Qué se siente salvar una vida, o muchas...

Daniela Aguirre (35) es auxiliar de policía. Salvó a una vecina de una muerte segura. Ella, a la vez, es una sobreviviente.

Qué se siente salvar una vida, o muchas...

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Las historias mínimas son las que construyen identidad. De vez en cuando, ocurre alguna de esas que se sale del molde. El jueves de la semana pasada, por la noche, los policías de la Comisaría Segunda de Mendoza, en la calle Capitán de Fragata Moyano de Ciudad, sintieron que la noche se rompía con los gritos desgarradores de una mujer. A apenas metros de la comisaría alguien estaba muriendo, y salieron corriendo. Así nomás, por la calle Río Negro hacia el sur.

La auxiliar Daniela Aguirre, la auxiliar María Soledad Charello y el oficial de servicio Alejandro Toro se encontraron con una emergencia total. Una mujer gritaba desesperada pidiendo ayuda, detrás de una puerta trabada. Lograron entrar, y se encontraron con la vecina adulta mayor que gritaba por su hija de 42 años, que yacía desmayada y sin pulso en una silla. Fue Daniela Aguirre la que tomó la situación y empezó las maniobras de resucitación. Formada en los Bomberos de la Policía y con cursos de la Cruz Roja y de rescate encima, supo qué hacer, mientras los demás calmaban a la madre y conseguían la ambulancia. La mujer ya no respiraba.

Detrás de cada rescatista hay una historia. Daniela empezó las maniobras de RCP hasta que logró recuperar a la víctima. Hija de un rescatista, a su vez, su objetivo es siempre mantener con vida al paciente, traerlo de regreso, hasta que llegan la ambulancia, los paramédicos, o el auxilio profesional que fuese. No fue una maniobra sencilla, cuenta Daniela, porque la mujer estaba sin conocimiento ni pulso, y con patologías varias... Una lesión de cirugía grande, diabetes, hipertensión. Empezó el RCP hasta que la vecina volvió a la vida, y se hicieron cargo los paramédicos. "Tardaron un rato en poder estabilizarla en la ambulancia" cuenta Daniela, aun conmovida.

Auxiliar Daniela Aguirre.

La auxiliar Aguirre es a la vez, una sobreviviente. Regentea un local-escuela de peluquería y estética en las cercanías del Mendoza Plaza Shopping. Lo hace en su "tiempo libre" que como auxiliar de policía en retenes y escribiente, madre de una hija de trece años y gemelas de tres, no ha de ser mucho. Allí les da trabajo a mujeres víctimas de violencia de género. Ella lo fue. "Fui abusada en mi propio lugar de trabajo..." cuenta. En una dependencia policial sufrió abuso, acoso, y maltrato laboral. Una vez le percutaron un arma reglamentaria en la cabeza.

"Como muchas víctimas, al principio no dije nada, traté de arreglar la situación, hasta que no pude más..." cuenta. Su abusador fue retirado de la policía y recientemente condenado por los abusos y tormentos contra la auxiliar Aguirre.  Le dieron seis meses de prisión en suspenso. Ella ha decidido seguir en la policía, donde lleva diez años, y ahora está pendiente de la exoneración del agresor. En ese camino espantoso que le tocó recorrer, conoció a otras víctimas, se hizo estilista, esteticista, comenzó a enseñar. Y ahora divide su tiempo entre la solidaridad con mujeres víctimas, la seguridad pública y su pequeña familia. Cuando puede, aparece en medios comunitarios hablando de cómo reconocer la violencia de género, cómo denunciar y defenderse.

Daniela trabaja junto a la fundación "Hálito de Vida", ayudando a mujeres en situación de violencia. Las capacita en peluquería y estética, para que tengan una herramienta que les permita ganarse la vida y romper ese circulo vicioso en el que muchas dependen económicamente de su agresor.

La hija de Daniela, de 13 años, trabaja en el Instituto.

El jueves pasado en su rol de policía le tocó salvar y traer desde el lado oscuro a una mujer de 42 años que estaba muriendo de un infarto. Aplicó todos sus conocimientos, pero también esa necesidad urgente de "vida" y esa rebeldía ante la muerte que tienen los sobrevivientes. Ella lo fue. El jueves pasado le tocó salvar una vida. Mientras le hacía RCP a esa mujer que no respiraba, recordó a su padre, cuando había salvado a una nena de 2 años. A ella le tocó estar ahí. "Vos hacé lo que tengas que hacer para mantenerla con vida, hasta que llegue el médico" le dijo su padre cuando terminó aquel rescate. Y fue lo que ella hizo el jueves pasado en el Barrio Bombal.

- Daniela... ¿Qué se siente salvar una vida?

- "No tiene nombre... es como la felicidad... es difícil de describir..."