Cómo es la vida hoy del mendocino que salió de las drogas y fue abanderado

Brian Alaniz, el joven que pudo vencer a las drogas y la delincuencia y así salir abanderado, continúa con una vida enfocada al estudio y el progreso. Aún espera ayuda del Estado.

Cómo es la vida hoy del mendocino que salió de las drogas y fue abanderado

Por:Hernán Morales
Redacción Post

Su nombre cobró fama el año pasado e incluso resonó en varios medios nacionales.  Brian Alaniz con 17 años y un pasado ligado a las drogas y la delincuencia cambió de vida y se convirtió en el abanderado del secundario Cebja 3-241 de Maipú.

"Antes me drogaba y salía a robar. Estuve jodido. Pero ahora soy abanderado y quiero ser ejemplo para otros pibes", declaró en aquella ocasión después de conocerse su logro.

Brian creció en un ambiente familiar marcado por la violencia. Sus padres se separaron cuando él tenía cuatro años. Junto a sus cuatro hermanas se fueron a vivir con su madre a Las Heras. "Me escapé de mi casa porque el novio de mi mamá nos pegaba y también a ella", contó. 

Cuando tenía 9 años, la Justicia ordenó que viviera con el padre en Godoy Cruz. Llegó a séptimo grado de primaria y decidió abandonar la escuela. A los 12 años empezó a vivir en la calle con otros chicos. 

Años después, a los 14, pasó por los albergues de la Dirección del Menor y después fue derivado a la ONG Puente Afectivo, que conduce el ex preso Marcelino Altamirano, un luchador contra las drogas. 

También se escapó varias veces de ese hogar para chicos en situación vulnerable hasta que un día decidió cambiar: "No quise más eso para mí. Quería ser como los pibes del hogar que trabajaban, tenían sus autos y se compraban sus cosas". 

Su vida, hoy

La historia de Brian fue conocida en todo el país en diciembre del año pasado. Al día de hoy su rutina diaria sigue marcada por el esfuerzo y las ganas de progresar.

En diálogo telefónico con el Post, el joven contó que se encuentra muy contento cursando el último año del Cebja. "Hay que ponerle pilas y darle para adelante. Estoy re bien por suerte", contó emocionado.

Además, a la par del cursado, trabaja en el Club YPF realizando tareas de mantenimiento. De lunes a viernes asiste solo unas horas después de clases, pero los fines de semana y feriados cumple horario full time. 

La vida de Brian se encauzó definitivamente gracias a su compromiso por salir de un ambiente signado por la delincuencia y las drogas. "Estuve en cualquiera", recordó el joven. 

Finalmente y como mensaje esperanzador contó cual es su objetivo en la vida: "Quiero terminar la escuela, tener trabajo fijo, mi familia y un auto".

Marcelino, un gran puente

Gran parte del crédito en la recuperación y reinserción de Brian está en manos de Marcelino Altamirano, quien está al frente de la ONG Puente Afectivo, el lugar donde vive y colabora actualmente Brian.

Esta organización tiene una misión clara: Posicionar a la escuela y el trabajo como proveedores de aprendizaje, identidad, humanidad y dignidad, para de esta manera facilitar la inclusión social de los jóvenes y adultos que lo necesiten.

"Queremos que los chicos trabajen y así paguen sus estudios", dijo decididamente Marcelino en charla telefónica con el Post. El considera que de esta manera se pueden recuperar todos aquellos que quieran salir del mundo de las adicciones y la ilegalidad. 

Actualmente, y según las palabras de Altamirano, el lugar no recibe ayuda económica por parte del Estado y se mantiene gracias a la contribución de los vecinos y ayuda de sus residentes. "El gobierno nunca nos dio bola", espetó. 

De la esquina a la universidad

Según fuentes del Ministerio de Desarrollo Social y Derechos Humanos de Mendoza, las ayudas económicas para que chicos como Brian puedan finalizar sus estudios existen y se implementan con éxito.

En esta línea, Ulises Moyano coordina el programa "De la esquina a la Universidad", un programa que trabaja en articulación con el Plan Pro.gre.sar. que busca instalar la idea en los jóvenes de que el estudio es útil si quieren progresar en la vida. 

Los tutores de este programa acompañan, informan y motivan a los jóvenes de 18 a 24 años para que retomen y finalicen sus estudios secundarios. Luego se los orienta para el ingreso a la universidad.

"Trabajamos con la UNCuyo, la UTN y la Universidad de Congreso", informó Moyano. De hecho, las ayudas económicas de $1700 han dado sus frutos: una chica, oriunda del Bº San Martín, ya se recibió de asistente dental hace unos años.

Finalmente, Moyano admitió que si bien desde el Ministerio se encuentran satisfechos por la efectividad de estas ayudas, actualmente "están muy complicados porque hay atrasos en los pagos". La situación financiera de la provincia también afectó a este programa que ayuda a los jóvenes que quieren ser como Brian y seguir su ejemplo.