Los cheques voladores, y la conexión Salgado-Lobos

La compra de lotes de un barrio "fetiche" del clan Lobos con cheques santarrosinos, en la mira.

Los cheques voladores, y la conexión Salgado-Lobos

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Los personajes, la ruta del dinero, los financistas, los loteos residenciales VIP y hasta la suerte judicial se mezclan. Los casos de los ex intendentes Sergio Salgado y Luis Lobos se unirían a través de cheques sin fondos emitidos por el ex intendente santarrosino, con los que hubo operaciones inmobiliarias en uno de los barrios privados favoritos de la “cooperativa” política de Guaymallén, el emprendimiento Nautilus. Algunas de estas compras se hicieron y otras se anularon. Pero la circulación de los cheques existió.

Salgado está preso y acusado de peculado, administración fraudulenta, fraude al Estado, y asociación ilícita. Desvió fondos, giró en descubierto, hizo pagos de la comuna sin expedientes de respaldo ni documentación, y se financió en “cuevas” revoleando cheques sin control. Luis Lobos está en libertad, imputado en tres causas por corrupción e investigado en varias más. Enriquecimiento ilícito, ñoquis, fraude al Estado, lavado, evasión, administración fraudulenta, entre otros delitos; forman parte del “diploma de méritos” del ex cacique de Guaymallén.

Pero hay un caso que los conecta. Y es el de los cheques sin fondos de Santa Rosa. Y la pasión por los loteos en barrios privados.

Una vista interna en "Nautilus", el barrio náutico VIP.

Sergio Salgado está preso desde el 1 de abril. Uno de los capítulos más asombrosos de su caso es la “siembra” que hizo de cheques sin fondos. Cuatrocientos ochenta en total, por más de 30 millones de pesos. Casi la mitad de la deuda que dejó en Santa Rosa. En la central de deudores del Banco Central aun figuran 153 cheques sin pago por 16,9 millones de pesos. Y más de la mitad de los cheques emitidos aún no habrían sido presentados por sus “propietarios”. Muy probablemente, sus poseedores se estarían “auto incriminando” de acuerdo a la hipótesis que manejan en la investigación judicial. La mayoría de los cheques sin fondos que emitió Salgado fueron del Banco Nación, el agente financiero oficial. Pero hay casi cinco millones de pesos en cheques de una cuenta “fantasma” con apariencia oficial, aunque no lo era, radicada en el Banco Santander, sucursal San Martín.

La cuenta fue creada por Salgado porque necesitaba un financiamiento que el Banco Nación no le podía dar. De hecho, en el mayor momento de la crisis -aunque se ‘fondeaba’ en efectivo con el estacionamiento de La Salada- consiguió que el Concejo Deliberante le autorizase la emisión de cheques de pago diferido a 24 meses, algo que las entidades públicas no hacen. En la fiscalía que conduce el fiscal Santiago Garay todavía recuerdan la denuncia por amenazas que el gerente de la sucursal santarrosina del Banco Nación hizo contra el ex intendente Salgado. Cuando se negó a darle financiamiento con cheques a dos años, el entonces jefe comunal le dijo al gerente que usaría sus contactos políticos para echarlo. Ello le valió una denuncia penal.

Fuentes de la comuna de Santa Rosa dijeron entonces que a Salgado se le ocurrió financiarse con bancos privados y financieras, cosa que hizo a manos llenas. Al punto que andaba entre las “cuevas” con chequeras en los bolsillos, firmadas por sus funcionarios y por él mismo, cambiando cheques por dinero. Se cree que al ex intendente la cobraron casi el 100 % de usura.

El Santander y el Banco BBVA fueron al rescate de Salgado. En el primero, consiguió abrir una cuenta a cambio de un “paquete” de acreditaciones de sueldos, algo que hizo con funcionarios y empleados de categorías altas. Le dieron un descubierto y así consiguió cheques que fue cambiando en las financieras hasta que cayó preso. Con partes de esos cheques, hubo personas que hicieron operaciones inmobiliarias en el complejo Nautilus, de Guaymallén. 

Lobos y Sgró cuando manejaban Guaymallén.

En el barrio náutico Nautilus tienen terrenos Luis Lobos y su esposa Claudia Sgró, y ex funcionarios de la comuna de Guaymallén, de Luján de Cuyo durante la gestión de Carlos López Puelles, y hasta de la época de Celso Jaque. El propietario de Nautilus es Antonio Fernández, un inversor inmobiliario de Guaymallén de intensos contactos con la política local. Fernández declaró en la fiscalía de Garay, luego de intentar cobrar cheques con los que le habrían comprado terrenos.

En la trama de la desgracia santarrosina, fueron apareciendo nuevos protagonistas.

El representante

Alejandro “Bebe” Fernández es un hombre conocido en los espectáculos, los eventos, la publicidad y el fútbol mendocinos, sobre todo en la zona Este. De buena agenda en el PJ, fue una de las personas que se “acercó a ayudar” a Salgado cuando el intendente no tenía un peso. Hay historias distintas respecto del rol de “Bebe” Fernández. Una es la que cuenta él, y otra, la que investigan en la Justicia, similar a la que tratan de indagar en la municipalidad conducida provisoriamente por la radical Norma Trigo. En esa versión, Salgado y Fernández habrían tenido un vínculo mayor al que admiten, aunque ahora está roto.

