El presidente del Club Independencia, cerca del límite entre Capital y Las Heras, comentó los cambios que se gestaron en el club para sortear desafíos y adaptarse a los tiempos.
La "resistencia" de un club de barrio de Capital durante 70 años
En Ciudad de Mendoza se encuentra el Club Independencia, cerca del límite con el departamento de Las Heras, una institución que, como muchos clubes de barrio, ha enfrentado enormes desafíos, caracterizándose por su resistencia a lo largo de casi 70 años.
Fundado en 1956, el club ha sido un pilar de la comunidad, ofreciendo un espacio de encuentro y recreación. Sin embargo, los tiempos cambiantes han obligado a sus dirigentes a adaptarse y reinventarse para mantener viva la esencia de este lugar.
Antonio González, su presidente, lideró un proceso de transformación necesario para garantizar la continuidad de la institución. A pesar de las dificultades, la perseverancia ha sido clave.
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Con un enfoque renovado y un espíritu de colaboración, el Club Independencia busca seguir siendo un lugar de pertenencia y crecimiento para todos sus socios, demostrando que la verdadera independencia radica en la capacidad de reinventarse y adaptarse a los tiempos. Antonio, en declaraciones a diario el Post, comentó los cambios que se gestaron en el club.
"Anteriormente, la cancha de bochas no se utilizaba, por lo que decidimos transformarla en un gran tinglado que ahora alberga un gimnasio. Además de este gimnasio, hemos realizado diversas modificaciones que han embellecido el lugar. Contamos con un salón de fiestas con capacidad para 100 personas, equipado con baños privados. También tenemos un quincho para 70 personas, ideal para eventos y asados", explicó.
El club también ofrece tres canchas de pádel, dos canchas de blindex y una cancha de fútbol, que es utilizada por los chicos del colegio San José. "Además, disponemos de 22 cocheras que pertenecen al club", agregó Antonio.
Membresía
Sin embargo, el presidente admitió que la membresía es baja, lo que se debe a las limitaciones en los servicios ofrecidos. "En cuanto a la membresía, no tenemos muchos socios debido a la limitación en los servicios que podemos ofrecer. Esto se debe a que hemos terciarizado la administración de varias instalaciones para mantenerlas. El club fue fundado en 1956 y, lamentablemente, la falta de solvencia nos llevó a esta medida. Las comisiones directivas se desmantelan con el tiempo, y es difícil mantener una estructura activa".
Ser presidente de un club
Antonio González, quien asumió la presidencia en 2013 tras haber sido tesorero, destacó los esfuerzos realizados para mejorar las instalaciones. "A partir de mí gestión, hemos realizado muchas mejoras, como la renovación del salón de fiestas, donde se embutió la electricidad y se añadieron baños internos. Sin embargo, ha sido un desafío reunir los fondos necesarios para estas obras".
El presidente también recordó los tiempos difíciles durante la pandemia, cuando el club enfrentó deudas significativas. "La recaudación provenía principalmente de las cocheras, y aunque las actividades de bochas no eran suficientes, hemos logrado estabilizar la situación. Durante la pandemia, enfrentamos deudas significativas, pero gracias a un convenio con la municipalidad, hemos recibido apoyo y estamos al día con los pagos".
Concluyendo, Antonio expresó su compromiso con la institución. "Ser presidente de un club implica un gran compromiso. Afortunadamente, cuento con el apoyo de un abogado y una secretaria, además de algunos miembros de la comisión que colaboran. Estamos trabajando para que el club continúe avanzando y mejorando", finalizó.
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