El Gobierno Nacional aprobó un nuevo baremo para evaluar la invalidez en Pensiones No Contributivas. Algunos de los términos en los que se refiere a la salud mental generaron controversias.
La "nueva" clasificación de discapacidades: idiota, imbécil, débil mental
Este jueves 27 de febrero, la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) publicó en el Boletín Oficial la Resolución 187/2025, mediante la cual se aprueba un nuevo baremo médico para la evaluación del grado de invalidez laboral en el otorgamiento de Pensiones No Contributivas (PNC) por Invalidez Laboral.
El baremo, que se aplicará a los nuevos trámites y a las auditorías de pensiones vigentes, establece los lineamientos para determinar si una persona presenta una incapacidad total y permanente del 66% o más de su capacidad laborativa, requisito clave para acceder al beneficio.
La medida busca "estandarizar los criterios de evaluación y transparentar el proceso de adjudicación de las pensiones, otorgadas a aquellas personas que no cuentan con suficientes recursos propios y no están amparadas por un régimen de previsión".
Según la normativa, la incapacidad deberá ser acreditada a través de un Certificado Médico Oficial (CMO), suscripto por un profesional médico de un establecimiento sanitario oficial o de la propia ANDIS.
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Idiota, imbécil, débil mental
Cabe destacar que el documento establece la normativa para la evaluación médica de invalidez en el otorgamiento de Pensiones No Contributivas (PNC) por invalidez laboral, enmarcándose en la Ley Nº 13.478 y el Decreto 843/2024.
En su anexo, la medida establece varias clasificaciones vinculadas a distintos tipos de incapacidades que sean susceptibles para que se otorgue una pensión.
En ese marco, una de las clasificaciones generó polémica en el ámbito de la salud mental. Particularmente, en el segmento en que se analizan los "Retardos mentales", la clasificación utilizada llamó la atención y generó algunas críticas en redes sociales.
La misma se vale de los coeficientes intelectuales (CI) de las personas y otorga una serie de clasificaciones que, según especialistas en salud mental, "atrasan".
"Según el CI los grupos son: 0-30 (idiota): no atravesó la etapa glósica, no lee ni escribe, no conoce el dinero, no controla esfínteres, no atiende sus necesidades básicas, no pude subsistir solo; 30-50 (imbécil): no lee ni escribe, atiende sus necesidades elementales, pueden realizar tareas rudimentarias; 50-60 (débil mental profundo): solo firma, tiene vocabulario simple, no maneja el dinero, puede realizar tareas rudimentarias; 60-70 (débil mental moderado): lee, escribe, realiza operaciones simples, conoce el dinero, puede realizar trabajos de escasa exigencia intelectual; 70-90 (débil mental leve): cursó primaria y a veces secundaria, puede realizar tareas de mayor envergadura. Fronterizos los que tienen CI cercan al normal", establece el documento.
La licenciada Julieta Hidalgo, especialista en salud mental, consultada por el Post subrayó que "nos manejamos con diagnósticos, nunca vamos a usar en nuestra práctica clínica la palabra imbécil, idiota, débil mental. La verdad que suena bastante obsoleto".
Y remarcó que "no se deberían usar esos términos ni siquiera para evaluar lo de la pensión, porque responden a un paradigma anterior de la discapacidad. Son obsoletos y atrasan".
Cabe subrayar que, además, la Dirección Nacional de Apoyos y Asignaciones Económicas de la ANDIS será la encargada de implementar operativamente la medida y capacitar a los profesionales responsables de su aplicación.
Le medida lleva la firma de Diego Spagnuolo, director de la Agencia Nacional de Discapacidad. Con esta resolución, el Gobierno busca reforzar los controles sobre el otorgamiento de estas pensiones y garantizar "que lleguen a quienes realmente las necesitan". La medida ya entró en vigencia y será aplicable a todas las solicitudes y revisiones en curso.
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