El guiso ya fue, y el delivery nos está matando

Saber cocinar nos hace bien.

El guiso ya fue, y el delivery nos está matando

 Debemos elegir correctamente al comprar y usar (del mejor modo) los conocimientos culinarios adquiridos como algo indispensable para comer bien. Sin embargo, en ocasiones no ocurre así. 

Aunque hay una gran diversidad de alimentos y productos disponibles en el mercado, no siempre se aprovechan al máximo, entre otras razones, porque se desconoce cómo hacerlo. Con el paso de los años, se ha sustituido a la cocina tradicional, de guisos y pucheros, por un tipo de alimentación más industrializada y menos saludable

Cada vez se consumen más alimentos artificiales y de preparación express.

Las personas que saben cocinar (sin formación profesional) mayoritariamente, lo han hecho junto a sus madres o alguien querido de la familia. No obstante, la incorporación de la mujer al mundo laboral ha introducido variaciones en esa relación, puesto que ya no está tan ligada a las actividades domésticas como era antes y la responsabilidad de cocinar no siempre ha sido una tarea compartida.

En la actualidad, los jóvenes tienen menos habilidades básicas en la cocina, lo que los hace incapaces de tener autonomía al elegir los alimentos y representa, sin duda alguna, un factor limitante en su alimentación. Junto con el desconocimiento gastronómico, la falta de previsión es la causa inmediata de la falta de elaboraciones en la cocina.

Llegar a las tres de la tarde o a las diez de la noche a casa con un hambre voraz solo puede favorecer a que se abran un par de latas, calentar chatarra en el microondas o pedir al delivery algo seguramente poco nutritivo.

Las innovaciones tecnológicas como el microondas, los cambios demográficos hacia sociedades multiculturales con nuevos alimentos, el aumento de hogares unipersonales, el hecho de que menos familias coman juntas y de que las mujeres trabajen fuera de casa más horas influye en que aumente la demanda de alimentos de fácil preparación.

En este marco, uno de los principales errores es abusar de la comodidad. 

El ahorro de tiempo es un elemento de confort pero, en términos alimentarios, puede significar reducir al mínimo el esfuerzo físico y mental que se necesita para la preparación adecuada de los alimentos.

Si una persona se vuelve dependiente de los alimentos que requieren una mínima preparación, o de los ya preparados, pone una restricción en su elección, porque evitará la compra de productos frescos

Cuando se consumen platos preparados, existe el inconveniente de no valorar su elaboración porque no ha costado ningún esfuerzo. Entonces se tiende a comerlo con ansia y menos deleite, entre otras cosas, porque el sabor es igual al de siempre y no hay necesidad de comprobar si ha salido pasable o estupendo. En consecuencia, se ingiere más cantidad de comida, pero notablemente de menor calidad.

Claves para alimentarse y recuperar el gusto por la cocina:

Aprender de las madres, de las abuelas y de las tías las recetas de toda la vida y no perder la tradición culinaria de cada familia, de cada pueblo.

> Hay que encontrar un nuevo equilibrio, buscar opciones más saludables -usar materias primas básicas, genuinas y lo más naturales posibles-, los avances tecnológicos y los nuevos productos alimentarios listos para comer generalmente no aportan buenos resultados.

> Promover diferentes tipos de actividades, como la horticultura en las escuelas o las clases de cocina. En estas iniciativas, más efectivas que un enfoque escolar pasivo, la duración también es importante: son más eficaces los programas que se prolongan, por lo menos, un año.

> El uso del congelador nos permite frezar y tener platos de reserva. Contribuye a una dieta equilibrada y a dar mayor variedad a la comida. Se puede cocinar el doble de cantidad cuando se hagan preparaciones más complejas y guardar para repetirlo en breve.

> Todos los miembros de la familia deberían colaborar de acuerdo con su edad, conocimientos y habilidades, en las compras, la preparación de los alimentos, la elaboración o la limpieza de la cocina.

> ¿Sabías que para mantener un buen estado de salud se necesitan más de 40 nutrientes distintos, pero ningún alimento ni producto alimentario es capaz de suministrarlos todos por sí solo? Por eso, la combinación y la variedad en el momento de comer es fundamental.

Es muy importante contar con habilidades culinarias para preparar una buena comida y su impacto es altamente positivo, tanto en la elección de los alimentos como en la ingesta dietética. Y es que conocer bien la cocina permite manejarse con acierto para adaptarla a las necesidades personales aumentando la variedad de alimentos que se consumen.