El chico que fue de camping con amigos y nunca volvió

La historia de un caso conmocionante en San Rafael. Se cumplen 42 años de la desaparición. Qué fue de los protagonistas de aquel incidente que nunca llegó a juicio.

El chico que fue de camping con amigos y nunca volvió

Cada 12 de enero desde hace 42 años, en la familia Garavaglia de San Rafael reina un silencio como de velorio. Sus vecinos y allegados evitan tocar el timbre de la casa de la familia en calle Bufano al 200 de la ciudad cabecera del departamento sureño.

Eso sucede porque el 12 de enero de 1979 esa familia tomó conocimiento a partir de un llamado telefónico a las 21, de que Oscar, de por entonces 17 años, había desaparecido en la zona de El Nihuil mientras pasaba unos días de campamento junto con cuatro amigos y el padre de uno de ellos.

El grupo estaba compuesto por los jóvenes Oscar Garavaglia, Daniel Vidalled, Alfredo Alonso Decarre, Horacio Nardoni y Julio Pérez Sierra, todos entre 17 y 18 años, jóvenes de clase media; el mayor que estaba a cargo era Atanasio Pérez Confetti (padre de Pérez Sierra). De esas seis personas, uno (Oscar) está desaparecido; y tres de ellos murieron.

Los jóvenes habían salido de San Rafael dos días antes, el 9 de enero, y se instalaron en el Club de Pescadores de El Nihuil. El día 11, uno de los adolescentes -Alonso Decarre- regresó a la ciudad porque se había accidentado. Al día siguiente (el 12), según los testimonios de los que quedaron con Oscar, salieron a cazar piches en un campo abierto cerca del cerro Nevado.

Los más jóvenes se dividieron en dos grupos para salir de expedición y se juntarían a las 20 -aún de día para la época del año- en la camioneta de Pérez Confetti que los esperaba. Llegaron los tres menos Oscar. Esa noche fue que llamaron a los Garavaglia para informarles de la desaparición.

La foto del DNI de Oscar, la única que se conoce.

En San Rafael no se recuerda una búsqueda tan intensa en la zona de El Nihuil. Llegaron a ser más de 400 personas las que rastrearon las huellas del chico que nunca regresó del medio del campo. Enseguida, y ante la falta de novedades concretas, comenzaron las acusaciones de los Garavaglia contra "el grupo" (como ellos llaman a los que estuvieron con Oscar).

Entre esas acusaciones, una de las hermanas de Oscar, en medio de la búsqueda, dijo que la mamá de Nardoni (de nombre Ada) llevaba colgada una crucecita que era de su hermano.

Averiguación de paradero

En la faceta judicial, el caso recaló en el juez de instrucción de San Rafael, Carlos Bernaldo de Quirós, quien caratuló al hecho como "averiguación paradero". En los años que tuvo el expediente en su poder -1979-82- Bernaldo de Quirós no logró grandes avances, pero sí muchas críticas de parte de los Garavaglia.

La única persona detenida por esos años fue un sujeto que quiso cobrarle un dinero a la familia del desaparecido a cambio de datos: resultó ser un vivillo que estuvo preso por horas y que no tenía idea del caso.

Entretanto, el juez De Quirós, en una medida que muchos consideraron como delirante, llegó a convocar a su despacho a Fabio Zerpa (especialista en ovnis) porque no descartaba la posibilidad de que el chico hubiera sido "abducido por una nave extraterrestre". Por supuesto, los dichos de Zerpa no aportaron nada acerca de la desaparición pero sirvieron para desviar la verdadera pesquisa que seguía empantanada desde el primer día.

Familias enfrentadas

A partir de la desaparición, los Garavaglia rompieron relaciones con las familias de los involucrados. Mientras que el caso no prosperaba, por más que el DNI de Oscar apareciera en la casa de Ada Nardoni -esposa del hombre mayor que estaba a cargo de los adolescentes en el viaje- días después de que el chico se esfumara.

Esa enemistad traspasó generaciones: aún hoy ningún Garavaglia se habla con los familiares de los involucrados ni con sus descendientes.

