Se cruzaron miradas en el trabajo y así nació esta historia de amor

Mariana y Santiago se conocieron en una agenica de turismo mendocina. Ahora, ellos manejan su propia empresa. La pasión por los viajes unió a esta pareja.

Se cruzaron miradas en el trabajo y así nació esta historia de amor

Por:Mariana Gil
Weddings

Santiago Petenatti (36) y Mariana Lemes (26) se conocieron en el ámbito laboral, ambos compartían sus trabajos en una oficina en una reconocida empresa de turismo de Mendoza. Él se desempeñaba como guía de turismo, mientras que ella realizaba las pasantías de esa carrera, y fue en ese espacio donde se produjeron los encuentros de miradas y risas cómplices que atrajeron a los dos y despertó esta relación de amor.

A pesar de que en aquel momento, Mariana tenía 19 años,  recién cumplidos, y Santi 29 , esa diferencia de edad no fue una traba para  vivir esta historia que desde aquel día los unió como pareja.

“Ella es alegre, desinhibida, activa, ansiosa, emprendedora, simplemente hermosa”, describió su esposo.

"Santi es extrovertido, espontáneo, romántico, emprendedor, nervioso, sarcástico, y muy chistoso", así definió Mariana a su marido.


Después de casi 5 años de novios, ella fue quien se animó y sugirió la idea de casamiento, después de experimentar un exitoso tiempo de dos años de convivencia.

“Era momento de dar el siguiente paso, y teníamos ganas de tener alguna fiesta, todo lo organizamos en tan sólo cuatro meses”, contó la flamante pareja.

Los preparativos fueron muy rápidos, en primer lugar, “nos contactamos con  bodega La Azul, donde definimos el lugar y menú. Con Gustavo Savelli realizamos la cobertura de las imágenes en fotografías y video de ese día único y especial. En relación a la vestimenta, tres días antes de la boda salí de compras, pero a Mariana le demandó más de dos meses el tema del vestido”, recordó la feliz pareja.

La decoración del espacio para la ceremonia civil y la fiesta se diferenciaron por lo simple, con un estilo rústico y vintage, y fue Mariana junto a sus amigas quienes se encargaron de hacer los detalles y los centros de mesas.

La boda fue íntima en la iglesia más antigua de Tupungato, Sagrado Corazón de Jesús, que impacta por su fisonomía antigua y a la vez, muy pintoresca, como salida de un cuento.

La fiesta, con sólo 80 invitados, fue al aire libre y arrancó al medio día de un sábado con el imponente paisaje del Valle de Uco, y una temperatura que superó los 33° grados. 

Con un estilo descontracturado, los invitados se acomodaron a su gusto en sillas, fardos de pasto y barricas de vino. A las 13:30 fue la ceremonia civil en una pequeña pérgola, luego el almuerzo, y a continuación comenzó a tocar una banda de música, Perla Negra, que puso ritmo y alegría a la fiesta. A pesar del sol radiante e intenso calor, los invitados y anfitriones no dejaron de bailar hasta pasadas las 22 hs.

Esa noche, los recién casados pasaron su noche de bodas en la posada, que se encuentra detrás de la bodega.

“Con mucha alegría vivimos el casamiento con la gente que tenía que estar, todos con mucha onda, y el alcohol nuestro compañero de locuras”, afirmaron entre risas.

Entre sus anécdotas, la pareja que comparte el gusto por las salidas y paseos, la gastronomía pero especialmente por los viajes, reveló al  Post, algunas de ellas: “Nuestras primeras vacaciones juntos a San Luis en carpa, como nos olvidamos el tapón del colchón inflable dormimos tres días, literalmente en el piso. Otra fue cuando perdimos una conexión a Londres y tuvimos que pasar la noche durmiendo en el aeropuerto". 

En un viaje a Cataratas del Iguazú escondimos en un conducto de respiración del baño todo el dinero de las vacaciones y documentos, y desde el cuarto piso fue a parar a un subsuelo del hotel, tuvimos que desarmar medio edificio para recuperar nuestras pertenencias”.

Como frutilla del postre, la luna de miel fue en las paradisíacas playas de Punta Cana. Por ahora, los jóvenes disfrutan la vida de casados, comparten el trabajo en su propia agencia de viajes y sueñan con tener hijos.