones, donde pasó el #SiSePuede, mejoró el hombre... pero seguimos teniendo un grave problema en el conurbano bonaerense... el drama es qué pasa en Buenos Aires..." se sinceró la fuente.

La movilización del sábado en sí, para el gobierno nacional, movió la aguja. "La marcha, alguna esperanza da... La marea de gente era enorme y eso que los 'metrodelegados' nos boicotearon el Subte. Pero los números, son duros todavía. Las últimas encuestas siguen siendo muy difíciles. Pero hay otra expectativa, estamos activos, fiscalizando en todos lados... en todas las marchas hay un nucleo duro potente... en los lugares amigables estamos bien. El campo se está moviendo mucho... pensamos que hay mucho 'voto enojado' repensándose esta semana" dijo un funcionario con rango de Secretario de Estado al Post.

Banderas en el centro de Mendoza, el sábado.

En Mendoza, la gente del gobierno está monitoreando lo que ocurre en los distritos de alrededor. Una serie de comunicaciones el fin de semana, permitieron establecer que por ejemplo en San Luis, la ventaja a favor del dúo Alberto-Cristina se profundizó. Lo mismo en otras provincias. Aquí hay un "efecto Mendoza" producto del triunfo de Rodolfo Suarez y Alfredo Cornejo. Tanto peronistas como radicales lo meten en sus cálculos para "ganar o perder por poco". Pero si Macri y Cornejo la "dan vuelta" aquí, sería un fenómeno local.

Hay versiones más optimistas. "La gente que sacó sus banderas a los balcones de los edificios, no los llamó nadie para apoyar a Mauricio. Yo creo que podríamos estar en un escenario de segunda vuelta, con un movimiento de abajo hacia arriba que las encuestadoras no están viendo" señala un dirigente del PRO con buen acceso al poder.

Muy probablemente las elecciones del domingo 27 ya están jugadas. La única sorpresa sería que Macri lograse meterse en segunda vuelta.

Hay otro escenario que captó la atención en el poder, a raíz de lo ocurrido en Ecuador, pero sobre todo en Chile.  Ayer,en el corazón del macrismo se relamían por algunos posteos desafortunados  de referentes K,  que aparecían justificando la violencia. Uno de los más comentados, replicados y respondidos fue de la periodista Gabriela Cerutti (@gabicerru en Twitter):

 Varios referentes del espacio oficialista pusieron de relieve esto de "nosotros o el caos" promovido por el kirchnerismo, como frutilla del postre de otra idea: Algunos en el gobierno temen presiones sociales muy serias, para que Macri se vaya antes si pierde en primera vuelta. Este debate que muestra a una Argentina violenta podría empujar -piensan en el laboratorio "M", votos indecisos o pasivos, a los brazos del presidente.

Hasta ahora, la fisura que ha partido al país en dos fue útil a todos, ya que Macri y Fernández estarían cerca de lograr el 85 % de la concentración del voto, entre ambos. Por eso a seis días de las elecciones, la única duda que persiste es si el domingo habrá presidente, o hay que estirar la incertidumbre electoral a una hipotética segunda vuelta, el 24 de noviembre. Si Macri lo consigue, habrá ganado su batalla épica.

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