Decisión: Mendoza no acatará ningún toque de queda sanitario

Si el decreto que prepara el presidente intenta cerrar todo el país, Mendoza se amparará en que las políticas sanitarias no son facultades delegadas. Intimidades de las conversaciones entre los gobernadores y el presidente.

Decisión: Mendoza no acatará ningún toque de queda sanitario

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

El presidente Alberto Fernández negocia con gobernadores e intendentes desde el miércoles y contrarreloj los términos del "toque de queda sanitario" con el que busca restringir desde hoy y de modo drástico la circulación nocturna en todo el país. Intenta así reducir el nivel de contagios de coronavirus que volvieron a dispararse con mucha fuerza en la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y especialmente en el AMBA. También en algunas provincias del norte y de la Patagonia.

La idea de Alberto Fernández, apoyada por el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el concierto de los gobernadores peronistas es la de cerrar absolutamente de 23:00 a 06:00 las actividades en todo el país y detener a las personas que estén circulando a menos que sean servicios esenciales, y además secuestrar vehículos. Pero se encontró con la resistencia de intendentes de la Costa, especialmente de Pinamar Martín Yeza (Cambiemos) y el de Mar del Plata Guillermo Montenegro (PRO), que piden "persuadir" en vez de prohibir.

Las imágenes de fiestas multitudinarias en la costa argentina, y en los centros turísticos, con miles de jóvenes apiñados en reuniones masivas sin distanciamiento ni tapabocas, son un problema sin solución para el gobierno, mientras los casos crecen sin parar desde el incomprensible velorio multitudinario de Diego Maradona y las marchas a diario hasta fin de año. Ahora, el problema son las fiestas, y el descontrol sanitario.

Aquí también ocurre. Imágenes de una fiesta en Villa Atuel.

De todos modos, mientras se espera un nuevo decreto con un "toque de queda sanitario" sobre el que hay mucha especulación y poca información, las resistencias más importantes a un esquema de prohibiciones son de Córdoba, la CABA y Mendoza. Detrás de la rebeldía de los gobernadores Juan Schiaretti y Rodolfo Suarez, y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, hay una historia que contar.

La negociación

Como se sabe, el miércoles hubo una reunión vía Zoom entre el presidente, algunos de sus funcionarios y los gobernadores. El planteo del jefe de Estado, apoyado por Axel Kicillof y los mandatarios peronistas, fue el cierre de 23:00 a 6:00. Total. Algunos comentarios en esa reunión fueron muy descabellados. Uno de ellos fue el del gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá. Según la reconstrucción que pudimos hacer, dijo que "los jóvenes se contagian para repartir el virus entre sus mayores, que se mueran, y heredarlos..." Penoso el nivel de la conversación, por lo que se puede advertir.

Ni los protocolos alcanzan en las playas.

A Rodolfo Suarez le dieron la palabra casi al final. Fue en ese momento en que el gobernador mendocino planteó que el país tenía distintos climas, diferentes costumbres, y situaciones sanitarias muy diversas. Dijo que plantear un "toque de queda..." uniforme en todo el país sería un error que fomentaría mayor clandestinidad y más contagios. También avisó Suarez que Mendoza no acataría ningún toque de queda sanitario. El presidente pidió papeles, cifras, discutió, advirtió que Mendoza había tenido niveles altos de contagio, a lo que el gobernador replicó "sí, como todo el país pero con la economía abierta". Luego, el primer mandatario admitió que la variedad de situaciones admitiría restricciones más flexibles.

De acuerdo a las fuentes consultadas, el ministro de gobierno Víctor Ibañez habría preparado un dictamen jurídico para "proteger" a Mendoza de nuevas restricciones nacionales. "Estamos dispuestos a dar una pelea legal y no vamos a acatar nada..." dijeron en el gobierno. El dictamen indicaría que la política sanitaria de la provincia no es una "facultad delegada" al gobierno nacional. Las conversaciones políticas siguieron. Cuentan que habría habido contactos luego de la reunión, entre Suarez y el porteño Rodríguez Larreta, otro de los que resiste junto al peronista cordobés Juan Schiaretti.

Suarez y Nadal en la video conferencia del miércoles.

Además, por primera vez desde el inicio de la pandemia, la Casa Rosada cerró su flujo de información a los gobernadores. Ya pasada la medianoche, en Mendoza es una incógnita el calibre de las restricciones sanitarias que deberían publicarse en el Boletín Oficial de la Nación en las próximas horas. La edición de este viernes 8 de enero del BO ya está online, sin nuevo decreto.

Según medios porteños, el presidente tendría varios borradores para elegir, y diferentes métodos para medir el nivel de contagios. La idea oficial era la de imponer las restricciones en tono general, pero que los gobernadores pudiesen dictar flexibilidad en función de la situación epidemiológica de cada provincia. Mendoza se mantiene en cerca de 150 casos diarios desde hace varios días, con una positividad cercana al 15 % del total de determinaciones, y menos del 40 % de camas UTI ocupadas. Entre las prohibiciones que analiza el gobierno figuran cerrar todo de 23:00 a 06:00 (los intendentes pidieron que sea desde medianoche), el cierre de los aeropuertos internacionales, y mantener circulando sólo a los trabajadores esenciales en las horas del "toque de queda". 

Suarez no está solo en la resistencia. Empresarios mendocinos nucleados en diversas agrupaciones, cámaras de comercio territoriales, la Federación Económica, a todo lo largo y ancho de la provincia están manifestando su rechazo a un toque de queda.

No queda mucho más que esperar el decreto. Pero algo es seguro. Un nuevo cierre total de actividades aunque fuere por horas, luego de haber liberado prácticamente todo especialmente en el AMBA y en la costa, implica el fracaso de la política sanitaria de encierro durante buena parte del año pasado. Ahora, encerrar a los jóvenes y cerrar los comercios de hotelería y gastronomía a las 23:00, sólo se podría hacer con un costo social y político muy alto, y con uso de la fuerza.

La gastronomía y la hotelería fueron los más castigados durante 2020. En Mendoza funcionan desde hace más de seis meses y sin embargo han sufrido horrores por la pandemia y la ausencia de turismo, su principal base de sustento. El 31 de diciembre se acabaron los ATP. El sector no es el culpable del avance nuevamente descontrolado de la pandemia. Mal haría el gobierno en hacerles pagar los costos. Además, este "toque de queda" parece asumirse bajo la premisa de que el coronavirus se contagiaría sólo de noche. ¿Y el resto del día?

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El gobierno nacional debió apuntar a concientizar, en vez de tolerar todo tipo de concentraciones políticas y sociales a medida de sus necesidades. Y si el problema era la costa en pleno verano, debieron asumir el costo político y cerrar "a la uruguaya". Ahora Alberto y los gobernadores más afectados se encuentran ante territorios explotados de casos y una población que ya no quiere ni usar el tapabocas luego de diez meses de cuarentena, con un resultado sanitario pobre rumbo a los dos millones de contagios y más de 44.000 muertos, y un saldo económico ruinoso para cientos de miles de familias en todo el país.

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El toque de queda, en el formato que fuere, podría ser una de las medidas menos efectivas que se hayan dictado durante la pandemia. Lo que va a ocurrir, y se lo advirtió Suarez al presidente, es que los jóvenes se encerrarán en fiestas y encuentros clandestinos desde las 22:00 y hasta la mañana siguiente. Las prohibiciones luego de tanto tiempo y con la gente agotada, sólo fomentarán mayores desobediencias.

No son cómodos los zapatos del presidente Alberto Fernández por estas horas.

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