Los preparativos de una pareja que está a un paso de ir camino al altar

Se conocieron hace cuatro años en la iglesia San Agustín, de Ciudad; ellos comparten valores, gustos y creencias, y están seguros de prometerse amor eterno.

Los preparativos de una pareja que está a un paso de ir camino al altar

Por:Mariana Gil
Weddings

 “Soñamos con formar una familia con valores cristianos, tener hijos y ser felices”, es el proyecto de vida de estos dos jóvenes mendocinos, Gabriela Mendoza (26) y Octavio Aliaga (28), que se conocieron hace cuatro años en la iglesia San Agustín, y están a menos de un mes de prometerse amor eterno. 

Fue Ángeles, la hermana de Gaby, la intermediaria  para que los chicos cruzaran sus caminos,  intercambiaran palabras y las primeras miradas, que marcaron  el inicio de esta historia de amor que nació en esta iglesia de Ciudad.

“Octavio se acercaba a saludar a mi hermana después de las misas,  y luego nosotros nos quedábamos charlando aunque él no se animaba a invitarme a salir. Después de un tiempo, un día me lo encontré  y me invitó para que nos reuniéramos en  una heladería”, relató la flamante novia a días de dar el sí quiero.


Después de 6 semanas y varios encuentros, fue en el casamiento de la prima de Gabriela, cuando los dos salieron a caminar por los alrededores del lugar, del salón de Los Olivos, (el colegio secundario donde había cursado Octavio), quien con la excusa de que ella conociera las instalaciones y contar sus anécdotas, le pidió que fuera su novia.

Para ella fue una gran sorpresa, no se lo esperaba ese día, pero recibió la propuesta con aceptación, emoción y alegría.

“Me gustó de él su sinceridad,  payasadas, compañerismo, sus valores y sus ojos”, todo eso y mucho más conquistaron el corazón de Gaby, quien es maestra de jardín de nivel inicial.

Compartir los mismos principios religiosos, la generosidad, capacidad de estar atenta a los pequeños detalles, y la alegría contagiosa de ella fue lo que despertó el interés de Octavio.

Fue en un restaurante suizo en la montaña, un día de invierno, donde él le propuso de rodillas casamiento. Esperó que no quedara casi un alma en el lugar, ya que no se animaba a hacer tamaña declaración con tanto público, y le pidió a su novia que cerrara los ojos.

 “ Me dijo que me tenía una sorpresa , fue ahí cuando comencé a sospechar algo, luego,  lo encontré arrodillado con el anillo en sus manos pidiéndome matrimonio”, recordó la joven, que en aquel instante dejó una exquisita chocolatada con tostados, para abrazar a su amor.

La pareja es una combinación perfecta, ella es muy activa y enérgica aunque un poco distraída, mientras que él es más tranquilo, paciente y muy alegre.

Por ahora, los jóvenes se ocupan de los preparativos de la boda con ayuda de sus familias, y esperan con mucha ansiedad la nueva etapa, la vida de casados.

Mientras llega el tan esperado día, Gabriela y Octavio disfrutan de salidas al cine, caminatas, y juntadas con amigos.

También se ocupan del recuerdo que guardarán para la eternidad, las fotos. La pareja ya concretó su sesión de fotos previa, en el Manzano Histórico, Tunuyán. Con nieve, mucho frío y el imponente paisaje mendocino. los jovenes se animaron a posar a los ojos del fotógrafo Gustavo Savelli, quien retrató la conexión y amor de los futuros esposos.