Cómo será el peronismo que viene

Cómo será el peronismo que viene

Por:Lucas Carrasco
Periodista

 Probablemente, el peronismo que viene sea una síntesis -con todo lo bueno y lo malo que esto pueda tener- entre menemismo y kirchnerismo, entendiendo por kirchnerismo la etapa que concluye con la muerte de Néstor Kirchner. Antes del giro a la derecha y la radicalización del delirio megalómano de Cristina Fernández, tras el fracaso de la instalación del delirio minilómano: Máximo Kirchner.

La democracia tiene estas particularidades. Es un torrente que cuando parece desbordar, confluye con otros ríos y logra una síntesis inestable, quizás efímera a grandes trazos históricos, pero conteniendo el caudal anterior. No es poca cosa.

"La señora se cree la democracia entera. Mirá vos".

La consigna con la cual anteayer pusieron unos manguetes para festejar el ascenso de All Boys y de paso aplaudir a la presidente cuando se elogiaba con cifras imaginarias, fue "la democracia no se imputa". Es decir, la señora se cree la democracia entera. Mirá vos.

Sabido es que la modestia no es su fuerte pero acá, con ésto, para decirlo académicamente, se fue al carajo.

Sin embargo, es una señal positiva que no pase nada más que unas risotadas tan fuertes que sacuden el planeta, aún cuando no esté bueno tener que tomar en solfa a un presidente cualquiera, menos a una presidente tan amargada, además, que solo muestra alegrías y bastante cursis cuando baila con Moria Casán sobre cadáveres de los saqueos o cuando postea la alegría loca que le da la muerte de un fiscal que casualmente la había acusado de un delito de lesa humanidad cuatro días antes.

Cristina Fernández y Néstor Kirchner.

Entre tanta demasía, la democracia se las viene ingeniando para salir a flote.

Y pensar el peronismo que viene como una articulación de síntesis de procesos históricos trae a la vez una cierta esperanza moderada de alivio a las tensiones dramáticas de la política que en nuestro país siempre parecen a punto de explotar.

Aunque también, claro, significa un horizonte conservador: las mismas desigualdades brutales de la actualidad, por ejemplo. En el plano social, penal, político y económico. Ni más ni menos. Es decir; no quiere decir que esto sea elevadamente bueno en sí mismo. Solo quiere decir que es lo más probable que termine sucediendo.

"El kirchnerismo hoy es prácticamente una secta de niños ricos que tienen tristeza" 

La década K, que está concluyendo de manera patética y contradiciéndose con sí misma, debe analizarse a partir de la ausencia de un contrapeso. Es la implosión del radicalismo en el 2001 y la derrota del menemismo en el 2003 lo que explica también sus demasías. Un sistema institucional pensado con contrapesos, al carecerlos justo en el momento donde se necesitaba un liderazgo políticamente fuerte, que a la vez coincidió con un ciclo de alza en la economía postdevaluatoria y con un período de bonanza en los precios internacionales de las materias primas, generan un escenario de euforia cuyo declive deriva en el actual patetitsmo de una secta gobernante perdida y ensimismada que causa dosis de gracia y enojo casi por igual.

La crisis del radicalismo, especialmente, dejó sin "representación" a un numeroso sector social que, a su vez, el gobierno K fue beneficiando y ampliando: las clases medias. Y la derrota humillante del menemismo dejó a la deriva a la ideología neoliberal que se había aliado a esa facción del peronismo.

Aunque en cierto modo, el kirchnerismo en su primera etapa contenía estas síntesis (la presencia de Cobos, Boudou, De Genaro, De Mendiguren, Magneto y Moyano es representativa) hoy es prácticamente una secta de niños ricos que tienen tristeza y la calman con análisis de zócalos televisivos, con bastante mala suerte, por cierto. Con la peor de las malas suertes, en realidad: si sus análisis fueran correctos y acertados no incidirían en nada en los aspectos verdaderamente importantes. Es decir, la brutal desigualdad social, jurídica, política,cultural y económica de nuestro país socialmente africanizado.

Cobos, Cristina y Boudou.

Los aspectos que degradaron al kirchnerismo -prometer una Justicia Social que solo se reflejó en los numeritos falsos del INDEC- van a quitarle impulso, al próximo peronismo, a esos ítems tan indispensables; por lo cual, es probable que a su izquierda le crezca algo más genuino. También Mendoza parece ser un experimento de ésto.

Los aspectos que al kirchnerismo nunca le importaron, como la salud republicana, la justicia independiente y una mayor competitividad en áreas más complejas que la soja y el petróleo, hicieron crecer a su derecha a nuevas formaciones políticas que viniendo de experiencias municipales parecen fagocitarse a la UCR.