La Libertad Arrastra y el "mundo feliz" de Ramiro

En la narrativa de una sociedad libertaria distópica en la que los roles están impuestos y sus actores acatan sin cuestionar, uno de ellos será expulsado al universo woke cuando muestra una pizca de rebeldía que lo dejará fuera de la aldea política a la que pertenecía y que ayudó a construir.

La Libertad Arrastra y el "mundo feliz" de Ramiro

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

Cualquier parecido con Aldous Huxley es pura coincidencia.

En la aldea feliz se controla a la población a través de la ingeniería genética, el condicionamiento psicológico y el uso de la droga X, que mantiene a todos felices y conformes. Los militantes son creados en laboratorios de algoritmos y la población se divide en castas desde su nacimiento. Están programadas para aceptar su rol sin cuestionamientos.

El protagonista, Ramiro uno de los fundadores de la aldea, se siente insatisfecho y marginado. Karina "el jefe", bajo una serie de engaños lo lleva de visita a una reserva en la selva donde aún existen humanos wokes que viven fuera del control libertario. Allí, mediante un engaño, Ramiro es abandonado en el salvaje mundo de los wokes. 

Lo reciben Victoria Villarruel y Diana Mondino, que han aprendido a saber si va a llover por el cantar de los pájaros. Victoria le cuenta a los niños wokes cuentos sobre abuelitos que jugaban a las escondidas con bebés. Diana se pasa el día haciendo rituales para alejar a las hormigas.  Ambas tejen muñecos vudú con la cara de Karina.

El verticalismo manda en la aldea "feliz".

Ramiro deberá aprender aprender a convivir en la dimensión woke. Al principio experimenta una curiosidad singular: esa gente no se alimenta de atún. También siente "ternura por las nenas de once que están vestidas en la playa porque les da vergüencita". Pero pronto los wokes sabrán quién es y su situación se complicará y su idea de la libertad lo pondrá en una situación límite.

Cuando entendió que le habían soltado la mano en la selva, recurrió a X para negar tal crisis, aunque en los pasillos de la libertad hablaban del grave error de dejar afuera a un cuadro como Ramiro. El error de "dejarlo suelto".

Ver: La polémica frase del biógrafo de Milei sobre la pedofilia

Previamente en "el mundo feliz de Ramiro"

Todos saben que en la aldea de la Libertad primaba el verticalismo. No alcanzaba con llevarse bien con el Presidente, había que contar con la bendición de ella, la que distribuye el poder. A Ramiro lo tiran al salvajismo del mundo woke, fuera de los muros del libertinaje, por "haber votado a favor del inaceptable aumento de impuestos en la Ciudad de Buenos Aires".

Pero la salida se tejió tiempo antes, a poco de comenzar el reinado de los hermanos. Ramiro, quién era un referente porteño, empezó a ser desplazado por Pilar Ramírez, carne y uña de Karina, quién coronó su jaque mate cuando todos los legisladores de Bullrich pasaron a sus dominios, ¿casualmente? cuando Macri se acalambró en la reposera de Villa La Angostura y vino a ver que onda con su gente.

Pilar Ramírez.

Ramiro fue uno de los fundadores de la aldea, pero Karina decidió que ya no le servía, le olía sudor independista y ella acostumbra a cortar esos brotes de raíz. El plan para limpiárselo empezó en abril cuando Oscar Zago deja de ser jefe del bloque de la Libertad Avanza en Diputados para cumplir su objetivo de volver a estar al frente de los libertarios en la Legislatura porteña. Pero iba a pagar la dote a "el jefe" con dos peones del Movimiento Integración y Desarrollo (MID), los dos legisladores que tenía el partido dentro del bloque oficialista. Sucede que Karina tenía pensado, casi desde el inicio de la gestión, en correr a Ramiro para poner a Pilar en su lugar y para ello, debía negociar con sus diputados. Con el de tributo de Zago, ya tenía dos adentro además de Rebeca Fleitas, Lucía Montenegro, Leonardo Saifert y la mismísima Pilar. Los únicos que no acompañaron fueron Eugenio Casielles y Jorge Reta, laderos de Ramiro.

Ramiro olió la rosca y empezó a pararse de manos, a radicalizarse, a "wokizarse" si entendemos esto como sinónimo de rebeldía dentro de la dialéctica de la aldea feliz. Dicen los rumores que el Presidente tuvo la osadía de cuestionar a Karina y le ofreció ser parte del Consejo de Asesores Económicos, una suerte de gesto de rebeldía hacia su hermana más chica que rápidamente fue opacado con un grito, un chirlo e irse a la cama sin cenar. El verticalismo era ley en la aldea feliz si no se pretendía ser arrojados al salvaje mundo woke. Ya había ocurrido con Victoria, ya había ocurrido con Diana y ahora le tocaba a Ramiro. ¿Alguien más se atrevería a contradecirla?

Continuará ...