"No te calentés, son errores de juventud"

"No te calentés, son errores de juventud"

Por:Jaime Correas

"Si querés perdurar en la Iglesia tenés que pensar claro y hablar oscuro."

Enseñanza de un viejo sacerdote jesuita al joven cura Jorge Mario Bergoglio, luego papa Francisco

"Los argentinos, como usted sabe, nos caracterizamos por creer que tenemos siempre la verdad. A esta casa vienen muchos argentinos queriéndome vender una verdad distinta como si fuese la única, ¿Y yo, qué quiere que haga? ¡Les creo a todos!"

Juan Domingo Perón, a Tomás Eloy Martínez, Puerta de Hierro, Madrid, 26 de marzo de 1970

Paolo Sorrentino es el director de varios films esenciales para analizar la actualidad. Uno es "Loro" ("Ellos") (2018) mal traducido al español como "Silvio y los otros". El título se refiere a todos quienes no eran Silvio Berlusconi, vistos desde el empresario y político italiano: son "ellos". "Il Cavaliere", que usaba ese título tras recibir en 1977 la Orden del Mérito del Trabajo, debió renunciar a esa denominación cuando en 2014 quienes se la habían conferido estaban a punto de sacársela aturdidos por sus escándalos. Sorrentino retrata un Berlusconi mayor, intentando retornar a la política después de haber detentado los máximos cargos y siendo el empresario más rico de su país. Reconstruye el clima de fiestas con jovencitas y drogas que obnubilaban a quien fuera sugestivamente el zar de los medios de comunicación itálicos. Relata asimismo la historia de Sergio, un advenedizo de provincias que hace lo posible para llegar al entorno a fin de hacer negocios. Se apoya en una "facilitadora" que pertenece al harem berlusconiano. Cree que lo logrará presentándose como un promotor de esas farras descontroladas. En ese marco hay dos escenas sobresalientes, entre las muchas que lo muestran en diversas facetas a Berlusconi, interpretado magistralmente por Tony Servillo. La primera es con una jovencita de 20 años que está participando de una fiesta y a la que intenta seducir. Ella le confiesa que le siente el mismo aliento que a su abuelo, ni bueno ni malo, viejo, y que le resulta patético el intento de un hombre de 70 años intentando seducirla. Agrega que ella también se siente patética participando de la seducción. Stella se para, toma su equipaje y sale de la habitación dejando solo al veterano seductor. Otro momento crucial se da cuando Berlusconi discute con Verónica, su segunda esposa y madre de tres de sus hijos, con quien estuvo casado durante 21 años. El contrapunto entre dos personas maduras, que han compartido una vida, es crucial para entender al personaje. Ella le reclama no tanto sus infidelidades conyugales y su pasión por las jovencitas (que lo llevó a una condena por corrupción de menores en el caso "Ruby"), sino el haber traicionado a los italianos a pesar de su gran popularidad, el haber tenido la posibilidad de hacer mucho bien y haberse dejado seducir por el mal, llevando la corrupción a límites inimaginables. Él también le hace reclamos personales, pero sobre todo le pregunta: "¿si tenés tantos problemas conmigo por qué te quedaste a mi lado?" Verónica se resiste a contestarle hasta que le confiesa que se enamoró de él, que el amor había sido la razón para permanecer al lado de alguien a quien veía tan desviado. Por desgracia "Loro" no circuló en la Argentina pues, como otras películas y series de su director (son de antología sus dos entregas sobre el funcionamiento del Vaticano), es una reflexión profunda sobre la política y la condición humana. Y de algún modo, por las semejanzas, interpelan a la política criolla. Debería ser de visión obligatoria para quienes intervienen en la vida pública. Ellos deberían, sobre todo los que tienen puestos trascendentes, tener una dosis alta de formación y reflexión con la mayor amplitud posible.

