Pulseada y presiones por el pliego de Valerio

Hoy vence el plazo para presentar impugnaciones. La semana que viene, lo votan para integrar la Suprema Corte.

Pulseada y presiones por el pliego de Valerio

Por: Mendoza Post

Pocos pliegos de nominados a integrar la Suprema Corte de Justicia de Mendoza vienen con tanta “carga” previa, como ocurre con el CV del camarista José Virgilio Valerio, un juez conocido tanto por su “mano dura” a la hora de dictar sentencia, como por las acusaciones de misoginia y homofobia que le hacen distintas organizaciones vinculadas a colectivos “de género”, otros más radicalizados de corte feminista, y algunas organizaciones de Derechos Humanos. También le rechazan partidos políticos de izquierda, y hasta algún aliado de Cambiemos, como Libres del Sur. Incluso el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, presentó una impugnación contra Valerio.

No deben ser fáciles los días para el juez de la Segunda Cámara del Crimen, que contará las horas hasta el miércoles que viene a las 11:30, cuando se lleve adelante la audiencia pública por su designación, mecanismo que prevé la Constitución y que promete ser bien caliente. Aquella cita no es vinculante con el voto que luego deben hacer los senadores seis días más tarde, el martes 8 de noviembre. Pero será la oportunidad para que los detractores del juez se despachen a gusto, e incluso para movilizaciones que ya se cocinan en las redes sociales para repudiar al juez.

Hubo rechazo a Valerio en #Niunamenos

Valerio, hay que recordar, es el juez propuesto por Alfredo Cornejo para reemplazar a Herman Salvini en la Suprema Corte, retirado ya a avanzada edad, por cuestiones de salud. 

La designación de Valerio generó un gran revulsivo en la propia Corte, donde un grupo de jueces “garantistas” lleva adelante una pelea muy dura contra la política de persecución penal del gobernador. 

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Justamente, Valerio fue elegido por Cornejo porque es “contrario” a la doctrina que se opone a la prisión preventiva. La disputa llegó a un punto muy complicado, la semana pasada, cuando el titular del CELS y periodista Horacio Verbitsky, cercano al kirchnerismo, criticó con vehemencia a Cornejo en un reportaje concedido a Canal 7. El gobernador le contestó con un adjetivo fuerte: “saca presos”. Y el domingo, el juez de la Corte local Alejandro Pérez Hualde, publicó en el diario Los Andes una carta que osciló de pieza jurídica brillante a ironías hirientes respecto de la política penal oficial. El juez tiene ADN radical, pero desde hace meses hace “causa común” con el juez ultra garantista Omar Palermo, y con Julio Gómez. Ellos son los últimos magistrados peronistas incorporados al máximo tribunal.

En medio de ello, y de media docena de femicidios que han sacudido a Mendoza, el pliego de Valerio debe ser analizado por el Senado de la Provincia. Al juez le achacan fallos “misóginos” en varios casos, especialmente en la desaparición de Soledad Olivera, o en el juicio de Cinthia Rojas, una mujer víctima de violencia de género, que mató a su pareja y fue condenada por el tribunal que integra Valerio. También le acusaron -junto a sus colegas del tribunal- de homofobia en el caso del crimen del comunicador Alejo Hunau, años atrás. Más de la mitad de las impugnaciones recibidas por Valerio tratan sobre estos fallos, que el juez ha explicado varias veces con poco éxito mediático.

Esta noche vence el plazo para impugnaciones y adhesiones. El “score” viene parejo. Hasta ayer, el juez contaba con 144 impugnaciones y 137 adhesiones de las 281 notas que se presentaron, con algunos aditamentos: Varias de las impugnaciones fueron hechas en formularios, con textos idénticos, y completados en birome. La impugnación más resonante es la de Pérez Esquivel, y se espera que hoy ingresen a la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales presidida por el radical Marcelo Rubio, una nueva andanada de rechazos. Varias organizaciones de DDHH harían hoy antes de medianoche su presentación.

Platea femenina para Cornejo y Valerio.

Del lado de las adhesiones, hay que contar una posible de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo, que estaba en curso, junto a otras del Colegio de Abogados y de la Asociación de Magistrados. Anoche, en el gobierno las contaban “a favor” aunque no estaba confirmado su ingreso. Hubo, sí, una intensa discusión en la UNCuyo, donde fracasó un intento del kirchnerismo para que la casa de altos estudios presentase una impugnación al juez propuesto por Cornejo.

Para medir lo “espeso” que viene el pliego de Valerio, con 144 impugnaciones contra 137 adhesiones, basta recordar que, en 2004, Pérez Hualde tuvo 89 adhesiones y una sola impugnación. Mario Adaro consiguió 122 adhesiones contra 6 impugnaciones. Palermo, hoy cuestionado por su garantismo, fue un récord: Ni una impugnación, y 180 adhesiones. Miriam Gallardo tuvo sólo 71 adhesiones y ni una impugnación. No llegó a la Corte porque en una sesión increíble, una senadora del PJ puso mal las bolillas y el voto salió en contra. Ese día, casi entierran la democracia. Julio Gómez, el último en ingresar, tuvo 316 adhesiones y 3 impugnaciones. Vale decir además que ninguno de los integrantes actuales de la Corte salvo Omar Palermo, era juez o fiscal al momento de su designación. El dato sirve para las discusiones “puristas”

Cómo sigue

El miércoles próximo a las 11:30 en el Salón Rojas, edificio de Comisiones del Senado sobre calle Gutiérrez, se hará la audiencia  presidida por Marcelo Blanco, quien antes debe comunicar las impugnaciones a Valerio. Esa audiencia no es vinculante. Aun así, el expediente de Valerio pasará por la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, donde la UCR tiene 6 de los 11 votos. Y luego será votado en la Cámara Alta, en sesión secreta. “Es un alivio. Estamos recibiendo muchas presiones, muchísimos mensajes a través de las redes sociales” confesó un senador oficialista, mientras sus colegas del PJ deshojan la margarita y esperan la audiencia pública.

El de Valerio no es un pliego más. En el bloque de la UCR, de sus 20 integrantes, 8 son mujeres. Son los 20 votos que necesitan para nombrarlo juez de la Suprema Corte, en una pulseada feroz entre un gobierno que piensa que los delincuentes deben estar presos, y organizaciones muy metidas en el Poder Judicial que sostienen, justamente, lo contrario.

En el medio, quedan las víctimas de todos los días.