Crónicas del subsuelo: Huyó con el dantuá puesto

Crónicas del subsuelo: Huyó con el dantuá puesto

Por:Marcelo Padilla

Personaje Descolocado, en su sexsuaejemónico disfraz de miserabilidad, queda atrapado por boludo en un patiecito interno de un departamento: planta baja, zona cool de Malasya, La Alburquerque de los laberintos de frondosos sucundunes, construida en los desiertos circulares. El Sucundún: árbol nativo que supieron cultivar los chivas en el siglo 12, antes antes del fiurer del campo, cuando gobernaban la zona alta en las hondonadas que se trifurcan por las mesetas de lechugas a las 3 de la tarde; luego, el sol en lenta caída, las yungas imponen su clima boscoso, híbrido de naturaleza ciborg, cuarzos rosados y azules electrifican el punto central del barrio, donde está montada la esfinge de La Dama del Agua, ahí, esculpida por sus esclavos, como dos mil quinientos fueron, todos musculosos de fibra malasyana pura, guerreros y leales, porque la lealtad, es, -o, sabe ser-, medieval, en el buen sentido de "saber ser" medieval, muy beneficioso en este caso para La Dama del Agua, que domó -literalmente hablando- a sus dos mil quinientos esclavos que luego esculpieron su esfinge. En fin.

Justamente el tipo (Personaje Descolocado) viene y se compra un departamento en ese barrio de laberintos circulares pleno de sucundunes en los desiertos. El tema es que perdió la llave de la reja del patiecito interno donde quedó encerreitor, sufriendo, como sufren los depositados en un calabozo de noche y sin cordones, en ojotas; el cielo estrellado le daba luz natural, especialmente cuando la luna posaba equidistante a la Basílica de Saint Aberastáin, el de la familia que vino de un lugar desconocido; según el propio Aberastáin: "descolocado", Lugar Descolocado decía en sus escrituras encontradas en los cofres de la Dama del Agua (post-mortem) muchísimos años después que construyeran El Laberinto de los Deseos -en homenaje a ella-. -: Entrabas en x circuito por estriming, después por no sé qué carajo ya entrabas en Malasya digital hecha película, participaban los personajes a gusto del jugador, modificaban trama, personajes y tiraban los dados, lo que también constituyó, (pienso ahora) no sé, tal vez solo subrepticiamente, sin querer entrar en conspiraciones, un mansísimo homenaje (aunque encubierto) o tapado, a través de otro homenaje, al propio Personaje Descolocado; por el tipo de juego de modificaciones de personajes, que fue justamente lo que pasó cuando se metió a re escribir la saga este haragán, no sé, digo.

En fin, para que quede claro: mire vea.

A Don Aberastáin lo llamaban "Vacuibá" por el vacío que producen Los profesantes de los círculos, "Vacuibá" es una deformación del castellano que transicionaron los gauchos profundos, unos orientalistas, quizá los primeros de Malasya, hombres y mujeres sensibles a la electricidad artificial. Veían estrellas por las noches los pioneros del cosmos -Según Carl Sagan-, porque lo dijo en unos de sus documentales, donde a Malasya se la nombra "Tierra del Fuego Alto-.

-:"Vaya uno a saber"- dijo una Voz de penumbra, escondida en unos anaqueles medievales, de una biblioteca bajo suelo de un edificio Brutalista, que se fugó en páginas abiertas, supongo, que yo sepa.

En fin,-"La llave, la llave, la llave"-, meditaba pa sus adentroj Personaje Descolocado, absolutamente in puribus -y tiritando de los nervios-. Habrán pasado cinco minutos hasta que las encontró, encorvado de tanto hurgueteo, pero a él le pareció un lustro, o más; y eso, es de entenderse en estos casos, mire vea, que no le pasa a cualquiera. Revisó los bolsicones del atavío a la que te criaste y no encontró más que el kejel para sus ojos. Como no tenía espejo lo dejó en su lugar, en el bolsicón del dantuá, para ser más preciso, luego hurgueteó en el bolsicón de la chambergá, que es de tul, y tiene un conteiner de hilo extrafino para depositar un pañuelo de seda, o una pluma, nunca una llave, que yo sepa, plumas envenenadas se usaban en esa época en Malasya, las inventaron los del gremio de los escribientes para envenenar personajes, en fin, época dorada, la de Moliere. Cuestión que La maldita llave no estaba en sus ropajes, - a decir verdad, no debería haber salido así, tan aputosado y corajudo, después de tomarse varias copas de grapa-, y con esa peluca, porque en el barrio lo joden (ya le ha pasado) Eso me dijo el primer Sábbat al oído, en la esquina del Bataraz hecho cenizas: "la otra nuuuche... me quisieron manosear en la esquina de la panadería 24 hs.". -: ¿Las 24 hs? pregunté, -a mí me sonó confuso-. -: "Nuuuuu, la otra noche 24 hs. en la panadería", dijo, medio borracho, confundiendo aún más la cosa.

