La aspirante de la Armada recibió varios golpes durante una instrucción, pero algunos compañeros hablan de un Cabo con el que había tenido una relación "que terminó mal".
Brisa Páez: testigos dijeron que pudo haber motivos personales en el golpe
La causa que lleva la jueza Sandra Arroyo Salgado por las lesiones que sufrió Brisa Páez, una aspirante de la Armada Argentina durante un ejercicio de entrenamiento antidisturbios, podría derivas en una causa por violencia de género.
El pasado 4 de abril, durante los entrenamientos, Brisa recibió una patada en su escudo, pero la fuerza la hizo caer y tardó varios minutos en poder reincorporarse. Luego dijo que tenía dolor de cabeza y de espalda, y ahí comenzó lo que terminaria con la joven aspirante en coma.
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Según reconstruyó la Justicia, el ejercicio estuvo plagado de irregularidades: escasa preparación, uso excesivo de la fuerza y un contexto violento que algunos calificaron como desmedido. Varios testimonios coinciden en que los instructores actuaban como supuestos "manifestantes" y que durante el simulacro lanzaban objetos, empujaban y golpeaban con brutalidad a los participantes, entre ellos Brisa.
Uno de los momentos más críticos se dio cuando, según relató un compañero, un cabo ejecutó una "patada voladora" que impactó de lleno en el escudo de Páez, haciéndola caer de espaldas. No fue el único golpe. La joven recibió varios impactos durante la instrucción, a pesar de mostrar signos evidentes de malestar. Terminó con un hematoma visible en la frente, dolores intensos y una parálisis parcial del cuerpo que encendió todas las alarmas.
El traslado médico tampoco fue inmediato. Páez debió esperar atención en sanidad ante la ausencia de personal médico disponible. Cuando finalmente fue derivada al Hospital de Campo de Mayo, su cuadro se agravó rápidamente y fue trasladada de urgencia al Hospital Militar Central. Allí permaneció en coma inducido durante una semana para evitar convulsiones.
El giro en su evolución llegó tras la intervención del prestigioso neurólogo Ignacio Previgliano, quien detectó pequeñas lesiones cerebrales en la resonancia y propuso un cambio en el tratamiento que, según los padres de Brisa, "le salvó la vida".
Más allá de la investigación de los protocolos de los ejercicios de la Armada, distintos testimonios abrieron la posibilidad de que existiera una motivación personal. Es que algunos compañeros sugieren que Brisa habría tenido una relación sentimental con uno de los cabos involucrados, la cual terminó en malos términos. Incluso se mencionó que el cabo habría instado a otro superior a "darle con todo" a Brisa.
Mientras tanto, Brisa salió del coma y pudo liberarse del respirador artificial, pero su estado sigue siendo delicado.
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