Plan Kerchner: obra pública a full

El nuevo superministro planea una suerte de “obra continua”. Los subsecretarios están en evaluación. Las prioridades.

Plan Kerchner: obra pública a full

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

En un cambio de ministros de un mismo gobierno nadie puede hablar de una “pesada herencia”. Pero sí hay que decir que el diseño  “austero” que hizo Alfredo Cornejo, dejó constituido un súper ministerio que Enrique Vaquié condujo por catorce meses, y que ahora “heredó” Martín Kerchner, generando además el ascenso de Lisandro Nieri a ministro de Hacienda. Vaquié, como ya se sabe, ocupará la vicepresidencia del Banco Nación.

Toda crisis encierra una oportunidad. Cornejo no esperaba la salida de Vaquié, pero no intentó contenerlo, ni forzar su permanencia en el gabinete. Le cargó la decisión de partir a la cuenta política del ex ministro y lo dejó ir. ¿Servirán los enroques plasmados el viernes, para una suerte de ‘relanzamiento’ de un gobierno que mostró más ajuste de gastos, austeridad, y mano firme, que un plan económico para Mendoza? Habrá que verlo en la marcha. Mientras tanto, y en tanto se acomoda a su nuevo lugar, Martín Kerchner va haciendo el trazo grueso de las prioridades.

“Lo más importante ahora es ejecutar obra pública” dice el nuevo ministro de Economía, Infraestructura y Energía en una breve conversación con este diario. “En Godoy Cruz, cuando Alfredo era intendente, teníamos un plan de obra continua. Todo el tiempo se estaba trabajando al mayor ritmo posible” contó. “Hay que romper con esa inercia de lanzar y licitar obras a principio de año, sobre todo electoral, y después de las elecciones abandonar todo” dice el nuevo ministro.

Cornejo, Nieri, Kerchner... el "tridente" de la Economía.

La obra pública tiene sus vaivenes. La del año pasado fue subejecutada. Esto quiere decir que se hizo menos que lo presupuestado. Es normal en un gobierno que se inicia. Sobre todo, porque “hubo que des adjudicar y volver a licitar muchas obras” y porque la ejecución empezó tarde, cuando el gobierno de Cornejo logró hacer pie en el complicado Estado mendocino.

“En Millones de dólares, para comparar peras con peras, entre 2012 y 2016 se ejecutaron poco más de cien millones de dólares de obra pública. Este año habrá una inversión mayor, de aproximadamente 255 millones de dólares…” dice el ministro. Y aclara que la mayor parte de ese monto es inversión genuina, y no gasto por redeterminaciones de precios o los famosos “mayores costos”.

Entre las obras "a la vista" hay una remodelación completa de la Costanera desde la "Rotonda del avión" hasta Brasil con financiamiento internacional. Y en un año y medio estarán licitadas y en marcha las ampliaciones de la Ruta 7. Contracara: el famoso "bypass" y el Puente Bailey sobre la ruta internacional, luego de la rotura del socavón en 2016, quedarán allí mucho tiempo. Es una obra nacional y el gobierno de Macri no ha hecho ni el proyecto.

Una de las apuestas del gobierno es en viviendas. Hay 3.800 en ejecución y otras 1.500 en licitación. El plan de obras de este año que Kerchner apura a convertir en “continuo” incluye obras de saneamiento de aguas y cloacas (Aysam), viviendas (IPV), obras de vialidad y de infraestructura básica. En total, contando reparación de escuelas e infraestructura social, hay unos 2.500 millones de pesos en obras en distintas fases de licitación. La idea “es ejecutarlas a la mayor brevedad posible y que nada quede sin terminar” dice Kerchner.

El súper ministerio, y otros temas

La cartera que le quedó a Kerchner es más o menos proporcional a su porte de basquetbolista senior. Del ministro dependen Energía y Minería (a cargo de Emilio Guiñazú Fader), Industria y Comercio (Guillermo Cruz), Agroindustria (Alfredo Aciar), Infraestructura (Daniel Chicahuala) e Infraestructura Social Básica (Guillermo Carbonell). Los cinco subsecretarios están en período de evaluación. El nuevo ministro está repasando el resultado de la gestión de cada uno de ellos. Es improbable que se quede con todos, pero mantendrá a algunos. Emilio Guiñazú, por ejemplo, es candidato a quedarse.

