8 claves que aprendí mientras transito el coronavirus

Soy pasajero de la segunda ola. Hay tips, ideas, métodos, que no conocemos hasta que atravesamos la enfermedad. Son herramientas para los primeros pasos.

8 claves que aprendí mientras transito el coronavirus

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Siempre creí saber sobre el coronavirus todo lo que puede absorber un periodista. Y aunque un prejuicio muy extendido es que nadamos en un océano de un centímetro de profundidad -frase de académicos para descreditar nuestro primer borrador de la historia- me he nutrido y formado todo el año para informar a la población, como la inmensa mayoría de los colegas y medios y con mayor intensidad que en ningún otro tema. Hay una circunstancia histórica que lo demandó de esa manera. En nuestro caso, entrevistamos a muchísimos especialistas, científicos, pacientes. Absorbimos experiencias de otras personas. Fuimos siguiendo la evolución del virus en el mundo, la Argentina, y por supuesto en Mendoza. A la par, en lo personal y profesional, iba cumpliendo todo tipo de protocolos, asumiendo cuidados en mis ámbitos de trabajo y en mi familia.

Pero nada se parece a atravesar la enfermedad. Hay cosas que sólo te las enseña el coronavirus en el cuerpo. Por eso organicé un puñado de ideas útiles que quiero compartir, y que apliqué a la hora de armar mi defensa.

1. El miedo no ayuda

El instante en el que te comunican el resultado del hisopado atrae al miedo. Es importante no asustarse, ni estar ansiosos, buscar la calma, intentar desconectar la cabeza. Ocuparse más que preocuparse. Y por supuesto, consultar al médico siempre que los síntomas cambien. El virus puede producir taquicardia por la fiebre, y a quienes empezamos a transitar neumonía nos empieza a faltar el aire. Es como respirar en la altura del Cristo Redentor o de Plaza de Mulas.

Es muy importante sobreponerse rápido al miedo inicial. 

2. La organización y el orden

Es clave ser organizados con los síntomas, las señales del cuerpo, y la medicación. En mi caso, construí mi defensa como si fuese una partida de ajedrez imaginaria contra alguien que juega mucho mejor, que es más fuerte, y que trata de darme jaque mate. En ocasiones, los ajedrecistas ganamos esas partidas épicas. Así es que hice un planteo conservador. El rey protegido, no exponer la dama, el alfil en la diagonal, soportar los golpes, mantener el equilibrio y el orden. Tal como una Defensa Pirc, una Española, o una Philidor. ¿Cuáles son mis piezas, y mi fortaleza? En mi tablero están los afectos, mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo. Están los médicos que me van siguiendo, la medicación para contener la fiebre. Las vitaminas D y C, por aquí tengo libros, radio, Netflix, aunque los primeros días me es casi imposible fijar la vista. Y el termómetro y el oxímetro me van marcando cómo está mi posición.  El plan es jugar tranquilo. Con todo este arsenal, sé que voy a rechazar el ataque del virus. Si fuera fútbol, la pelota al 10, y una defensa muy firme.

3. Ir por delante de la enfermedad

"Selfie" esperando la tomografía en el Hospital Santa Isabel de Hungría

En un año de pandemia los médicos han aprendido muchísimo. Y pueden ir por delante de la enfermedad. Me enviaron a hacer una tomografía de tórax cuando aún no me faltaba el aire y pudimos empezar con corticoides ni bien se mostró la neumonía. En estos días, me toca un análisis de "parámetros inflamatorios". No sabía que existía. Sirve para pronosticar eventuales cuadros graves cuando la carga viral es media-alta como en mi caso. Por eso es muy importante estar atentos a los síntomas y una buena comunicación con el médico o médica a su cargo.

4. No subestimar el virus

Aunque empiecen a transitar la enfermedad de modo moderado, las complicaciones pueden empezar de un momento a otro. No se queden dormidos pensando que "no pasa nada" o que "es una gripecita". Escuchen su cuerpo, léanlo. Comuniquen de inmediato los síntomas. Los cuadros se pueden agravar en horas. Avisen si no pueden bajar la fiebre, o si los corticoides contra la inflamación pulmonar no alcanzan y siguen sintiendo que falta el aire. Subestimar el virus una vez que está en el cuerpo puede ser mortal.

