Así lo asegura un ex asesor del ministerio de Seguridad en la época de Nilda Garré.

Los narcos tienen mejores armas que los gendarmes

Por: Mendoza Post

Un informe presentado por Jorge Rodríguez, un ex funcionario de Nilda Garré cuando era ministra de Seguridad, hiela la sangre. Hay villas del Gran Buenos Aires en las que los narcos tienen mejor armamento que la gendarmería.

Jorge Rodríguez era asesor del ministerio de Seguridad que conducía Nilda Garré, ratificó hoy su denuncia sobre la existencia de diez laboratorios de producción de clorhidrato de cocaína en la villa 1-11-14 del Bajo Flores.

De acuerdo a un informe de Infobae, Rodríguez presentó durante su gestión 235 informes con datos muy precisos sobre la organización que conduce el peruano Marcos Antonio Estrada González. Y acusó a sus jefes y a la Justicia de "no hacer absolutamente nada". Sus reportes prueban, entre otras cosas, que los narcos están mejor equipados que los gendarmes apostados en los alrededores del asentamiento. Y que, al parecer, no están allí para combatir el tráfico de drogas, sino para tratar conflictos vecinales.

En Brasil, con armas en serio

En su informe 198, en enero de 2013, Rodríguez analizó la política de seguridad de Río de Janeiro en las favelas. En un punto detalla el armamento usado por el Batallón de Operaciones Policiales Especiales. Tras una larga descripción, su conclusión es tajante: "No van a las favelas como nuestros gendarmes y prefectos munidos de escopetas 12/70 con munición de postas de goma".

Los narcos

En un reporte presentado el jueves a la prensa, Rodríguez recuerda una reunión con miembros del Ministerio de Seguridad de inteligencia en la que contó que en la villa 1-11-14 hay "300 'soldados' peruanos armados con FAL, AK 42 y AK 47" y que en los pasillos, donde se infiltró durante años, vio "peruanos con Uzi y mini Uzi".

Operativo "saturación" en la Villa (Youtube)

Ya en su primer informe sobre la villa, el 9 de marzo de 2011, le había revelado a Garré: "Los 'soldados' en general portan armas cortas en la cintura y a la vista, y sólo algunos llevan armas largas". En otro pasaje, afirmaba: "No tenemos dudas además de que los 'soldados' apostados en algunas de las terrazas disponen de lanzamisiles RPG, conforme nos han informado varias fuentes peruanas, como también de granadas, y que sin dudas saben utilizarlas".

Droga secuestrada en la villa.

El séptimo informe de la villa del Bajo Flores, de octubre de 2012, es particularmente revelador. Rodríguez ya había elaborado tres mapas sobre lo que el bautizó como Territorio Liberado Peruano  y cuenta que le tuvo que entregar copias a los móviles de Gendarmería, porque no había recibido ningún tipo de información al respecto. "Esta es una buena muestra de cuanto les importa la vida de los gendarmes a sus jefes y a los funcionarios del Ministerio de Seguridad", comenta.

También advierte: "Por supuesto que (los gendarmes) tampoco sabían que los narcos tenían fusiles de asalto calibre 7,62 ni distintos tipos de ametralladores y cuando les relaté dicho pertrechamiento me miraban como un marciano. Hasta que empezaron a encontrar cápsulas servidas o munición 7,62 completa en las calles o los pasillos internos, que los soldados peruanos les dejaban para amedrentarlos. Soy testigo de que los chalecos RB2 que tienen los son atravesados por ese tipo de calibre con balas perforantes casi como si fueran de papel".

"Además los gendarmes llevan escopetas 12.70 con postas de goma, un enfrentamiento contra fusiles 7.62 resulta una broma de mal gusto, tal como me cansé de informarle varias veces a la Ministra por escrito", remata.