¿Cuanto cuesta viajar a China, desde Mendoza?

En esta nota, todo lo que tenés que saber para un viaje distinto.

¿Cuanto cuesta viajar a China, desde Mendoza?

Por: Mendoza Post

¿Quién no ha soñado con viajar a China? Desembarcar en la China es una experiencia distinta e ideal para quienes sueñan con sumergirse en un mundo muy diferente a la Argentina. El lapso de días que uno pasa en la cultura occidental se vive como una verdadera sensación unplug en un “mundo” con otros códigos y costumbres.

Si bien hay varias opciones de vuelos, la oferta de Qatar Airways es la más rápida para llegar al país de Oriente: en 29 horas, previa escala en Doha, aeropuerto desde el que la línea aérea tiene conexiones inmediatas a siete ciudades de China (Hangzhou, Shanghai, Pekin, Chengdu, Guangzhou, Chongqing y Hong Kong). Desde la Argentina, los vuelos son diarios.

Los pasajes desde Mendoza a Shanghai cuesta desde los 45 mil pesos en adelante.

Lo que tenés que saber de China

Una vez en tierra china, la primera postal en el área de migraciones del aeropuerto es la misma que alguna vez se vio en algún noticiero, un conglomerado de personas empujando por un lugar de privilegio. Una situación que no volvió a replicarse en ciudades como Hangzhou y Shanghai, los dos sitios elegidos para experimentar la China premium,

Hangzhou. capital de la provincia de Zhejiang es famosa por albergar la casa matriz de Alibaba el sitio de comercio electrónico valuado en US$ 231 mil millones superando a Amazon (de US$ 150 mil millones). La compañía es el alma máter de la ciudad que alberga a ocho millones de habitantes y que es reconocida como una de las que tiene mejor calidad de vida del país. Situada a orillas río Qiantang es el destino favorito para los “mieleros”, las motos eléctricas y las bicicletas son medios de transporte muy utilizados en las calles colmadas de bicisendas. De todas formas, el tránsito es intenso y lo que sorprende es la cantidad de bocina que tocan los conductores.

Principales lugares culturales

Su principal atracción es el lago del Oeste, alrededor del que se concentran la mayoría de sus puntos turísticos y que cuenta con cuatro islas. Un paseo imperdible es recorrerlo en bicicleta que se alquilan por US$ 3, la hora. Otro programa recomendado es pasear durante una hora por el lago en barco degustando un rico té, una propuesta que cuesta US$ 100 -con capacidad para cuatro personas por embarcación-.

Otra visita obligada es recorrer el Templo del Alma Escondida, uno de los más importantes del Sur de China en donde en dos horas los turistas pueden vivenciar el apasionamiento de los chinos por el budismo. La entrada al templo que recibe más de diez mil visitantes al día cuesta US$ 5 y los turistas tienen la posibilidad de vivir algunos de los ritos como por ejemplo prender un sahumerio y pedir deseos en el patio central que une las tres salas principales delante de la sala del Maestro, donde se encuentra la escultura del gran Buda y sus 12 discípulos.

A la hora de hospedarse, lo más top de Hangzhou es parar en el Four Seasons Hangzhou at West Lake en donde la noche cotiza por sobre los US$ 700. El mismo establecimiento ofrece diez residencias exclusivas de 1000 metros que se alquilan por US$ 10.000 la noche y por donde pasó por ejemplo David Beckham entre otros famosos. Además su restaurant Jin Sha en el disfrutar una cena cuesta más de US$ 150 por persona está en el entre los 50 mejores restaurantes de China según la revista Food & Wine.

La experiencia de China premium se completa con la visita a Shanghai. Con 26 millones de habitantes, la ciudad de los contrastes es limpia y segura. La sensación por momentos es que uno se encuentra en una de las urbes más importantes del mundo sin nada que envidiar a urbes como Boston o Chicago. Shanghai combina entre lo tradicional de la cultura china con la modernidad dividida en dos áreas por el rio Huangpu.