Cosechas magras en los últimos dos años.

Tres de las subsecretarías del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía representan el total de la Economía de Mendoza. Justo, donde la macro economía está haciendo daño, por el tipo de cambio atrasado. La inflación y el dólar barato están haciendo estragos en la economía mendocina, cada vez menos competitiva y sin financiación privada razonable a mano. La que hay, tiene tasas de interés altas. En el gobierno local lo saben, y al igual que otras provincias han presionado todo lo posible sobre el ministro de Economía de la Nación Nicolás Dujovne. Pero se ve que por el momento están preocupados por el consumo, los despidos, y los paros de maestros y de la CGT.

Con un contexto nacional malo, el gobierno de Cornejo fue aplicando paliativos sectoriales que elaboró o que tuvo a mano, pero no hubo plan económico integral que permita fijar un rumbo para Mendoza. Sí se ha buscado exprimir al máximo las potencialidades. Lo que hay. Uno de los focos que mantendrá Kerchner, tal como lo hizo Vaquié, es el plan de energías renovables, en especial el “Renovar 2” que permite una segunda vuelta de licitaciones para abarcar pobras que quedaron afuera el año pasado, luego de mucho “lobby” del conglomerado de empresas locales que pueden hacer obras energéticas. “En ese sentido es importante el plan para traer la fábrica de paneles solares” dijo además Kerchner, muy interesado en esta área. Hay una tarea por hacer. Se trata de una especie de “prospección” energética que permita armar una carpeta deseable para inversores. Es decir, una exploración concienzuda de las formas, métodos y lugares en los que Mendoza pueda obtener energía pasible de ser vendida. Buscarán a inversores locales en primer término. “Mendoza puede ser muy atractiva para la inversión de afuera… pero siempre miran comporta el inversor local. Si los de aquí no invierten, es más difícil que lo hagan los de afuera…” dice Kerchner. Las energías eólicas, hidráulicas y solares son un foco de desarrollo que al gobierno local le interesa.

Alem y Costanera, una de las obras en marcha.

El ministro se entusiasma con algún dato positivo. “En enero repuntaron un poco la venta de cemento y algo de metalmecánica. Siempre caía en el primer mes del año, y este año no fue así” puntualiza. Del mismo modo, marcó un crecimiento de casi el cien por cien en el ingreso de carpetas pidiendo créditos al Fondo de la Transformación y Crecimiento, que va a recibir una capitalización del Banco Nación de unos 900 millones de pesos.

Respecto de la vitivinicultura, no habrá muchos más que la firma del acuerdo con San Juan por el porcentaje de mosto, y el seguro agrícola, ante una cosecha mala (apenas 9 % más que el año pasado, que fue pobre). Los precios están tonificados, pero por razones de oferta y demanda. Hay poco vino, sube el precio. U otros importan vino chileno como hicieron Peñaflor y Baggio, entre otros. Pero el Termidor y el Uvita “chilenos” pero mendocinos, ya llegaron a las góndolas. “No es significativo en hectolitros… de acuerdo a los datos del INV” dice Kerchner.

Ante una cosecha normal, el vino se desplomaría y la rueda empezaría otra vez. Hay un problema además de consumo interno, con caída de más del 9 % en 2016 respecto de 2015. Es el consumo más bajo en el país, del que se tenga memoria. El ajo, el mosto, los olivícolas, vendieron menos en enero de este año respecto de 2016. Con los sectores productivos es que el nuevo superministro tendrá las mayores pulseadas. Deberá lidiar con Bodegas de Argentina, la Uva, Fecovita, los grandes actores del vino, los pequeños productores, los más castigados… Con sectores industriales que están “para atrás” como la metalmecánica, o el comercio agrupado en la Ucim, la FEM, o los empresarios del CEM, entre otros. Las presiones sectoriales suben en épocas de vacas flacas. Habrá que ver con qué templanza afronta Kerchner estos problemas. Por lo pronto, obra pública a full, energías renovables, y atajar problemas en la producción. Una agenda como para empezar. Después, mucho dependerá de la macroeconomía: tipo de cambio, inflación, impuestos (no habría una reforma sino hasta 2018), situación de Brasil, entre otros factores. Si no mejoran, será difícil conseguir resultados demasiado alentadores.