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La frase del general Perón que encabeza estas líneas bien podría haber sido dicha por el fallecido papa Francisco. Cada argentino le quiso vender su verdad como si fuera la única. Es deber de quien está por encima "creerles a todos" pero luego actuar con criterio. Nada lo exculpa. En ese sentido Francisco deja un gran legado. En medio de la tormenta en la que solía estar por la política argentina daba permanentemente señales, por más que sus apólogos lo relativicen o intenten ocultarlo. Sin embargo sus ejemplos más perdurables fueron de concordia. Los tuvo de discordia también, y son inocultables, pero su mejor perfil fue la búsqueda del acuerdo. La difícil relación con el presidente Javier Milei es quizás el mejor ejemplo. En campaña lo había acusado de ser el representante del maligno en la Tierra, basado en su ideología anarco capitalista. Con su llegada a la presidencia su máximo mentor ideológico, tal como él lo ha llamado, Alberto Benegas Lynch (h) lo instó a romper relaciones con el Vaticano, en sintonía con aquel ataque mefistofélico. Esta semana Milei dio el doctorado Honoris Causa en la ESEADE al española Jesús Huerta de Soto, al que considera su inspiración mayor planetaria en el anarco capitalismo. Es, como Benegas Lynch, un ferviente católico y pertinaz detractor de Francisco y del catolicismo que él representó. Quizás esos mentores expliquen como nadie la posición original de Milei hacia el papa Francisco como "maligno" en la Tierra. 

Como complemento de este panorama ideológico-político el biógrafo y amigo del presidente, Nicolás Márquez, compañero de ruta de Agustín Laje en la batalla cultural que persigue con ahínco Milei, escribió en X bajo el título "Cagamos": "El cónclave que dejó Bergoglio no es de cardenales católicos sino de sus amigos amanerados y comunistas. Deseo de todo corazón equivocarme y que la votación me sorprenda. Caso contrario, la Iglesia proseguirá la senda de la autodemolición". 

Las fuentes de la mirada original de Milei sobre Francisco son claras y unánimes. Durante los años recientes la Iglesia no fue liderada por las visiones que esas inspiraciones desean, sino por las que combaten denodadamente. El Papa argentino fue su bestia negra y quizás, para ellos, el envenenador del futuro. Una novedad es que Milei ayer por Radio Mitre declaró desde Roma donde asistió al funeral papal: "Le pedí perdón cuando lo vi por primera vez (a Francisco). Yo no tenía orden de magnitudes en lo que implicaba ser el líder de una comunidad. Tengan en cuenta que yo filosóficamente soy anarco capitalista. Esas figuras en mi cabeza no estaban, no existían", dijo. Según su relato, el Papa le contestó a su disculpa: "No te calentés, son errores de juventud". Con esta definición Milei abre una perspectiva más cercana a Bergoglio que a las fuentes ideológicas que lo han traído hasta acá. ¿Esa figura que no existía en su cabeza de ser el líder de una comunidad ahora existe? Es revolucionaria la idea de que la visión de quien lidera una comunidad debe ser distinta a la de quien lidera una facción. Sobre todo porque en algunos casos, como Bergoglio o Milei, la misma persona pasa de liderar un grupo a conducir una comunidad, formada por grupos diversos, a veces contrapuestos. Esa visión pone al desnudo que un país para su presidente y la Iglesia para un Papa incluyen a personas que pueden estar incluso en sus antípodas. Una idea típicamente liberal, de tolerancia, de amplitud. La misma que llevó al liberal masón Domingo Faustino Sarmiento a renunciar a su alto cargo en la masonería antes de ser el presidente de todos los argentinos. El papado del cura nacido en Flores y que fue hincha de San Lorenzo ha sido un intento fenomenal de apuntar en esa dirección. No siempre lo logró, pero fue su Norte.

En aquel primer encuentro, Francisco le dio una lección a Milei que los tiempos por venir mostrarán cuanto caló en el primer mandatario: la concordia ante todo, la construcción con propios y ajenos, la unidad a pesar de lo que se piense o se sienta del otro. Comunidad antes que secta. Algo que se proclama, pero que sólo personalidades como Francisco encarnan, seguramente por una gran sabiduría interior y alentados por una fuerza que no es de este mundo.

