"Cualquiera puede sufrir un ACV"

La única "Unidad de Stroke" de Mendoza para atender emergencias cerebrovasculares está en el Hospital Santa Isabel de Hungría. Cómo ganar tiempo para evitar una muerte probable. Cómo trabajan. Testimonios de médicos, y de una paciente. Los síntomas "guía".

"Cualquiera puede sufrir un ACV"

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

"Sentí el sonido del despertador... lo tengo puesto para llevar a las nenas al colegio... y lo apagué... no me pude levantar... Mi marido me habló... me preguntó '¿gorda estás bien?' y no le pude contestar. No me salieron las palabras... sentí que se me había caído un lado de la boca, y ya no podía mover la mitad del cuerpo. Como pudieron, me metieron al auto y me llevaron a un hospital..." El testimonio es de Alejandra (53), una paciente internada en la Unidad de Stroke del Hospital Santa Isabel de Hungría, la única en Mendoza. Se trata de unidades especiales, multidisciplinarias, preparadas para recibir, atender, tratar y rehabilitar a pacientes que hayan sufrido un ACV. El entrenamiento que hacen incluye a personal administrativo, choferes, y por supuesto a médicos y terapistas. Hasta toman los tiempos como en los "pit stop" de la Fórmula Uno. El tiempo cuenta. Luego de un ACV, mueren dos millones de neuronas irrecuperables, por minuto.

Alejandra, vivaz, habla sin problemas para contar su experiencia en rehabilitación. Le hacen colocar unos conos arriba de un larguísimo "palo de escoba" y lo resuelve con precisión. "Esto me pasó el viernes 15 de octubre, y de a poco me estoy recuperando... Pasé por terapia intensiva, recuperé el habla, el movimiento..." cuenta esta comerciante de Chacras de Coria. Y sigue sus ejercicios bajo la atenta vigilancia del fisiatra Santiago Falconi. En el caso de Alejandra, el tiempo y la rápida acción de la familia ante uno de los síntomas más característicos de un ACV, fueron claves. La llevaron primero al Hospital Español donde fue intervenida, y de allí a la Unidad de Stroke. Ahora está internada en esa área del Santa Isabel de Hungría, en Guaymallén, más conocido como el "Hospital de los Camioneros". Uno de los establecimientos de salud más modernos, equipados y amplios que hay en la provincia, donde cualquier persona podría atenderse ante una emergencia. Muchos salvamos la vida en ese hospital, durante el trance más duro del Covid.

Alejandra, trabajando con los terapistas.

El médico director Leonardo Barbato, cuenta que decidieron años atrás invertir en una Unidad de Stroke, porque veían que la prevalencia de este tipo de patología iba en aumento en personas de todas las edades. Envió profesionales a ver distintas unidades parecidas en Buenos Aires, y así arrancaron. Comenzaron a trabajar en 2019. Es el único lugar de Mendoza que tiene neurólogos las 24 horas, todos los días del año, para atender emergencias cerebrovasculares y saber qué hacer en el momento, de acuerdo a la intensidad, tipo, síntomas y otras características de los accidentes cerebrales, que en muchos casos pueden provocar discapacidades permanentes muy severas, o aún la muerte.

Leonardo Barbato, director médico del Hospital Santa Isabel de Hungría.

"Cualquiera puede sufrir un ACV... generalmente se asocia a personas mayores... pero cualquier persona puede sufrirlo... un joven, un niño..." dice Marcos Graña, neurólogo clínico jefe de la Unidad de Stroke del hospital. La neuróloga Carina Fernández es la coordinadora. Conducen un equipo de unas 20 personas, orientadas exclusivamente a ganarle tiempo a la muerte en dominó de las neuronas, cuando ocurre un ACV. "Llevó 20 años educar a la gente respecto de síntomas cardíacos, por ejemplo... por eso la difusión es clave" dice el médico. Hoy 29 de octubre es el "Día Mundial del Ataque Cerebro Vascular", instituido en 2008 por la Organización Mundial de la Salud. En esta fecha, se concientiza sobre estos incidentes en todo el planeta.

Dato: Cada cuatro minutos, una persona sufre un ACV en la Argentina

"En Mendoza empezamos a poner más foco en la neurología clínica desde 2012, con residencias importantes en varios hospitales..." cuenta Graña, con lo que la detección precoz de estas patologías fue mayor. Y pone el foco en el tipo de pacientes que llegan, y en el funcionamiento de la Unidad de Stroke. "El principal factor de riesgo es la hipertensión arterial. Sólo un tercio de los pacientes hipertensos está diagnosticado. De ese tercio, apenas un tercio está bien tratado... Si vos te comés un paquete de papas fritas, que puede pasar, tu organismo va a tardar una semana en eliminar esa sal... y no todo el mundo lo sabe... en un universo de hipertensos sin diagnosticar o sin tratamiento adecuado" indica Graña. "Lo que hacemos en la Unidad de Stroke - explica- es, primero, acelerar mucho y correr para ganar tiempo en el manejo del paciente. Los minutos cuentan... tanto, que preparamos incluso al personal administrativo que dispara el código rojo, a los choferes, tomamos los tiempos como en los pit stop de la Fórmula Uno... y procuramos bajarlo... Luego, vamos haciendo la tomografía, aquí hay neurólogos las 24 horas, y se disponen las primeras acciones... si se requiere respiración mecánica... o alguna otra intervención... La Unidad de Stroke es un espacio físico, un ambiente adecuado donde internar, tratar y rehabilitar al paciente" dice Graña. "Sumamos recurso humano para tratar específicamente estas patologías, neurólogos H-24, psicólogos, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, más la Unidad de Terapia Intensiva que muchas veces debe intervenir, y la medicina general del hospital" dice. La Unidad de Stroke puede albergar hasta cinco pacientes a la vez. Es la única en Mendoza, aunque hay algunos "Stroke teams" (equipos ACV) en otros hospitales. En esta unidad además se concentra equipamiento para los neurocríticos, como un tomógrafo multicorte, equipo de resonancia magnética nuclear de 3 Tesla, angiógrafo 3D, entre otros.