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Los años pasaron sin novedades en el expediente y cada 12 de enero, en la casa de los Garavaglia reinaba un silencio del que nadie hablaba pero todos entienden. Luego el expediente se quedó sin juez, lo que hablaba de la escasa voluntad de esclarecer el caso. A tal punto llegó la desidia que el secreto de sumario se prolongó por 18 años y tres meses.

Novedades

Recién el 22 de abril 1998, el juez de instrucción de San Rafael, José Luis Martino -quien había tomado el caso en 1989- mandó a detener a tres personas: acusó del homicidio de Oscar Garavaglia a Pérez Sierra y Vidalled; mientras que a Ada Nardoni le endilgó el delito de encubrimiento.

Los otros dos sospechosos habían muerto: a Horacio Nardoni lo asesinaron en San Luis en 1989, lo hizo el novio de su empleada doméstica. Mientras que el hombre mayor, Atanacio Pérez Confetti falleció en la calle de un infarto en 1992.

Aquellas intempestivas detenciones conmocionaron a la ciudad de San Rafael. "Después de 19 años, tres detenidos por el caso Garavaglia" titularon los diarios. Sin embargo, nada pasó. Los acusados estuvieron detenidos pero no se les pudo comprobar ninguna participación: todos se aferraron a lo que habían declarado en 1979 ante Bernaldo de Quirós. Y todos quedaron libres. Hacia mayo de 1999 el caso Garavaglia prescribió y los tres imputados fueron sobreseídos definitivamente. Unos años más tarde, mientras pescaba con uno de sus hijos justamente en la zona de El Nihuil, Pérez Sierra murió de un infarto: era el tercero de los involucrados que moría.

En 2005 en la ciudad de Mendoza, poco después de que sufriera un feroz asalto en su casa, fallecía el abogado Bernaldo de Quirós, primer juez de la causa. Por esa sucesión de muertes es que algunos consideran al caso Garavaglia rodeado de un aura de desgracia.

Daniel Vidalled, hoy arquitecto y único sobreviviente de aquellos cinco que estuvieron el 12 de enero de 1979 en El Nihuil, nunca quiso hablar del caso con la prensa por más que fue consultado en varias oportunidades. Otro tanto sucede con el hoy odontólogo Alonso Decarre, el que se fue del campamento un día antes de la desaparición de Oscar.

Restos

En marzo de 2004, otra noticia convulsionaba a San Rafael. A 25 años de la desaparición de Oscar Garavaglia, una mujer de nombre Carmen -quien estaba a punto de morir- le dijo a su hija que un puestero de la zona del Cerro Nevado llamado Nolasco González le había confesado que Garavaglia había sido asesinado y enterrado. La hija de Carmen dio a conocer la versión de su madre y el comentario llegó a la policía.

Durante doce días se excavó en la zona donde según la mujer estaría el cuerpo, pero otra vez no hubo buenas noticias para los Garavaglia. Los huesos hallados en el medio del campo pertenecían a indígenas, según indicaron los forenses.

Esa fue la última luz de esperanza que se apagaba para la familia afectada. Porque el caso ni siquiera llegó a juicio.

En 2009, la Suprema Corte de Mendoza ordenó a la Provincia el pago de 120 mil pesos para los Garavaglia en concepto de indemnización por denegación de justicia. "La verdad es que la plata no nos importa nada, nosotros queremos saber la verdad de lo que pasó", dijo en su momento Nieves, mamá de Oscar.

Sin noticias

Desde aquella vez, no hubo noticias rutilantes en torno a la desaparición más misteriosa y angustiante que se recuerde en San Rafael.

Los cuatro hijos de Nieves y Oscar Garavaglia les dieron nietos que ya son jóvenes y que están al tanto de la historia del tío que una vez se fue de campamento al campo y nunca regresó.

Por eso saben que los 12 de enero no hay que tocar el timbre en la casa, para que a los abuelos, que ya están grandes, no les invada la ilusión de que sea Oscar, que ha vuelto de su limbo después de 42 años.

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