El muro sanitario, la peste y el tiro que nos dimos en el pie

¿Qué ocurriría en un país que corta con el monitor global de salud justo antes de necesitarlo?. El relato de una distopía en la que lo personal, es político.

El muro sanitario, la peste y el tiro que nos dimos en el pie

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

Al principio fueron hechos aislados. Durante la acuciante ola de calor de febrero de 2025, un muchacho en el puerto de Bahía Blanca despertó con los ojos blancos, pero no estaba ciego. Gritaba que los barcos no se perdían en el horizonte, que seguían una línea perpetua. La tierra es chata como una tapa de empanada repetía. Deliraba de fiebre en la salita del dispensario del pueblo e insistía sin cesar en que la tierra era plana.

Mientras tanto, en el monte chaqueño, un changuito que cortaba leña presenció una aparición que le llenó la boca de horror. Allí, cuando la tarde caía, escondido entre los cañaverales la siniestras sombra del maligno asomó sus narices, haciendo que cayera de espaldas en un grito ahogado que dejó sus pupilas nubladas por el espanto. Siempre oyó las habladurías de las viejas acerca de esos demonios a los que llamaban "empleados públicos". Nunca pensó que fuera real. 

La enfermedad se propagó como un hilo de nafta bajo un encendedor. Era una epidemia, una enfermedad hasta ahora desconocida. Los titulares narraban emboscadas en el transporte público a put*s  que eran inyectados con hormonas para volverlos normales, como esos mitos urbanos de las jeringas usadas en las cabinas de teléfono durante la peste rosa solo que ahora ocurría de verdad. Había para todos. A las lesbianas les enseñaban sobre moda, con los puños, en las calles.

Los universitarios que leían a  Frédéric Bastiat armaban una mochila con los colores de la Wiphala, se ponían una remera con frases de Facundo Cabral para parecer ser estudiante de Filosofía y se iban a dedo hasta los bosques para prender los fuegos y repudiar así la agenda ambientalista. Las gafas negras no dejaban ver sus ojos blancos, principal síntoma de la infección que había hecho metástasis en el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, desfinanciado y ahora bajo el rango de Patricia Bullrich, poco ducha en la activación de alertas tempranas basadas en datos meteorológicos y territoriales en lugares propensos a incendios. ¿O acaso era la primera vez que se incendiaba el Bolsón o Córdoba?. La vibra apocalíptica se respiraba en el aire infecto y caliente. Lo que decían las escrituras se hacían realidad, las aguas rojas se manifestaban entre nosotros y avanzaban hacia las ciudades. Algunos, esos locos que suelen hablar solos por las calles, huían al monte a buscar frecuencias de radio que les permitiera relatar el fin del mundo. Aunque no todo era predicciones bíblicas. Un tiempo antes el presidente había dicho: "Una empresa puede contaminar un río todo lo que quiera" y contaminaron el arroyo Sarandí en Buenos Aires. 

Los atrios de las iglesias eran caldos de cultivo. En el ecosistema viral X se había filtrado la cepa ultracatólica y desde EE.UU. llegaba el modelo que establecía la creación de un grupo de trabajo en el Departamento de Justicia para perseguir el "sesgo anticristiano" para garantizar la "pureza" de las instituciones. Por estos lados, el cura Javier Ravassi, el del rosario hecho con balas, había sido el primero en mandar el currículum.

La situación endémica se desbordó. La cepa mutó y se hizo más fuerte y no quedó otra que recurrir a la medicina. Se reunieron los expertos, armaron comités llenos de caras serias, elaboraron un diagnóstico y un plan de acción. Y ese fue el punto en el que se dieron cuenta que estaban (todos) solos y era tarde.

Los primeros indicios de que había una epidemia en el aire se dio cuando se cortaron los lazos con la Organización Mundial de la Salud. Pero ahora, ante la amenaza vigente, se verían las consecuencias. Es que la OMS beneficia a los países de fondos rotatorios que le permite comprar vacunas y medicamentos esenciales a precios más bajos. Estos mecanismos habían sido claves en la adquisición de insumos para enfermedades como la fiebre amarilla, el sarampión y la polio, logrando reducir costos en hasta un 60%. Sin este respaldo, el país debía negociar individualmente con laboratorios y proveedores, lo que aumentaría significativamente el gasto público en salud.

Además, la OMS coordina iniciativas en áreas como la atención materno-infantil, la prevención de enfermedades transmisibles como el VIH y la tuberculosis, y el control de patologías crónicas como la diabetes y la hipertensión. En los últimos años, el organismo financió campañas sanitarias en Argentina, incluyendo la lucha contra la tuberculosis, con un aporte de 2,5 millones de dólares en 2021.

La vigilancia epidemiológica también se vería afectada. El país podría quedar aislado en términos de acceso a información sobre emergencias sanitarias globales. Antes de romper, el país contaba con el Centro Nacional de Enlace del Reglamento Sanitario Internacional, que permite intercambiar datos en tiempo real sobre brotes de enfermedades. Otro aspecto sensible es la producción de vacunas en el país. En enero de 2024, Argentina firmó un acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud y la farmacéutica Sinergium Biotech para fabricar la vacuna antineumocócica a nivel local. La decisión de abandonar la OMS podría afectar esta y otras iniciativas similares, comprometiendo la capacidad nacional para desarrollar inmunizaciones con inversión y tecnología internacional. Además, aunque el gobierno sostiene que la salida de la OMS no implicaría abandonar la OPS, expertos advierten que ambas instituciones están vinculadas y que cualquier decisión sobre una podría afectar acuerdos con la otra.

El contagio estaba desatado. Salvo algunos reductos, aguantaderos donde señoras de la vieja guardia te curaban el empacho y te daban agua de trosko para cuidarte del mal de facho, una de las teorías en las que creían los del nuevo orden mundial se cumplía: la tierra se volvía cada vez más plana, más chata y el eje planetario se recostaba en su polo derecho.

Continuará ...