Crónicas del subsuelo: París-Texas o la California Argentina
Del proceso de tribalización de las organizaciones de sepelios, cuando la muerte es saturación de noticias y posteos, hemos caído en una extraña sonaja; y en sus ecos que rebotan y repiquetean como en bolas de cristalitos de vidrio espejados en la noche de un local bailable nos miramos deformados con nariz ancha y joroba tirando unos pasos locos. Satánicos, con vasos para psicofármacos diluidos en jarra loca y porros para la ansiedad. Si aflojan las lluvias puede que la cosecha real venga en abril o en mayo porque el aguacero permanente atrasa. No hay uvas ni melones volando por los aires, eso ocurrió en otras épocas donde los kasimires marchaban con caballos mezclados con ambientalistas y policías custodiando el palco del Jaiat donde supo estar el gran Ricky, que si bien no regalaba chocolates ni bombones reconocemos su aporte a la cultura local de la mano del gran Celso. De ahí el poemario casi homérico de Paracelso que ediciones culturales ha puesto en valor junto a la torta de cumpleaños de Kusturica: la vela, el fuego de la vela y atrás un centro cultural ex banco en llamas. Las grúas ya no caen, los techos de los escenarios no vuelan, las canoas de rescate no asisten. Un año de pandemia se festeja a lo grande. De las cifras no hablaremos porque las cifras engañan. Tampoco hablaremos de nada importante porque lo importante es cuestión de subjetividad chipeada y el nuevo diario de la muerte informa a cada segundo de las bajas. No siempre las bajas se cuentan por el virus, las mayores bajas se producen por el desquicio mental sin horizonte de nuevos muertos por nacer. Clasificados. QEPD acompañado de la luna árabe o la estrella de David, la crocce masiva y los ateos que también mueren implorando a un dios descreído. ¿Ahora me venís a pedir perdón?
La oración fúnebre reverbera. Pericles ha travestido su relato de la mano de Tucídides que busca traductor para el nuevo contratexto. Un Nicanor antipoesía clavado en una cruz chilena, o en las cruces, donde pasó un siglo vampírico cercano al puerto. El hombre imaginario. Las balas que retroceden con el virus de Gonzalo Millán y los "poemas de amor" de Idea Vilariño que naufragaron cuando el cajón de Onetti se hundió en el Carmelo y La Banda Oriental de los 33 se hicieron del Lobo del Parque donde se filman las historias de emboscadas. Demasiada luz en el parque para los asesinatos breves. Ya no te llevan el lomo al auto porque el hilito de sangre que cae de las ventanillas les da pavura a los mozos del chiringo de la punta del lago. Flotan un par de amigos allí y las cenizas esparcidas se mecen en el aire antes de su dilución. Patos no hay, solo carpas koi resistiendo a las altas y bajas temperaturas que ni Don Norte podría explicar, tal vez el viejo que escuchaba a la hormigas que ya no está ni en la radio para contarnos si la lluvia despejará la vista que revele el viejo museo donde embalsaman funcionarios.
La cultura es la sonrisa de León Gieco y sus vinos Santaolalla. Y pará de contar. Lesbianos. Fundaciones de músicos con vino propio hacen la etiqueta de Maldoror americano. Un uruguayo confundido por Francia que siempre garpa en el barniz legitimante que cultivó Cortázar, el conquistador. Emigrados que triunfan en París-Texas sin caminar cuatro años por el desierto. En este caso con camionetas jailux de alta gama. Renovados. O como en Duel, la primera de suspenso de Steven Spielberg, donde un hombre escapa en coche de la persecución de un camión hecho humano por las rutas de la California Argentina. Mendoza es ancestralmente la California Argentina para el subdesarrollo. La mariguana se hace legal lentamente de la mano de los negocios y las reglas que impone la ley seca. O como la juventud de peronia que reivindica ahora un espacio ambiental sin memoria de la 7722 que sus jefes intentaron amputar y ahora traen a una diputada nacional de güenosaires para servirnos el té con scones. Como si acá no hubieran entre tanta turba especialistas ambientales. No. Hay que traer de los buenos aires los mandatos sin que sepamos más que lo que se dice en tuiter. Bien ahí, Ambientalismo Falabella para la nueva juventud dorada. Duel. O, el reto a muerte. Suspenso político. Elecciones sin memoria. Pandemia necrofílica. Vigilancia policial de la moral sin armas. Juntapuchos con minería. Plooging, ecología y deporte para un Cerro Arco en los caminos de Isidris. Donde chocan camionetas perseguidas contra garitas sin camión perseguidor. Muerte al pobre. El ragbi reggae sigue sonando.