Carina Fernández y Marcos Graña, neurólogos.

La carrera contra el tiempo es clave. Lo explica la neuróloga Carina Fernández. "Estamos muy estandarizados, con la práctica, las personas que están en la unidad saben todo el tiempo qué hacer, desde el momento en que un servicio de emergencia, o la guardia, nos avisan que una persona perdió el conocimiento y es sospechosa de ACV" indica. Lo primero es hacer el triage del paciente que ingresa, para hacer el diagnóstico primario. Puede suceder incluso que una persona que está esperando atención y que no sabe lo que le ocurre, tenga un ACV. Y hasta los administrativos saben distinguirlo y activar el código rojo.

Lorena Parra, jefa de la UTI.

Es que el ataque cerebral es una emergencia que requiere atención médica inmediata y específica. Y el objetivo central de una Unidad de Stroke como la del Santa Isabel de Hungría es minimizar los tiempos de atención de los pacientes que sufren un ACV. Una vez que se recibe a la persona afectada se inicia un protocolo de abordaje multidisciplinario que involucra a enfermeros, camilleros, técnicos en imágenes y de laboratorio, médicos en guardia externa y médicos neurólogos en guardia en la Unidad de Stroke. También el equipo de neuro intervencionismo endovascular y neurocirugía, en caso de ser requeridos. Todo el procedimiento tiene como foco la inmediata atención integral de este cuadro agudo. Desde la puesta en marcha de la Unidad, el Hospital Santa Isabel de Hungría ha asistido a más de 250 pacientes con enfermedad cerebrovascular, tanto en abordajes de urgencia como programados. Muchos pudieron salir caminando del hospital. Eso es lo que se consigue al ganar tiempo. "Y esa es nuestra mayor satisfacción" dice Lorena Parra, jefa de la UTI del Hospital. Fue una de las profesionales que viajó a ver Unidades de Stroke a otros sitios.

Contar con una Unidad de Stroke salva vidas y disminuye el posible daño o las discapacidades permanentes y graves. Una de cada 2,5 personas que llega a la Unidad de Stroke y requiere de atención compleja, tiene posibilidades de salir muy bien y con pocas o nulas secuelas de un ACV isquémico.

Los médicos explicaron las características de la Unidad de Stroke.

"Claro que hay que trabajar en reducir los riesgos... vida sana, ejercicio, buena alimentación... no alcanza con que los pacientes hipertensos tomen su pastilla... deben modificar hábitos" explicó la neuróloga Carina Fernández.

La detección del ACV

Es indispensable detectar los signos del ataque cerebral (ACV), lo más temprano posible. Una consulta inmediata puede reducir eventuales discapacidades o riesgo de muerte. Estos son los síntomas que se deben observar:

- Debilidad o imposibilidad para movilizar algún lado del cuerpo o parte de éste como cara, brazo, mano, pierna. Dificultad para hablar. Dificultad para entender. Confusión. Vértigo, pérdida de equilibrio. Dificultad en la coordinación. Problemas para ver en uno o los dos ojos. Dolor de cabeza muy intenso y de comienzo súbito

Cómo actuar

- Acostar a la persona afectada sobre uno de sus costados de manera de evitar que se caiga o ahogue con vómito o saliva.

- Llamar inmediatamente al servicio de emergencias (Código Rojo), recuerde que es una emergencia y que requiere atención médica lo más precoz posible (recuerde el horario de comienzo de los síntomas)

- No administrar ningún tipo de medicación al paciente. Es esperable que la presión arterial en ese momento se encuentre elevada, no se debe administrar ninguna medicación que la descienda ya que puede empeorar el cuadro.

- Si la persona afectada es diabética se debe controlar su nivel de azúcar. Si es menor a 80 mg/dl administrar alimento o bebida azucarada, siempre y cuando esté despierto, sentado y no se ahogue con esta.

¿Cuáles son los factores de riesgo ?

- Hipertensión Arterial. Diabetes. Alcoholismo. Fumar. Uso de cocaína y otras drogas ilícitas. Colesterol elevado. Falta de actividad física. Obesidad

[Servicio: Ante sospecha de ACV, el número de celular de la guardia del Hospital Santa Isabel de Hungría las 24 horas es 261 261-3446823]

Los factores de riesgo son modificables, su estricto control es fundamental para prevenir el ataque cerebral y también la enfermedad coronaria e infartos cardíacos. Existen también otros factores de riesgo como la edad (ser mayor de 55 años), el género (los hombres tienen mayor probabilidad de sufrir un ACV), los antecedentes familiares de ataque cerebral o enfermedad coronaria, y los antecedentes personales de ataque cerebral previo.

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