Masí, ¿Se entiende o no se entiende? Le dije, en trance.

Atuendo gallardo llevaba suave sobre su cuerpo, la tela del dantuá posaba adormecida en su piel... y le sentaba tan tan bien, mire vea. Es que cuando se viste por las noches es una crack La Personaja. Le gusta transformarse, de día es Horacio y de noche Graciela -¡Mire vea!- Eso lo viene haciendo desde la última (supermegapretendida) invasión a Malasya, que el mismísimo Personaje Descolocado intentó; luego, como ya habrán leído en el informe que pasé por mesa de entradas, no ocurrió, porque La Comandante Luciérnaga junto El Celebrante, a Personaje Descolocado, se lo mejicanearon con la morfina pero lo letal fueron sus miroteadas delante de él, insinuando re onda entre ellos, con giñadas, de todo, mire vea. En fin, eso ya pasó, ahora el plan de Personaje Descolocado es asaltar definitivamente el texto para seguir escribiendo sus delirios. Al escribiente ya lo tenía desde la vez que se le metió por el ángulo superior izquierdo del exordio del escrito, donde lo puso para que esperara, de boludo, digo yo. De confiado. De choto. Si lo pensás un rato más te diría de infeliz, que se lo merece porque siempre hace lo mismo para que le pase lo mismo. Luego se le metió a la pieza, a la heladera, y, cuando el otro fue a comprar manteca al almacén, Personaje Descolocado ya escribía la saga. Un bardo, mire vea. Una falta de respeto. Propio de un invasor. Que yo sepa.

Aunque me lea -la verdad- ya no me importa, porque el tipo se las ingenia igual para saber lo que estamos pensando todos en la saga. Es como si fuera una máquina de escribir autónoma de las manos, a la vez gobernando las manos. La que adicta es la máquina y el que escribe es justamente este gil que labura para la empresa de la dicta, pero lo que se escribe es lo que dicta la máquina y no este gil que escribe lo que dicta la máquina para la empresa sin manos. En fin, mire vea. -: Mire, y también... Vea-, qué puede suceder cuando uno hace un acto de bien. Un acto noble: alojar a un Personaje de otro texto que -dice- viene perseguido de oooootro texto, ¿Cómo le iba a decir que no? En ese momento el con-texto "daba", pero ahora el tipo es un caradura que hasta se viste de mujer por las noches, quiere jubilarse antes en el texto, "a los 60", dice, para irse a otro, que yo sepa, tal vez de mujer, y escalar en la fantasía de Malasya como viene pasando hace rato, por eso se está yendo todo, pero todo, al carajo en Malasya.

-Pausa- escribió, La Voz de la penumbra.

De esa manera el chabón intenta zafar, y así no quedar atrapado en la jaula de su personaje en el texto, zafar para no terminarlo, porque no se la banca el cagón, porque es un vago y le da lo mismo, o le chupa un guevo. ¡Mirá lo que va a hacer para jubilarse antes! Cambiarse el sexo en el registro de cambios de sexo de la oficina proxenetista de Malasya, la que queda. Porque a las demás las volaron en las incendiadas de otoño, y, ahora, transicionar, es muuuucho más caro en la literatura de personajes. El yunque no vale nada, el esquimal está por encima en 3,5 puntos del mercado cambiario. El brit sube y sube en ascensor para el cadalso. Sin embargo, El tipo, no sé cómo ha hecho para arreglárselas y volver a huir.

Marcelo Padilla