La experiencia de tener un parto acuático en Mendoza

Cintia Aroma relató cómo es parir en el Hospital Doctor Ramón Carrillo, uno de los tres efectores públicos del país que permite a las mujeres esa modalidad.

La experiencia de tener un parto acuático en Mendoza

Por:Micaela Iannizzotto
Periodista

Cintia Aroma es una mendocina que accedió a la posibilidad de tener a su hijo a través de un parto acuático en el Hospital Carrillo, una de las tres maternidades que están equipadas para este procedimiento en el país. Su hijo Dylan (2) es el tercer niño que nació en la provincia de esa manera desde que se inauguró en agosto de 2017 la sala de Trabajo de Parto, Parto y Recuperación (TPR).

Cintia tenía 21 años cuando se enteró que estaba embarazada de Dylan. Los miedos de ser víctima de violencia obstétrica la alentaron a buscar información sobre alternativas a la hora de parir. Así, supo que en el hospital Carrillo estaban trabajando en la construcción de nuevas salas que permiten el parto acuático.

Cintia Aroma en la sala de parto acuático del hospital Ramón Carrillo

Si bien en Argentina desde el 2004 existe la ley nacional 25.929 de parto humanizado, en la actualidad hay solo tres hospitales públicos que permiten la modalidad de parto acuático: la Maternidad Estela de Carlotto en Buenos Aires, el hospital Roque Sáenz Peña en Rosario y finalmente el hospital Doctor Ramón Carrillo de la provincia.

¿Cómo es el parto acuático y qué lo diferencia?

El parto acuático es una de las maneras de tener un parto respetado. Así, la experiencia que viven las mujeres es totalmente diferente a un parto natural en una camilla del hospital donde las intervenciones médicas son rutinarias. 

Laura Quevedo, partera de guardia del hospital Carrillo, explicó a La Trenza que el hecho de que la mujer esté sumergida en una bañadera con una temperatura del agua de 37 grados permite que se alivien los dolores. Los músculos y los vasos sanguíneos se relajan y dilatan por lo que se reduce la utilización de métodos farmacológicos.

Además se le permite a la mujer el libre movimiento, que pueda elegir la posición, que pueda ingresar a la ducha si lo desea e incluso el uso de la pelota aerodinámica. Y para el bebé es una transición más amable entre el medio acuático que es el útero y el agua de la bañadera. 

Asimismo, Quevedo detalló que se recomienda que la mamá ingrese a la bañera una vez que empezó el trabajo de parto, después de los seis centímetros de dilatación, porque la temperatura del agua y el hecho de que la mujer esté más quieta puede hacer que desciendan las contracciones y que el trabajo de parto se detenga. 

Las primeras fotos de Dylan

Al respecto, Cintia relató: "La experiencia es increíble. Por un momento me asustaba un poco la idea de que al bebé le pudiera pasar algo. En mi inocencia pensaba que se podía ahogar pero me explicaron que como el bebé está adentro del vientre con el líquido amniótico al nacer y seguir sumergidos en el agua recién empiezan a respirar cuando entran en contacto con el aire".

Uno de los puntos de la ley que busca humanizar los partos recalca que las mujeres tienen derecho a estar acompañadas. En ese sentido, Cintia contó: "en todo momento me sentí acompañada. Me permitieron entrar con mi cuñada y el papá del bebé. Tuve un parto como quería, humanizado".

Dylan Fernández el tercer niño que nació bajo la modalidad de parto acuático

Asimismo toda la sala es acondicionada para el bienestar de la mamá y el bebé, desde las luces hasta los sonidos del ambiente. "Cuando nació Dylan estaba prácticamente dormido, abrió los ojos y estaba todo oscuro. En el hospital te ponen música relajante. Estás en plena oscuridad y sentís que estás vos y tu bebé. Para mí era todo felicidad", recordó Cintia y agregó: "recomiendo esta experiencia a todas las mamás, que se animen y que elijan un hospital que las respeten y respeten sus tiempos". 

Requisitos para tener un parto acuático

Para acceder a un parto acuático es necesario cumplir el protocolo de internación del hospital que implica realizar estudios y controles prenatales. Además se requiere que la mujer sea sana, es decir, que no sufra hipertensión, diabetes ni alguna enfermedad infecto contagiosa o de la piel, mientras que la edad no es un problema.

"Hay un rango muy amplio de edad, desde los 15 hasta los 36, pero igualmente si la mujer es sana la mayoría de las veces no hay inconvenientes. Hemos asistido nenas de 13 y mujeres mayores de 40 sin ningún tipo de complicación", explicó la licenciada en Obstetricia, Laura Quevedo.

Números en rojo

Si se trata de números, el país está lejos de cumplir el 20% de partos por cesárea que recomienda la ONU. Solo en Mendoza se sabe que el 30% de los partos se realizan bajo esa modalidad, según un informe que se realizó en el primer Congreso Internacional de Obstetricia. Además a nivel nacional, según datos del ministerio de Salud se trata de un 45% y el número aumenta a 67% si se trata de clínicas privadas

Según datos que aportó Quevedo, en el hospital Carrillo se producen alrededor de 700 partos anuales y solo un 10% se realiza bajo la modalidad de parto acuático.  

Primer observatorio de parto respetado

A partir de la semana pasada comenzó a funcionar en el Hospital Lagomaggiore el primer observatorio de parto respetado. El proyecto que busca el cumplimiento de la ley 25.929 que se sancionó en 2004. El proyecto estuvo a cargo de la socióloga Victoria Pérez quien busca elaborar una guía de buenas prácticas: "Este observatorio nos permite conocer lo que está sucediendo en la institución y, a través de la construcción de datos primarios, ver lo que hace falta para transformar la maternidad tradicional del hospital en una maternidad segura y centrada en la familia".

En ese sentido, Ernesto Olcese, titular de Perinatología manifestó: "es importante que todo el personal de Salud esté involucrado en el buen trato hacia una mujer embarazada y su familia. Respecto de esto, uno de los errores principales es el desconocimiento de la ley, por eso es importante capacitar al personal". 

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