¿Secuestro y tortura de una maestra en Moreno? Nada cierra

¿Secuestro y tortura de una maestra en Moreno? Nada cierra

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Esta semana, propios y ajenos se vieron conmocionados por el secuestro y posterior tortura de una maestra del partido bonaerense de Moreno. La mujer, llamada Corina De Bonis, es en estas horas asistida psicológicamente.

El hecho es totalmente repudiable... si es que fuera real. Es que, según pudo saber el Post, los investigadores tienen severas sospechas de que todo se trate de una farsa, pergeñada por gente cercana a Roberto Baradel del gremio Suteba.

Amén de que el relato de la mujer es poco creíble, no pasó inadvertido para los sabuesos el hecho de que el gremialista se haya convertido en vocero y denunciante de lo ocurrido, con una sobreactuación pocas veces vista. Por caso, hizo "responsables de lo que ocurra" al gobierno nacional y provincial.

La pregunta es obvia: ¿Creerá realmente el gremialista que el macrismo pudo mandar a secuestrar a una maestra solo por poner ollas populares en un colegio? Más allá de la valoración que se tenga del gobierno, ¿no será mucho? Y otra cosa, ¿por qué nada se dice sobre Walter Festa, el intendente kirchnerista de Moreno?

Por lo que se sabe, que surge del relato del propio Baradel, a la mujer "le pusieron una bolsa en la cabeza y la torturaron"; y "con un punzón le escribieron en la panza algo así como 'no a las ollas'".

Otra vez: ¿Quién puede creer que alguien haga semejante movida logística solo para repudiar que se dé de comer a chicos en la escuela?

Incluso es suspicaz el hecho de que nadie haya visto nada, aún cuando todo sucedió en la esquina de Güemes y Tablada, zona que no carece de tránsito, tanto vehicular como de personas. Por si fuera poco, todo se desencadenó a las 17 hs, cuando suele estar plagado de chicos.

No solo no hay testigos del hecho, sino que la propia De Bonis no supo decir qué auto fue el que la secuestró. Tampoco pudo brindar otros detalles, como el identikit de los secuestradores.

A ello se suman otros interrogantes. A saber:

-¿Por qué Baradel no deja que la mujer hable con los medios de prensa?

-¿Por qué De Bonis habló de "dos hombres" que la secuestraron y su madre de "tres"?

-¿Por qué se habló de un auto rojo y luego se cambió a bordó?

-¿Por qué las cámaras de la zona no muestran nada de lo que denunció la mujer?

-¿No suena a chiste que se diga que la mujer fue "levantada" en un Fiat 147, que tiene dos puertas?

-¿Es casual que toda la trama transcurra en Moreno, terruño del kirchnerismo?

-¿Por qué la mujer no tiene marcas de ahorcamiento por la bolsa, o de golpes, o de haber puesto resistencia?

-¿No es demasiado conveniente que hayan existido repentinas amenazas, justo antes del supuesto secuestro?

-¿Por qué la apresurada conferencia de prensa de Baradel, cuando los investigadores no habían aportado nada relevante aún?

-¿Qué sentido tendría secuestrar a una docente para dar un mensaje que pretende ser contundente?

El caso de De Bonis se asemeja peligrosamente al de Fernando Cartasegna , aquel fiscal que sufrió un aparente apriete en su despacho y que terminó siendo un fiasco.

Al igual que en estas horas, el primero en cuestionarlo, fue quien escribe estas líneas. Ninguna coincidencia.