Es fácil hacer análisis de todo lo que separa a Francisco de Milei y viceversa. La condena de la riqueza, del capitalismo, del liberalismo, por parte de Bergoglio. Y por el lado del presidente lo que ha llamado el pobrismo, su condena al estado de bienestar, al estado mismo. Mas serían disensos superficiales si se lograra una síntesis donde de cada posición se eligiera lo mejor, lo que une, y no se reivindicara lo peor. Es la opción que el Papa asfaltó con su otrora detractor cuando lo recibió como presidente. Por desgracia ese encuentro no se siguió profundizando y la relación se enfrió llegando a la condena papal evidente cuando dijo que no había plata para los jubilados pero sí para comprar el gas pimienta usado en la represión de una marcha. La frase la lanzó con Juan Grabois al lado, una suerte de Nicolás Márquez papal. Pero eso es lo anecdótico, lo profundo debería ser el testimonio del encuentro. Allí está el gran desafío de Milei: adoptar el espíritu de su encuentro con Francisco para frenar el de su tribu de origen.

En esta línea de pensamiento hay un video en el que el papa Francisco da una lección clara de pensamiento y, contradiciendo a su maestro que le indicaba hablar oscuro para hacer carrera, lo dice con gran claridad. El hallazgo es hablar para todos, no sólo para los propios. Paradójicamente en estos días el video fue circulado desde un sector del peronismo mendocino con la leyenda "Hasta siempre compañero, se nos va el mejor de los nuestros". Francisco alude a cuatro principios políticos, filosóficos, sociales que le ayudaron para pensar la política, la sociedad y para resolver problemas de la Iglesia. Los va explicando uno a uno: "1) La realidad es superior a la idea. La realidad es superior porque cuando te vas por los idealismos perdiste. La realidad, tocar la realidad. 2) El todo es superior a la parte. Buscar siempre la unidad del todo. 3) La unidad es superior al conflicto, cuando vos privilegiás los conflictos dañás la unidad. 4) El tiempo es superior al espacio. Los imperialismos buscan ocupar espacios. La realeza de los pueblos, la grandeza de los pueblos es iniciar procesos: el tiempo es superior al espacio". Agrega que esos cuatro principios lo ayudaron para entender un país, una cultura, y a la Iglesia también. Y remata afirmando que son principios humanos, principios de integración y agrega que hay otros principios que son más ideológicos, de desintegración. Es decir que su enseñanza es que los principios humanos integran, esos principios básicos que plantea, y la ideología desintegra. 

Sin haber retomado el diálogo que le abrió Francisco en su reunión, Milei declaró tras la muerte del pontífice: "Le guste a quien le guste, el papa Francisco ha sido el argentino más importante de la historia". Asistió a sus funerales en Roma con una numerosa delegación, donde participó incluso Patricia Bullrich, la artífice del gas pimienta condenado por Bergoglio. Hoy domingo al mediodía Milei dará en la Casa Rosada la Orden de Mayo al Mérito a Jesús Huerta de Soto Ballester, el intelectual español a quien considera su máxima inspiración intelectual en el anarco capitalismo. En el futuro se definirá qué camino toma el presidente. El de su grupo de pertenencia anarco capitalista reaccionario y anti bergogliano o el del cura canchero que le contestó de hombre de estado a hombre de estado: "no te calentés". Francisco es el Papa que sugiere que la realidad es superior a la idea (la Argentina real superior el anarco capitalismo), el todo es superior a la parte (la vida social íntegra superior a la economía, quizás su parte determinante pero no única), la unidad es superior al conflicto (no necesita ejemplo) y el tiempo es superior al espacio (iniciar procesos es superior a proclamar que ya se arribó a cada momento). Quizás, una ventaja para Milei, si tiene la inteligencia de verlo, es que los detractores de Bergoglio que lo inspiran no le llegan a los talones al Francisco del pensar y decir claros. Sería un error imperdonable no escuchar a quien le resulta el argentino más importante de la historia.