Uno de cada diez fármacos es falso o de baja calidad

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, en países como la Argentina, uno de cada 10 medicamentos en el mercado es falsificado o de mala calidad (es decir, sin efecto alguno). Esto representaría unos 30.000 millones de dólares en costos para los sistemas sanitarios de los países en desarrollo de medianos y bajos ingresos.

Esto abarca a todas las categorías de medicamentos: desde antibióticos y vacunas hasta terapias oncológicas, cardíacas, psiquiátricas, anestésicas o para la malaria, la diabetes o los tratamientos de fertilidad asistida, de acuerdo con las denuncias de más de cien países al sistema de vigilancia de la OMS en los últimos cuatro años.  

En América latina, los productos falsificados o de baja calidad -autorizados, pero que no cumplen los requerimientos- más comunes son antibióticos, vacunas, anticonceptivos y el misoprostol, un producto utilizado para inducir el aborto. Un producto queda fuera de las especificaciones cuando hay un error en la producción, se degradó durante el transporte o el almacenamiento o se venció. 

"Esto es un problema global. Hay denuncias de países ricos y pobres que alcanzan a los fármacos nuevos como a los genéricos. Hoy, los medicamentos que se producen en una parte del mundo pueden tener impacto en los pacientes de la otra parte del mundo", dijo ayer Michel Deats, especialista en seguridad y vigilancia farmacológica en una conferencia de prensa en Ginebra.

"No hay demasiados informes de incidentes de la Argentina. Aun así, el país reconoce que es algo para lo que hay que prepararse y trabaja con la OMS en este problema", explicó Deats al diario La Nación. "De los 1.500 informes que recibió el GSMS, apenas llegan a un dígito", sin más precisiones sobre las denuncias de la Anmat.