El taxista que cruzó en rojo y me provocó una tragedia irreparable
Lo que aquí voy a relatar, en primera persona, ocurrió este fin de semana. Lo hago, no porque me toque de cerca —que lo hace, ciertamente—, sino debido a que refiere a un tópico sobre el que vengo machacando desde hace años: lo mal que se maneja en Mendoza.
La historia que quiero contar empezó el domingo pasado, 17 de abril, cuando mi mujer, Eliana Toro, se prestaba a ir a trabajar.
Como cada semana, sacó su moto y se dirigió a este diario, con la mesura que la caracteriza. Al llegar a la intersección de las calles 9 de Julio y Godoy Cruz, de Ciudad, un taxista —patente LAY 587— la embistió en su lado izquierdo, dejándola con una pierna quebrada en mil pedazos.
A partir de entonces, empezó toda una pesadilla, tanto para Eliana como para quien escribe estas líneas: interminables estudios, necesarias operaciones, incesantes autorizaciones médicas y el inevitable dolor por lo ocurrido, tanto por fuera como por dentro.
El taxista no tuvo siquiera la delicadeza de bajarse del auto
El taxista, que se tapó el rostro cuando intenté sacarle una foto, mintió al asegurar en la Justicia que él había cruzado con el semáforo en verde y que Eliana lo había hecho en rojo. Las cámaras del lugar demuestran lo contrario.
Su mentira sumó mala leche a la ya ostentada por haber dañado sin piedad la vida de una persona. Todo por no manejar como corresponde.
¿Quién le devolverá a Eliana lo que le quitó este irresponsable al volante? ¿Cómo reparar algo irreparable, como es su esperanza?
En estas horas, mi mujer yace en una cama de hospital, esperando poder volver a rehacer su vida. Con una tristeza infinita, que se refleja en su mirada, siempre perdida en el vacío.
El coche, número 580
No le interesa que su moto ya no servirá más, tampoco el hecho de haber tenido que suspender todos sus planes de corto plazo. Solo desea volver el tiempo atrás y evitar tener que vivir la pesadilla que hoy le toca en suerte. ¿Cómo decirle que es imposible?
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El taxista que atropelló a Eliana se llama José Leonardo Carrasco Pérez, DNI 8.148.143. El dueño del taxi es Ana María Escalante, DNI 24.279.071. Domicilio Manuel A. Sáez 3760.
