Al filo del peligro: así trabajan las Fuerzas de Operaciones Especiales

En Mendoza, la Fuerza de Operaciones Especiales (FOE) de la Policía se ha convertido en un actor fundamental en el rescate y protección de mujeres y niños en situación de riesgo.

Conformada por el Grupo Especial de Seguridad (GES) y el Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS), la FOE actúa en contextos de extrema peligrosidad, desde crisis de violencia intrafamiliar hasta secuestros y toma de rehenes.

En los últimos meses, la FOE ha sido clave en la asistencia a víctimas atrapadas en sus propios hogares, muchas veces bajo la amenaza de agresores armados. Según datos oficiales, el 60% de sus intervenciones están relacionadas con casos de violencia de género.

"Intervenimos directamente cuando tenemos alerta a través del 911", explicó al Post el comisario Javier Ortiz, jefe de la FOE. En lo que va del año, se han registrado 12 intervenciones, de las cuales la mayoría han sido por violencia intrafamiliar. Durante el 2024, se realizaron un total de 53 operativos, manteniéndose el mismo porcentaje de casos vinculados a la violencia de género.

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Una de las situaciones más complejas ocurrió en marzo de este año en San Martín, cuando un hombre secuestró a su hija de 8 años con la intención de presionar a su expareja. 

El operativo de rescate involucró a unidades tácticas, drones de vigilancia y equipos de negociadores. "Lo más grave de esta situación fueron las condiciones en las que la niña tuvo que pasar la noche. Se estableció un comité de crisis y, mediante la triangulación de llamadas y el testimonio de vecinos, logramos geolocalizar al agresor", relató Ortiz. Finalmente, la menor fue rescatada sana y salva y el secuestrador quedó detenido.

Las unidades de la FOE actúan cuando los recursos convencionales de la policía son insuficientes. En estos casos, se activa un Comité de Crisis, encabezado por un comandante de alto rango, quien coordina las decisiones operativas junto a un equipo multidisciplinario de asesores legales, psicólogos y negociadores especializados.

"Las crisis más frecuentes que atendemos son intentos de suicidio, violencia familiar y atrincheramientos. Nuestro trabajo se basa en la negociación, pero si la víctima está en peligro inminente, debemos actuar rápidamente para neutralizar la amenaza", explicó Ortiz. 

Cada operativo se diseña con estrictos protocolos de seguridad, estableciendo perímetros de contención y definiendo zonas de responsabilidad para cada unidad.

En casos de alto riesgo, como intentos de suicidio en altura, la FOE coordina con otras fuerzas, como el Grupo Especial de Rescate (GER) de Bomberos, que cuenta con especialistas en maniobras con cuerdas. "Siempre intentamos resolver los conflictos mediante la negociación, pero en casos extremos, recurrimos a la intervención táctica", destacó el comisario.

La dificultad de prevenir la violencia intrafamiliar

Uno de los principales desafíos es la detección temprana de estos conflictos. "Muchos de estos casos no tienen denuncias previas. A veces, la primera alerta la da un docente que nota un cambio en el comportamiento de un niño", mencionó Ortiz. Esto dificulta la prevención y requiere que los operativos de rescate sean ejecutados con máxima precisión y rapidez.

Si bien la FOE ha logrado evitar desenlaces fatales en numerosas oportunidades, el comisario Ortiz advierte que estos hechos suelen tener antecedentes de problemas de salud mental o consumo problemático de sustancias. 

"No podemos estigmatizar a nadie, pero en muchos casos, cuando analizamos el perfil del agresor después de la crisis, encontramos señales previas que no fueron detectadas a tiempo por el entorno", concluye.

Con una formación especializada y un equipamiento de última tecnología, la FOE sigue desempeñando un rol fundamental en la seguridad de Mendoza, brindando una respuesta rápida y efectiva ante situaciones límite que ponen en riesgo la vida de los ciudadanos.

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