Relatos dramáticos desde el fuego

Una crónica de las llamas que se llevaron todo y dejaron a 60 familias de pobladores de Las Vegas y Valle del Sol solo con lo puesto.

Relatos dramáticos desde el fuego

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

"Se salvaron gracias Dios. Salieron entre las llamas y llegaron a la Ciudad en pijamas. Ahora están vestidos gracias a la donaciones de la gente".

El relato resquebrajado es de Bea Ortiz, que por estas horas hace de vocera de su hija y su yerno, dos sobrevivientes de la quemazón que produjo una mezcla ardiente de cortocircuitos eléctricos y el viento zonda seco y avasallador.

Había escuchado la descripción de Bea antes y me imaginé ese vendaval de fuego enloquecedor y atrapante.

A las 02:00 de la madrugada del domingo Emilia le escribió a su hermano por mensaje de texto: "Se nos quemó la casa". Así de contundente fue la noticia.

Tiro de desgracia

Después Emilia tuvo que pegarle un tiro a su yegua preferida porque no iba a sobrevivir a las profundas heridas y el humo que aspiró.

Las postales que dejó el zonda en la cordillera.

Su pareja Diego logró poner a salvo la mayor parte de los caballos que tenían en el corral, pero en su afán de salvaguardar a los animales casi queda aislado por las llamas y Emilia atinó a sacar su camioneta para disponer un escape.

Evidencias del fuego en una casa de Potrerillos (Foto de Marcelo Aguilar publicada en Facebook).

Cuando Diego y Emilia junto a la perra emprendieron la huida, quedaron bloqueados por el fuego arremolinado que para ese momento ya consumía todo.

El escape de Las Vegas fue desolador, el incendio dominaba cualquier espacio antes poblado.

¿Por qué ocurrió esto? Bea transmite la vivencia de su hija Emilia, de 34 años, que eligió ser una pobladora de la montaña con su pareja de 40.

Narración incendiada que aún arde

"A las 20 comenzó el viento, está registrado porque mi hija me mandó un mensaje y cuando escucharon que se les voló una chapa salieron y vieron los chispazos de los cables que se replicaban en toda la red. Así comenzó todo", detalla la mujer.

"Se nota la ausencia del Estado en estos lugares que son bellos pero están abandonados de servicios. Porque nadie cortó la electricidad como se debe hacer de manera preventiva en los casos viento zonda. Y no lo hicieron porque estaba lleno de turistas", demanda la mujer que ahora organiza la asistencia solidaria para las 60 familias pobladoras que se quedaron refugiadas sin techo.

"Mi hija me contó que los postes (que sostienen el cableado eléctrico) estaban apolillados y que estaban muy debilitados. El viento los tiró con facilidad y el fuego hizo el resto", describe la mujer como una cronista.

Al final de la charla otro hijo de Bea partía en una camioneta con donaciones recolectadas en varios puntos de Mendoza para las personas desoladas por el fuego.

En el Club El Plata de Potrerillos lo esperan para recibir las frazadas y la comida reunida, y también estarán los delegados del Municipio de Luján de Cuyo que deberán explicar por qué no se cortó la electricidad a tiempo antes que los chispazos encendieran el infierno.

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