"Crimea se parece a Mendoza": trabajó de manera forzada en Siberia

Estuvo siete años en un campo de trabajo forzado en Siberia.

"Crimea se parece a Mendoza": trabajó de manera forzada en Siberia

Por: Mendoza Post

Este sábado diario Clarín sorprende con una entrevista a Norberto Domenech, un argentino de 92 años, que trabajó durante 7 años en un campo de Siberia.

Aunque nació en Luján, pronto su familia se fue a Europa: atravesaron el Mediterráneo y el Mar Negro para viajar desde la Guerra Civil Española a la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas.

“En el barco éramos setenta chicos y algunos maestros. Todos pensábamos que el viaje a Rusia iba a ser por poco tiempo. Llegamos al Puerto de Sebastopol, en Crimea. Los rusos nos recibieron muy bien. Ahí mismo, en Crimea, nos quedamos un tiempo. Nos llevaron a una escuela, teníamos para dormir y para estudiar”, contó Domenech a Clarín.

Allí mismo hizo una comparación sorprendente: “Crimea se parece a Mendoza. Mucha viña. Mar Negro. Divino. Estuvimos unos meses hasta que nos llevaron a Moscú. Nos instalaron en un colegio muy lindo con unas piezas grandísimas. Me hice amigos, me divertía. Abajo dormíamos nosotros y arriba las chicas. Nos juntamos con otros niños de España: en total éramos como setecientos”.

Domenech finalmente recaló en Rusia, donde no le esperó la mejor vida: “Empecé a trabajar en una fábrica de aviación. Al poco tiempo nació mi primera hija, Carmen, y luego Josefina, una bebita linda, gordita, que murió en mis brazos, de diarrea estival. Le agarró esa enfermedad, la llevé al hospital, no me la quisieron aceptar y se me murió en los brazos. Yo le calentaba las manitos, los piecitos con aliento, pero se me iba, se me iba, y se me fue. Por ese entonces empecé a visitar al consulado a ver si me dejaban volver a Argentina. Pero Stalin había dado una orden: los que querían irse a otro país -éramos varios- serían enemigos del régimen. Y entonces me arrestaron. Me separaron de mi mujer y mi hija que tenían pasaportes soviéticos. Primero estuve en la cárcel política de Lubianka y después pasé siete años en un campo de trabajo forzado en Siberia”.

La historia completa se puede leer acá