Crónicas del Subsuelo: "Brasuca"

Crónicas del Subsuelo: "Brasuca"

Por:Marcelo Padilla

Por radio imagino once de la mañana tirado en un pasto de San Carlos los goles del Tomba a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro. 5 a 0. De allá llega regalo en día anticipado. Estuve metido en el Sindicato de Metalúrgicos dos días, en la tensión, en la alta y en la baja señal de TVT. Luego del tedio y los almanaques releo algunos párrafos de la “Novela de la Eterna y la Niña del dolor Dulce-persona de un amor que no fue sabido”, Macedonio Fernández. La gravidad que pare a lo ingrávido, lo que no está o no se sabe, lo que no se escribe y esas cuestiones que obsesionan del pre-metafísico tipillo flaco que tomaba sopas de una semana. Estuve metido como tanta gente en ese sindicato, indignado, por momentos emocionado, en fin, la misa popular y luego Lula sopre.

Nosotros aquí sin guita, contando las horas para que avance lo que atrasa y se termine alguna vez, sólo alguna buena vez inesperadamente no escrita a voluntad de nadie, en un materialismo aleatorio del encuentro subterráneo, umbilicalmente atados a una clase que pierde siempre en los quilombos con las fazendas cotidianas. Así pues ésta ingravidez ideológica deja atajitos de penumbra que duran uno o dos días en la posibilidad de gugelmapearse la mente un toque y ser uno más de la parada en el mítico sindicato que lo parió.

El mundo atiende en una sede rizomática que multiplica el efecto de una “supuesta participación” en los destinos inciertos. La tenue lluvia de los ojos -¡al sur de párpados claro!- retiene en su salar el descanso de una nueva entrada a la Cárcel del Operario. De la fábrica a la cárcel del operario. De la cárcel operaria a la fábrica-sindicato, gramcsiana imagen turinesa que vuelve de un pasado fundacional, o mejor -cambio la imagen-, la ilusión de un Lula libre para esperanza del pueblo brasilero y latinoamericano. La ilusión del peronismo brasuca. Eso, peronismo originario brasuca, tal vez, “no militar”, operario… Gramcsi y Perón en Lula 2018 sin más que los pobres sin armas. Los sin nada. Desde lejos, pueblos honrados del mundo voyeurizando, haciendo atractivo un momento sintético que puede ser bisagra en la historia brasilera.

Acá en La Consulta hay sol, los paisanos y paisanas compran despacio en las verdulerías, no hay gritos, es puro Tunduque, batuque lento en plan de viaje hacia el piso. Dan ganas de salirse de la red, es como que ya estuvo bien unos años donde creímos allí estábamos. Nos quitaron el tiempo para hacer lo nuestro. No sé, lo que cada uno defina como lo nuestro. Fue un tiempo, transitar una experiencia de película “¡ey!… ¡éste es el futuro!”. Después supimos de dónde era ese dios que no estaba en todas partes. El obituario Facebook es ya un confesionario sin cura, endogámica demostración de nuestra debilidad y descompostura. La migración se verá hacia dónde.

Los perros duermen al sol fresco, calientan la tierra, babean. En los trópicos de nuestro desierto Pablo me lleva en un escort gris baqueta, cimarrón de cemento. Doce horas arriba del baqueta por día, Pablo ex empleado echado de Di Arco, sin que se note, saluda a pesar del cuerpo baqueta de Pablo. Dorrego mal duerme segundos semestres.