Nermin Halilagic, el hombre imán que en realidad es un fraude

Nermin Halilagic, el hombre imán que en realidad es un fraude

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Otra vez sopa: como cada tanto, aparece un “superdotado” capaz de adherir elementos de metal a su cuerpo. Los hubo por docenas, y cada uno de ellos fue debidamente refutado.

Ahora es el turno de Nermin Halilagic, un bosnio que, según sus seguidores, posee la habilidad de atraer el hierro. “Los objetos metálicos se les quedan literalmente pegados al cuerpo”, advierte Dado Ruvic, quien publicó su caso.

Este último añade un detalle curioso: “Su cuerpo no pudo atraer y mantener pegada mi cámara fotográfica, pero los teléfonos se adherían fácilmente. Cuando uno lo toca, siente una especie de electricidad”.

     Otro fraude y van...

Más allá de la curiosidad descripta, la pregunta surge inevitable: ¿Cómo hace Halilagic para que se le peguen las cosas de metal al cuerpo?

Primero hay que advertir que, como se dijo, no es el primer caso que se conoce: hay muchísimas personas que hacen lo mismo y la mayoría, incluso, son de su misma nacionalidad, bosnios.

Lo curioso es que ninguno de los que logran adherir metales a su cuerpo se deja examinar por científico alguno. ¿No es sugestivo?

Luego, siempre termina ocurriendo lo mismo: el fraude es descubierto. Más temprano o más tarde.

Por caso, hace unos años un niño del norte de Croacia llamado Iván Stoiljkovic fue bautizado como "el niño imán" por ostentar esta supuesta capacidad. Sus padres aseguraban que tenía “súper fuerza” y que sus heridas cicatrizaban más rápido que las los demás niños.

Pronto, la prensa de todo el mundo se hizo eco de la supuesta maravilla y los videos con sus hazañas recorrieron las redacciones de casi todo el planeta.

Sin embargo, al poco tiempo se comprobó el fraude: los objetos en realidad no quedaban adheridos cual imán a su cuerpo, sino que eran apoyados y hasta presionados en algunos casos para que se "peguen".

En todos los casos es igual: los elementos son adheridos a presión, algo que puede ser replicado por cualquiera de los que lee esta crónica.

Para comprobar que alguien tiene el poder de un imán, deberían colocarle objetos de metal debajo de su propio brazo extendido, desafiando la ley de gravedad. Eso, para empezar. Luego tendría que pasar por una serie de estudios que permitieran certificar el pretendido poder.

En el caso del pequeño Iván puede verse cómo se queda inmóvil mientras alguno de sus familiares presionan los objetos contra su cuerpo, casi siempre por sobre su voluminoso estómago.

Lo insólito de la cuestión es que casi todos los videos que hay sobre su supuesta capacidad —y la de otros “imanes humanos”— han sido filmados por periodistas que no se han tomado el mínimo trabajo de chequear esos eventuales "dones".

Como dijo alguien alguna vez, la inteligencia es limitada, pero la idiotez no tiene límites.