Vivienda, ese derecho universal que ha pasado a ser un privilegio

Más de 130 mil familias carecen de una vivienda digna. El 80% de los mendocinos no tiene recursos propios para construir su hogar y quienes logran acceder, muchas veces carecen de servicios.

Vivienda, ese derecho universal que ha pasado a ser un privilegio

La vivienda, el hogar, el núcleo en el que se forma y crece una familia, es un derecho humano reconocido en la normativa provincial, nacional e internacional. Está en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero, mientras se discuten reformas judiciales o se pone foco en las internas y peleas políticas, algo tan básico y fundamental queda olvidado. Pasa a segundo plano. Se convierte en un "privilegio" y en un reclamo olvidado por quienes deben representar y defender a la gente de trabajo, mientras nuestros jóvenes, sin perspectivas claras, sueñan con irse de Mendoza.

Mientras que en el Congreso duerme una ley presentada por nuestro sector en 2018, de Economías Regionales. Este proyecto contempla terrenos rurales, una suerte de ProCrear rural para que las familias accedan a terrenos, sobre todo en las zonas alejadas, que se están despoblando. El proyecto duerme en el sueño de los justos.

Un encuentro reciente con vecinos de Corralitos mostró que el problema es aún mayor cuando da igual si se trabaja para pagar una casa y o si no. Vecinos que han pagado sus cuotas, que se han esforzado y que logran formar un barrio no acceden a servicios básicos. Al lado de ellos, otra gente "toma" terrenos, marca territorios y finalmente se asienta. Están en condiciones de igualdad, pese a que uno puso el fruto de su labor diaria y el otro no. "Están marcando un terrenos, y nosotros que tenemos cuotas, que hemos pagado nuestra vivienda, no tenemos servicios básicos", se quejan.

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La situación es tan perversa como cruel. Nadie del Estado provincial ni del municipio los escucha. No tienen voz, y ven cómo da igual trabajar y pagar que tomar y ocupar, con un mensaje nefasto para las futuras generaciones.

Mendoza no cuenta con datos del Censo 2022, pero la proyección de población a enero de 2021 es de 1.922.753 personas. El Instituto Provincial de la Vivienda, que tiene como fin último garantizar el derecho a un hogar, entregó 16.016 casas en una década. No es difícil deducir que, cuando se sepan los datos del censo, los niveles de hacinamiento que reflejarán serán alarmantes.

De esos casi 2 millones de mendocinos, el 80% no tiene recursos suficientes para construir una vivienda al costo actual de la construcción.

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Carlos Iannizzotto.

Según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, un trabajador registrado con un ingreso neto de $100.000 debe juntar 14,2 años de ingresos para poder acceder a una unidad habitacional. Es decir que un empleado debe destinar 14 años completos de sus ingresos para tener su propia vivienda en Ciudad de Buenos Aires. Mendoza no está alejada de esos precios, ya que, con menos de 100 mil dólares, es difícil que una familia pueda acceder al terreno, la casa y todo lo necesario para una vida digna, como baños y cocina.