5. No es obligación que la familia se contagie

Fue uno de los consejos de Alfredo Julián, uno de los grandes pediatras de Mendoza. Es posible evitar el contagio aunque haya una persona con covid-19 en casa. Para eso, hay que obedecer el aislamiento del paciente al máximo, moverse con tapabocas, usar si se puede vajilla descartable, desinfectar, higiene de manos, y bajo ningún concepto compartir áreas de la casa. Hay que tratar de evitar el contagio al máximo.

6. Distinguir los síntomas importantes

No bajar la fiebre con métodos y medicación habitual, saturar a menos de 94, o dolores en el tórax, por los costados especialmente del tipo "puntadas" son síntomas de emergencia. Hay que llamar urgente al servicio médico que tengan o concurrir a una guardia  Covid.

En estos días que llevo transitando la enfermedad, cinco desde que tengo el PCR positivo, he aprendido que el dolor de cuerpo puede ser muy intenso, sufriente, si fuese correcto expresarlo así. Es molesto perder el olfato y el gusto (puedo distinguir algo dulce, pero a ciegas no sabría que es). Pero es cotillón. Lo importante es controlar la fiebre con paracetamol e ibuprofeno (siempre por orden y prescripción médica, no todo el mundo puede absorber estos medicamentos), y avisar si la fiebre no baja. Y medir el oxígeno de las células. El oxímetro es un aliado indispensable. Los pacientes no nos damos cuenta el momento en que empezamos a tener menos oxígeno, salvo por el cansancio y el sueño. Cuando empiezan los ahogos puede ser tarde para atajar la neumonía.

El oxímetro es un gran aliado.

Hay oxímetros para diversos bolsillos y se consiguen en cualquier farmacia. Esa medición no debe bajar de 94, y para que sea estable, ténganlo en el dedo tres minutos por lo menos. Consejo: Si tienen manos grandes, colóquenselo en el meñique. El oxímetro trabaja con una luz que debe atravesar todo el dedo para que la medición sea exacta.

7. Cadena de favores

La gente, los amigos, los vecinos, los compañeros y compañeras de trabajo siempre quieren colaborar. Acepten toda la ayuda que les sea posible. Siempre hace falta alguien que vaya a comprar algo a una farmacia o un mercado, cuando la familia está aislada. Alejarlos no tiene mucho sentido. Déjense cuidar.

8. Ojo a las terapias alternativas

Cuando alguien enferma de coronavirus, abunda a su alrededor la opinión en general bienintencionada de muchísima gente. Varios que cursaron la enfermedad me recomendaron tomar Ivermectina, el antiparasitario que en diversos lugares del mundo se usa como terapia en pacientes leves o de carga viral alta. Un paciente de baja carga viral sería más difícil que derivase en caso grave, uno de carga alta puede ser leve, y luego grave. Y en esos casos suelen tomar Ivermectina.

La Sociedad Argentina de Infectología (SADI) dijo hace poco que "mientras no existan evidencias de mayor calidad, SADI recomienda que no se utilice la ivermectina para el tratamiento y/o profilaxis del SARS-CoV-2 al margen de estudios bien diseñados, debidamente registrados, y que sean éticamente aceptables".

La Ivermectina de 6 mg es la que suele usarse en el tratamiento.

Claro, hay una gran controversia, mundial, y las farmacias aun en Mendoza la venden bajo receta normal incluso con diagnóstico covid-19.

Descarté la idea de usarla, pero por otra razón. Uno de los médicos me advirtió que sintetiza en el hígado. En mi caso, no sería recomendable, de momento. Por eso, aunque la enfermedad progrese, aférrense a los médicos que los están tratando. El profesional es el que debe decidir qué se administra.

Conclusión

No podría decir cuál de estas ideas que me permito compartir desde la experiencia podría ser más útil. Cada familia, cada paciente, es un caso particular y único. Pero seguro sirven de "mapa" para quienes comienzan a transitar la enfermedad y están, como lo estuve por lo menos dos o tres días, repletos de dudas, miedos, y acechanzas.

Las cifras: Mendoza con más de 300 casos por segundo día consecutivo