Al este del mismo está el distrito de Pudong, el área más moderna de Shanghái que comenzó a desarrollarse en 1990. Hoy es el nuevo centro financiero y comercial de China. De estilo futurista, el área está colmada de rascacielos imperdibles como el Shanghai World Financial Center de 492 metros de altura y el más alto de la ciudad. Comenzó a construirse en 1997 pero recién se finalizó en el 2008.

Pero sin duda el ícono de la ciudad es la torre más fotografiada y símbolo de la televisión conocida como la Perla de Oriente con miradores de 360º. El principal está a 263 metros de altura en la segunda esfera: tiene dos plantas panorámicas, la inferior sorprende por un suelo de cristal por el que los turistas pueden caminar - una aventura no apta para quienes sufren de vértigo-. Otra torre con mirador es la Jin Mao de 88 pisos que hasta el 2007 fue el edificio más alto de China, el quinto más alto del mundo por altura de azotea y el séptimo por altura de antena.

Para quienes se deciden por visitar los miradores, el consejo para aprovechar más la vivencia es elegir hacer la visita a una de noche y a otra de día. Otro paseo recomendado es caminar las costas del río con algunos stops obligados como el acuario ubicado al lado del edificio de la televisión, el Century Park de 140 hectáreas una de las mayores zonas verdes de Shanghái. Fue construido con motivo del cambio de siglo, en el año 2000.

Pudong ofrece poco de la cultura tradicional del país. Para vivir en carne propia al ADN oriental hay que visitar los Yuyuan Gardens, uno de los jardines más famosos del país, ubicados en la zona norte de la ciudad, construidos en 1559 y declarado monumento nacional en 1982. Ocupan dos hectáreas y contienen los elementos básicos de la jardinería china: desde pabellones de arquitectura oriental hasta estanques con una variada vegetación. Además, el lugar tiene un mercado turístico y el popular Templo del Dios de la Ciudad (City God Temple). La calle Fangbang Road, al sur de la feria es una de las mejores para comprar productos artesanales.

Hacer shopping en Shanghai no es de lo más barato por el impacto de los altos impuestos internos. Nanjing es la avenida comercial más grande del mundo y en donde se encuentran las tiendas de las marcas de primera línea como Hermes, Gucci, Ermenegildo Zegna, Armani y Burberrys entre otras.

Casi como paseo cultural, aún para quien quiere disfrutar de una China top, la vivencia de visitar y comprar en un mercado fake (de imitaciones) es imperdible. 

Funcionan como una especie de mercado de pulgas, con puestos en los que se venden desde juguetes y electrónicos hasta ropa y carteras. La mayoría de la oferta tiene los mismos productos. Por eso, el regateo está a la orden del día.

Al final de la desgastante negociación de regateo –en la que se pierde la noción de lo que está pagando- que suele terminar con el vendedor corriendo al turista por los pasillos aceptando la oferta, el turista suele sentir que pudo haber bajado más el valor, pero el límite suele ser el 20 por ciento de lo pedido originariamente. Sorprende que muchos de los vendedores hablan y entienden español, un idioma poco escuchado en los shoppings más codiciados de Shanghai.

Otra clave que confiesan incluso los altos ejecutivos expatriados, y que viven en la ciudad, es que muchas veces los mismos puesteros tienen entre su oferta productos originales que sólo ofrecen a los turistas que los piden. En Pudong, uno de los fake está ubicado en la estación de metro del museo de ciencia y tecnología.

También está la opción de ir de compras por Tianzifang una antigua zona residencial con tiendas de artesanía, galerías de arte y cafeterías. La propuesta es similar al Palermo Hollywood porteño y está ubicada en el área de la ciudad que tiene cierto aire parisino, una especie de laberinto formado por angostas calles en el que se ofrecen productos de diseño.

La oferta de hoteles para hospedarse abundan, sin embargo en 2012 se inauguró uno de los establecimientos más caros de ese destino. El Four Seasons Hotel Pudong que en su piso 41 tiene una pileta de mármol negra e hidromasaje que también oficia de mirador de la ciudad. Un privilegio del que puede disfrutar sólo quien desembolsa US$ 400 por noche, según publica Apertura.com