Crónicas del subsuelo: Penumbra

Crónicas del subsuelo: Penumbra

Por:Marcelo Padilla

It is the last day y hace frío guey...llueve en la pecera y nadie llora porque hay silencio tribal en las muchedumbres que sienten no pegan una. La falta de litio, químicos, padecimientos en "vacaciones permanentes" a lo Jarmusch cabrón, o el dolor de los amantes vampiros en "Only lovers...", también de Jarmusch, Flores rotas...y así. Somos ahora eso quizás, una película de Jarmusch nacional donde la trama golpea... pum! pum! pum! en la espalda y escupimos gargajos nacionales, tos, gripe, faringitis, cánceres. Son los ataques de Rose, mi querida Rose, que muerde fuerte la carne y marca como una señal de tribu. Es la "Era del hielo". Ésta, inanimadamente turbia. Un deja vú noventoso como cuando Menem se sacó el poncho, allá por el año 90. Es un punto final de varias cosas... ¿por qué no celebrar?... ey! bienvenido al arte del incesto del pensamiento, dentro del cesto bicho canasta, gusano que grita y luego vuela. Perdimos. Hundimos. Que nadie te la cuente de otro color que no sea Purple Rain, con Prince en un carro hidrante tirando chorros a los espaldas mojadas. Andamos mejicaneados, espaldas mojadas. Por más abrigo, se ve la carne. Ya no hay reyes desnudos en la gleba para cobrar diezmos. Medievales mantras en los bondis y troles alemanes en la ciudad lastimada de perder. Fuego a palitos... hagamos fuego frotando palitos y prendamos la cinta de La guerra del fuego, para aprender de un cine post-fáctico. Nos la hicimos. Lunes y martes: el ocaso de los dioses, no hay pinturas que nos retraten hoy. Recurro al maldito Turner y a sus tormentas en la escollera llevándoselo todo puesto como a un castillito de arena. No hay más autor, somos nombres nomás de reproductores y cazadores en los lagos. El que no caza y busca sangre no sobrevive. Taxi libre perfumado con Cadena 3, así, Latinoamérica enchilada, al rojo vivo. Con fobia de ascensores merqueros. It is the last day manga de cabrones. Aymará ventrílocuo. Loco. Loca. Llueve dije, llueve. Perdimos el otoño rancio. Consumo consumo consumo. A mirar el consumo por vidrieras. Es la hora de ellos y hasta que no ardan los estómagos no habrá rebelión somática. Perder es el síntoma hermano, hermana planetaria. Si querés verde pagálo con tu estoica inmolación. Me he quedado quieto de pura calma y rivotriles. Es el alto imperio que fabrica objetos majestuosos, un gran patio de objetos de insatisfacción, rendidos a los pies de los edificios de mil quinientos pisos. La meca del capitalismo. La otra meca está diezmada y bombardeada. Me hago musulmán ahora mismo. Por curiosidad. Viva el Corán sacrílego. Chile es un país que azotó la naturaleza, pringoso en Valpo, no pasa nada. Perder argentinamente. No pasa nada. Inglaterra no quiere roses con Europa y ha encendido la mecha de la separación de los poderosos. Libra de esterlina y Lira de Chile suicidado. No hablo del giro copernicano a estas horas de la noche...ni del molinero enjuiciado que cuenta Carlo Ginzburg en El queso y los gusanos. Barrio perdido de almacén...mishiadura y ayuno. Mate cocido. Escapemos por delante en pleno shock macrista. Quietitos en el fuego, leña hay porque hay árboles en esta provincia texana. Es cuestión de salir con la motosierra con casco de preventores y sacar sabia para estoquear en el fondo de las casas.

Comidas, la gente del barrio hace rato que hace comidas. Para vender o trocar, para sostenerse en el embarcadero del Canal Cacique Guaymallén donde invisibles navegan las canoas en una sola dirección. Hacia el abismo del Bermejo llegan las chancletas flotando junto a las bolsas de basura, alguno que otro cuerpo errante y pálido, hinchado, desropado. Las maternidades acuáticas para la pobreza pintoresca, la náutica en el vergel que parte a la ciudad y separa a los territorios bohemios y rurales, vegas para el refrescar en el próximo verano, lluvia de barro y agua estancada.

"el pueblo anda disperso por las grandes avenidas bajo la lluvia/ Qué será del vendedor de medias casa por casa y qué de la chica que ofrece limpieza con su niño a cuestas/ Qué será...de la casa sucia la ventana borrosa y el techo goteado/el pueblo anda disperso y gediento por las grandes avenidas bajo nubes extranjeras/Qué de esa nube ocupando el lugar del sol/ Y del remisero trucho 18 horas por día?/Qué de las chicas amenazadas por el verde de los pañuelos/Qué de los pibes y pibas sin trabajo colándose en los subtes/Qué será de las calles multadas que apuntan con sus balas/Qué será del militante desabrigado en las horas frías del invierno/la fila para el gas la fila para el pan la fila para la luz/ el pueblo anda disperso por las grandes avenidas/entristecido el gesto y el ademán del saludo/ seco de amor amuchándose en las tormentas"

La ola de los cuadernos y persecución no se aprueban por encuestas, en todo caso intenta legitimar una política mayor, continental en su ambición fagocita sin dejar una buena siembra. No habrá cosecha feliz para los aparceros, del cielo llueve peste e infección para el exterminio. No tenemos buenas caras, no tenemos más que apagar las luces y pensar en la penumbra arrinconada