La politización del Instituto Nacional del Agua

El senador provincial se mete en el debate por Portezuelo del Viento.

La politización del Instituto Nacional del Agua

Por:Diego Costarelli

En este contexto de incertidumbre que tenemos los mendocinos frente a un laudo presidencial que tiene todas las chances de ser negativo para nuestra provincia, el peronismo no solo no intercedió tal como se había comprometido, sino que salió a criticar con saña las iniciativas surgidas del debate de la Comisión de Agua y Saneamiento.

A modo de "informe", recibimos un documento lleno de juicios basados en la desinformación y sin ningún tipo de aporte concreto. No nos quedan dudas que aquí los intereses están firmemente ligados a la utilización de los U$S 1.023 millones que corresponderían a la obra de Portezuelo del Viento y no al bien común de los mendocinos.

Considerábamos que el INA era un organismo nacional meramente técnico, experto en la administración del agua, con injerencia en temas que hacen a la eficiencia del uso del recurso hídrico y concentrado en que su trabajo contribuya al bien común, pero los hechos nos están demostrando que no es así. Lamentablemente, se ha convertido en un organismo político.

El legislador Javier Costarelli.

La intrusión de la política en los organismos técnicos es totalmente inadecuada y contraproducente. Emitir opiniones en contra de nuestro gobierno, atribuyéndose logros políticos a su gestión, no habla bien de la objetividad y del profesionalismo que un instituto de ese nivel debería tener.

Ver: Portezuelo: el escrito que le entregó Suarez a Fernández para apurar el laudo

El INA plantea que no se ha dado importancia al Plan Agua 2020. No obstante, este plan ha sido un documento disparador de la problemática, que no ha pretendido desconocer lo actuado en materia de gestión de agua en la provincia de Mendoza, ni mucho menos indicar, aspecto que iría en contra del espíritu del propio CEAS. El documento del INA entiende como hitos a documentos que en realidad solo contienen diagnósticos y un conjunto de variables e indicadores basados en la metodología del Cuadro de Mando integral, o sea NO un plan, que por ese motivo no fue sancionado por resolución ni implementado por su propia gestión, pero que, sin embargo, sí utilizó gran cantidad de recursos económicos en su elaboración.

Asimismo, no basta con el Plan de Agua 2020. No deja de asombrarnos que hagan referencia al mismo como si fuera la panacea para resolver cualquier problema derivado del cambio climático. El INA ha quedado desactualizado e insiste en paradigmas que no son novedad. Ha pasado una década desde que ese documento fue redactado y durante esos años nos enfrentamos a diversas problemáticas, incluida la peor crisis hídrica de la historia. Desde el Acuerdo de París en 2015 quedó claro que no alcanza lo que hacen los gobiernos nacionales, provinciales ni locales, sino que es mucho más complejo que eso. El sector privado y la ciudadanía en general debe participar e involucrarse para que sea posible alcanzar los propósitos que nos planteamos hacia 2030.

Evidentemente, son muchas las cosas que desconoce el INA, y por eso realiza estas críticas infundadas. Tal vez desconoce que en el Plan Agua 2020 no hace referencia a la sequía y que el Departamento General de Irrigación el año 2018 convocó, mediante un proyecto de lineamientos de la sequía, a trabajar en el ámbito de la legislatura provincial sobre el tema de forma multidisciplinaria. Quizás, cuando muestra como algo innovador el trabajo a través de la gestión de la demanda, también está desconociendo que la gestión del actual superintendente Sergio Marinelli fue la que comenzó a manejar un paradigma preventivo orientado puntualmente a la gestión del riesgo de la sequía.

El INA es un organismo técnico que debería estar ocupado dando opiniones técnicas y haciendo aportes con el objetivo de mejorar la eficiencia del uso del agua. Con este tipo de acciones, solo va camino al descrédito.