Los juegos de la muerte: adolescencia y efecto contagio

¿Cualquiera puede caer en la trampa de la ballena azul o debe tenerse una personalidad particular? ¿El problema es el juego o la persona? La palabra de los especialistas.

Los juegos de la muerte: adolescencia y efecto contagio

Por: Mendoza Post

En el último mes -aunque tiene su inicio en Rusia hace dos años-, el caso del juego de la ballena azul ha dado la vuelta al mundo y mantiene en vilo a padres, maestros y autoridades, todos ante el temor que los adolescentes lleguen al punto 50 del desafío: el suicidio.

En varios artículos periodísticos ya se lo ha descripto, se ha alertado al respecto e incluso se han revelado casos puntuales de chicos que han sido víctimas de su proceder, el más cercano en la provincia de San Juan. Más aún, en nuestro país se ha dado a conocer un 0800 para llamar en caso de encontrarse con una potencial víctima del juego: el 0800 33 347225.

Si bien se ha podido confirmar que algunas muertes fueron inicialmente provocadas por el juego, y hay chicos de otras partes del mundo probando algunos de los retos -aunque sin llegar al suicidio- la preocupación social que ha causado este fenómeno no parece estar tan justificada a la hora de conocer las cifras oficialmente verificadas como en la enorme difusión que ha tenido el juego.

Hay que tener en cuenta que el índice de suicidios entre adolescentes en Rusia está en uno de sus momentos más elevados, algo que no tiene nada que ver con la ballena azul, sino con la situación económica y política del país. Sin embargo, el hecho que los medios rusos alertaran de estos suicidios provocó el interés de otros medios internacionales, y por ende de otros grupos de jóvenes que estaban ajenos al tema inicialmente. El listado con las 50 reglas se empezó a difundir a nivel mundial, y chicos de todas partes comenzaron a aceptar los retos, en un preocupante efecto contagio.

Pero existe un tópico sobre el cual no se ha profundizado demasiado, y es quizás el más relevante: ¿Cualquiera puede ser pasible de caer en la trampa de la ballena azul o debe tenerse una personalidad particular? ¿El problema es el juego o la persona? ¿Por qué los adolescentes son pasibles a aceptar este tipo de desafíos que los ponen en riesgo, incluso de vida?

¿Por qué los adolescentes se ven atraídos por este tipo de desafíos?

La licenciada en psicopedagogía y directora del equipo Libres de Bullying, María Zysman, lo explicó al Post: “Cuando la autoestima es muy baja buscan esas cosas para levantarla. Muchas veces el joven necesita de este logro inmediato, se siente poco reconocido en lo cotidiano. Y como en este juego se refuerza la idea de que el valiente avanza, esa necesidad de sentirse importante, de sentir que lo logró, se apodera de él”.

Desafío de la goma de borrar

En diálogo con el Post, el psicopedagogo y especialista en Gestión de la Convivencia y Prevención de la Violencia Escolar, Alejandro Castro Santander, aseguró que "existen muchos juegos de la muerte, por lo que me sorprendió la repercusión de este caso en particular, el cual es preocupante, ya que el primer punto del desafío contempla la autoagresión".

"No importa que sea la ballena azul y o ‹la ranita fuccia›, acá lo que hay que tener en cuenta es que la población adolescente es mucho más influenciable", consideró el especialista.

Y agregó: "En una sociedad que pareciera haber perdido el sentido, Internet los desafía y los moviliza. Los mantiene más motivados. A eso le sumás un acompañamiento pobre por parte de los padres y le agregás tendencias suicidas y tenés una fórmula muy peligrosa".

Tanto en el juego de la ballena azul, el de la goma de borrar o lo que hace años fue el choking game, que desafiaba a autoahorcarse hasta desmallarse, y que provocó la muerte de miles de adolescentes, "hay una mente perversa detrás, pero también por ende hay un relegamiento de la voluntad, por que lo que hacen es obedecer", añadió Castro Santander.

Philipp Budeikin de 21 años, creador del juego.

"La autolesión es una forma de dañarse porque ese daño tapa otro dolor más anímico", agregó.

Ballena azul y Por 13 razones 

Para el reconocido especialista, el Efecto Werther, o efecto contagio del suicidio, es real. Y si bien recordó que existe un protocolo en los medios de comunicación de todo el mundo para tratar los casos de suicidio, ante este tipo de juegos de desafío propagado a través de las redes, el control es más difícil, por eso la comunicación entre padres e hijos es primordial.

"En la serie 13 razones por qué, lo que se ve es el deterioro de la personalidad por el acoso que sufre la protagonista, y por eso se suicida. Es un suicidio del tipo vengativo", explicó Castro Santander y aconsejó: "No la recomiendo para chicos, porque puede haber una posible identificación con el personaje. Hace parecer que el suicidio es el único camino y hace quedar mal a los profesionales, que no le dan respuesta".

Sin embargo, remarcó que no hay comparación con la serie y el juego de la ballena azul, "el caso del juego es pura perversidad. Es un desafío, una prueba para sentirse vivo".

El psicopedagogo recordó que en un contexto donde en Latinoamérica la depresión ocupa el primer lugar entre las enfermedades de adultos y jóvenes, y el suicidio ocupa el primer lugar a nivel mundial de muertes violentas, el diálogo con los adolescentes es primordial, y recomendó "No negar ni prohibir el acceso a los medios, hay que enseñarles a ser usuarios responsables de los dispositivos. El tema siempre se reduce a lo educativo. Los adultos tienen que tener mucho diálogo y saber en qué están".

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