La NASA descubre cómo los árboles podrían anticipar erupciones volcánicas

La agencia espacial de Estados Unidos y el Instituto Smithsonian detectaron que el verdor de los árboles cercanos a volcanes podría funcionar como un sistema de alerta temprana. La señal, que se observa desde satélites, ofrece una nueva herramienta para anticipar catástrofes naturales.

La NASA descubre cómo los árboles podrían anticipar erupciones volcánicas

Por: Mendoza Post

Durante años, la humanidad se ha enfrentado a la incertidumbre que rodea a los volcanes: gigantes dormidos capaces de cambiar la vida en cuestión de minutos. Ahora, un hallazgo reciente de la NASA y el Instituto Smithsonian podría ayudar a anticipar su furia gracias a un aliado inesperado: los árboles.

Un equipo de investigadores descubrió que las copas de los árboles cercanos a volcanes activos podrían transformarse en centinelas naturales. La clave está en el dióxido de carbono (CO) que libera el magma ascendente antes de una erupción. Este gas se filtra por las fisuras del suelo y llega hasta las raíces de las plantas, que lo absorben y, en respuesta, incrementan su verdor y densidad foliar.

Aunque este fenómeno se conocía desde hace años, hasta ahora la única manera de detectarlo requería estudios de campo con sensores de gas. Gracias a satélites como Landsat 8 y Sentinel-2, los científicos lograron medir desde el espacio la intensidad del verdor de la vegetación utilizando el índice NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada), una herramienta clave para monitorear la salud de las plantas.

El volcán Etna en Italia ha sido uno de los casos más analizados. Entre 2011 y 2018, las imágenes satelitales revelaron picos de verdor que coincidieron con aumentos de CO y actividad magmática. Este hallazgo se fortaleció con misiones como AVUELO, que combinan observaciones satelitales con vuelos de reconocimiento y muestreos en terreno.

El estudio, publicado en la revista "Muy Interesante", también llegó a América Latina. Durante la misión de marzo de 2025 en Panamá y Costa Rica, se tomaron muestras de hojas cercanas a volcanes como el Rincón de la Vieja, confirmando que los árboles reaccionan ante el CO liberado por el magma en ascenso. Este descubrimiento podría mejorar la detección temprana de erupciones en zonas de difícil acceso.

Sin embargo, los investigadores reconocen ciertas limitaciones: no todos los volcanes tienen bosques cercanos ni todas las especies vegetales responden igual al aumento de dióxido de carbono. Además, fenómenos como incendios, enfermedades o variaciones climáticas pueden alterar el color de las hojas y generar señales engañosas.

Aun así, este método se perfila como una herramienta valiosa para la vigilancia volcánica remota y constante, sin necesidad de exponerse al peligro. La combinación de tecnología espacial, geología y ecología está revelando nuevas formas de anticipar desastres naturales y, de paso, comprender mejor cómo reaccionará la vegetación a las concentraciones de CO en un planeta en cambio constante.

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Con este hallazgo, las copas de los árboles se convierten en un nuevo eslabón de la ciencia aplicada a la gestión de riesgos naturales. Y aunque no hablen, su verde inusual podría ser la voz de alarma que necesitamos para estar preparados.

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