Otro rugbier se defiende: el hijo del diputado Biffi

Por alguna razón, ya son tres defensas (dos jugadores y el padre de otro) ensayadas este miércoles, luego que la joven denunciante publicara una carta contando cómo son sus días y por qué denunció a los rugbiers.

Otro rugbier se defiende: el hijo del diputado Biffi

Por: Mendoza Post

Otro rugbier acusado sale a defenderse.  Se trata de Lisandro Biffi, hijo del presidente del Bloque de diputados radicales, César Biffi.

 El caso de los 6 rugbiers acusados de abuso sexual, luego que una joven de 24 años, los denunciara, está dando nuevos coletazos. Este martes la chica publicó una carta contando cómo vive sus días luego de esa noche, en la que —según ella— mantuvo relaciones sexuales con los jugadores en una fiesta en una casa de un barrio privado de Chacras de Coria.

Ver: La defensa de Pelaia

La denunciante dijo no recordar nada pero los acusados entienden que esas relaciones sexuales fueron consentidas por ella y que no la vieron ni borracha ni inconsciente. 

Ver: Así defiende el padre de Filizzola a su hijo

Maximiliano Filizzola y su padre.

Extrañamente, luego de la carta publicada por la chica, este jueves salieron casi al únisono los acusados a defenderse. Primero lo hizo Ezequiel Pelaia a través de su Facebook, más tarde el padre de Maximiliano Filizzola y a mitad de la tarde llegó el comunicado de Lisandro Biffi. Este último es el que menos dice de todos y la tituló: "Espero la verdad".

Ver: El contraataque de la joven que denunció a los rugbiers por abuso sexual 

José "Gaita" Hervida, el mánager del equipo, imputado por abuso sexual simple.

¿Qué ha sucedido que de golpe salieron a responder o a defenderse? No se sabe. Quizá es la necesidad de decir algo luego del impacto de la carta de la chica que los denunció. Otra posibilidad es que sienten que en la Justicia no pueden avanzar más contra ellos y sienten que tarde o temprano la causa se caerá.

La carta de Lisandro Biffi

ESPERO POR LA VERDAD

Hemos soportado desde hace 2 meses todas las injurias, descalificaciones y agravios posibles. Lo hicimos, lo hice, en silencio y esperando con mucha angustia y tristeza, pero en silencio, convencidos como estábamos que ya con el proceso judicial en marcha, solo quedaba esperar el resultado del expediente judicial.

Pero los abogados de la denunciante y ella misma, han hecho que nuestra paciencia y silencio se hayan terminado definitivamente.

Hemos sido victimas de una denuncia absolutamente falsa. Ninguno de los hechos que tan profusamente los abogados y la denunciante han transmitido a los medios de comunicación tienen puntos de contacto con la realidad.

De hecho, en el terreno de las pruebas en el expediente, todas hasta aquí demuestran la falsedad y las mentiras que se han intentado instalar para influir a favor de la “victima” en la opinión publica y consecuentemente en el accionar judicial.

Todas las pruebas, físicas y toxicologicas, demuestran que no hubo violencia, no hubo acceso carnal ni presencia de drogas, y todos los testigos han declarado haber visto a la denunciante en perfecto estado, sin síntoma alguno de no estar en conocimiento de sus actos. Desde su primer declaración hasta la carta que publico en los medios en el día de ayer ha ido cambiando y acomodando su relato incurriendo en muchas contradicciones e inconsistencias que en el expediente pueden advertirse a simple vista.

En lo que a mi respecta nada hice, absolutamente nada. Estoy totalmente seguro de mi absoluta inocencia. Sin embargo, se insiste en sostener una historia falsa y ni yo ni quienes me rodean merecen seguir atravesando el calvario en el que han transformado nuestras vidas.

Se me acusa falsamente, a mi como al resto de mis compañeros, de un delito muy grave que nadie cometió.

Y finalmente, si como dice la denunciante siente que ella perdió su dignidad, nosotros lo perdimos todo: El buen nombre que teníamos, caminar tranquilos por la calle, ir a mi trabajo, a la universidad y a mi club en paz sin sentirme observado y criticado anticipadamente por todos aquellos que sin saber la verdad de los hechos ya me condenaron por algo que no he cometido, sometiendo a nuestras familias a un injusto infierno que nadie se merece vivir.

Sin dudas estoy atravesando el peor momento de mi vida sin merecer nada de esto, y solo ruego y espero por la verdad…

Biffi Lisandro, DNI 37.003.138