Crónicas del subsuelo: Enfermos de fin de mes en militancia

Crónicas del subsuelo: Enfermos de fin de mes en militancia

Por:Marcelo Padilla

Subsuelo es lo que se mueve vitalmente como crecen los cactus y la noble y estoica chipica en este desierto, a veces funeral, otras ceremonial y fundamentalmente pariendo. Subsuelo y parir. Ahí anda ese flaco parado en las esquinas de la costanera soleada un lunes feriado de agosto pidiendo ayuda y ofreciendo bendiciones. Solo ante la indiferencia, un feriado, un día de sol con viento helado, un día en el que cientos de miles no tienen trabajo y en la indigencia salen a la caza y a la pesca de un mango para comer, para comer ese día, el más importante, para al otro día levantarse con el ánimo de salir a la nueva caza y pesca. Es un muchacho joven parado con un cartel. Para la sociedad una estatua, parte del paisaje natural. Como tantas injusticias que se naturalizan (las muertes de las mujeres por abortos clandestinos) Atacan los medios, resiste el muchacho solo ahí parado. Solo quiere ayuda. El muchacho en su condición de sobrevivencia en la permanencia de lo que llaman "cuadernos gloria" (una serie de Netflix que no está en la plataforma sino en los medios) Los medios atacan con fotocopias y los parias no le importan a nadie. El subsuelo igual se mueve, con lentitud, en un estado de quietud por momentos incomprensible. No hay mística en el hambre. Tampoco proyección. A menos que la solidaridad militante les acerque un alto guiso en ollas populares en los barrios. Introduzco esta crónica con ese flaco suelto ahí en la breva del Cacique Guaymallén. Tres y media de la tarde. Fin de mes queda muy lejos. Fin de mes es el túnel de la angustia y la desesperación, fin de mes es la enfermedad.

Enfermo de fin de mes fui, enfermo de fin de mes vuelo, al refugio de Dorrego, de un encuentro de la militancia en Bermejo. En el camino de vuelta vi a ese flaco con el cartel en su soledad. Vengo de un encuentro de esperanza a fin de mes. Y allí, más de mil compañeras y compañeros debatiendo y promoviendo la organización para lo que se viene: lucha social, propuestas para salir de esto, razones para no aislarse en la fragmentación que nos propone el modelo impuesto. Escuché a la compañera Anabel Fernandez Sagasti en el cierre y pensé tal vez en ese flaco del cartel en la Costarena que luego vi. Lo que se viene es peor y por eso la organización. Si la unidad no se puede por arriba que sea por abajo con las y los que luchan por recuperar los derechos secuestrados. El subsuelo vive esa situación: el secuestro de sus derechos. Enfermo de fin de mes fui y enfermo de fin de mes vuelvo. #FuerzaCristina es el grito.

Los medios y los jueces nos han puesto contra el paredón pero no hay derrota porque enfermos de fin de mes nos movilizamos también por la recuperación de nuestros salarios devaluados. Durante la semana pasada en la Universidad Nacional de Cuyo también hubo subsuelo vital. Enfermos de fin de mes marchamos los docentes, auxiliares, graduados, estudiantes. Eso en las calles del predio del camposanto. Luego nos presentamos con nuestros carteles para reclamarles a las autoridades que asumieron las conducciones universitarias. Ahí otra vitalidad en marcha, enfermos de fin de mes pero de pie, pichicateados pero de pie, tristes pero no derrotados.

El que no llora, ya se sabe, no mama.