De acuerdo a fuentes oficiales, “Bebe” Fernández sería el poseedor de una cantidad importante pero aún indeterminada de cheques de la Municipalidad de Santa Rosa. Algunos están apoyados en expedientes de pago por diversos servicios, relacionados a eventos, y otros no contarían con documentación oficial. Fernández tiene una productora, Jaeb Grupo SRL, a nombre de su esposa Valeria Galán y de un señor Juan Fernández.

Las contrataciones que Salgado hizo con Fernández están bajo la lupa judicial y administrativa, aunque el empresario y representante de futbolistas se presenta a sí mismo como un “estafado más” del ex intendente, al punto que hizo su propia denuncia penal. Fernández fue -o intento ser- comprador de once lotes en Nautilus, el mismo barrio privado náutico de Guaymallén donde Claudia Sgró figura como titular de lotes. Habría pagado con seis millones de pesos en cheques emitidos por la municipalidad de Santa Rosa. Esta información fue aportada por Antonio Fernández, el dueño de Nautilus, en el expediente judicial de Salgado. De hecho, intentó cobrar estos cheques en la municipalidad, pero le dijeron que no habría forma, y que debía esperar al proceso judicial. 

Cornejo, con la intendenta interina radical Norma Trigo y la concejal Débora Quiroga.

Sin embargo, en las listas de propietarios que el dueño de Nautilus presentó en otra fiscalía, por el Caso Lobos, no figuran “Bebe” Fernández, ni sus allegados, ni su empresa. El representante admite que quiso comprar los lotes. “Fernández me devolvió los cheques por falta de fondos, y la operación no se hizo…” explicó, en consulta con este diario. “Bebe” ahora tiene esos cheques de “clavo”, junto a otros documentos de pago.

Las contrataciones entre la municipalidad de Santa Rosa y “Bebe” Fernández corresponden a eventos artísticos de toda índole y a publicidad. En la Municipalidad refieren que algunos de los cheques que están dando vueltas fueron endosados por Mercedes Fernández y Néstor Riera, la hermana del empresario y su esposo. Además hubo cheques destinados a la Asociación Lealtad, y a un club Inti Huasi, que terminaron endosados también por algunas de las personas relacionadas a Fernández, que pasó de socorrista a damnificado.

Aunque aparece como denunciante de Salgado y la Municipalidad por los cheques que posee, la Justicia tiene la lupa sobre “Bebe” Fernández. Y tratan de establecer sus vínculos con Salgado.

El propio Fernández relató al POST su relación, y dijo que se presentó como alguien para “ayudar” a Salgado, y que lo acercó a una media docena de fuentes de financiamiento: “No tengo treinta millones en cheques. Debo ser un acreedor más de la municipalidad, un damnificado más del problema que existió" dijo. “Me siento absolutamente estafado por todo este tema, y mis abogados están trabajando en ello” detalló.

“Pensé que tenía una amistad con Salgado. En un momento nos pidió una mano, y se la dimos” aseguró. Explicó que, ante la falta de dinero de la comuna, tanto él como otras personas habían prestado plata. “Sí, absolutamente” corroboró. Salgado entregaba cheques de pago diferido a cambio del dinero, menos el interés correspondiente, que nadie sabe de cuánto es. A Fernández, los funcionarios lo señalaron por aparecer, en algún momento, depositando dinero en una de las cuentas de la comuna.

El empresario que “ayudó” a Salgado junto con otros, confirmó también que hizo el intento de comprar terrenos en Nautilus, uno de los emprendimientos favoritos de Lobos-Sgró, caídos ahora en desgracia. “Si compro lotes, o no compro lotes, es una situación mía. Si facturé para comprar cien lotes y los puedo comprar, lo hago. En este caso, no se pudo hacer la operación. Cuando vinieron los cheques rechazados, devolví los lotes y me quedé con los cheques. Antonio Fernández no tienen ningún cheque de la municipalidad rechazado, y tampoco tiene lotes a nombre mío” refirió.

Fiscal Garay (de saco a cuadros).

Mendoza es pequeña. Uno de los financistas de Salgado de este "pool" de ayuda sería hermano de un conocido camarista penal de Mendoza de doble apellido. Muy hábil, cuentan, en los negocios financieros.

“Bebe” Fernández no sería la única persona que intentó comprar lotes en Nautilus con cheques de Santa Rosa. Un amigo íntimo de un ex funcionario de Luján con intenso contacto legislativo, también habría intentado hacer la operación y entregó los cheques. Sólo que el propietario de Nautilus no lo habría denunciado a la justicia. “Los contactos políticos quedarían en evidencia” dijo una fuente municipal.

Salgado pasa sus días en la cárcel de San Felipe. Los fiscales Santiago Garay y Juan Manuel Bancalari avanzan en los casos del santarrosino y de Lobos, mientras las “coincidencias” se suman. Una de ellas, la mayor, es la matriz de corrupción. Pero una línea más delgada une a financistas, inversores, y compradores de terrenos VIP en ambos casos.

Deben haber sido muy interesantes aquellas charlas de café, aún en el poder, de funcionarios dialogando sobre en qué inversiones poner la plata. Parece que Nautilus terminó siendo una oferta atractiva. El sueño de la casa propia en barrio privado o del emprendimiento inmobiliario. Pero con cheques de Santa Rosa.