El homenaje del más común de los hinchas

Palabras futboleras y desde el corazón para despedir al más grande.

El homenaje del más común de los hinchas

Por:Jorge Luis Fernández (*)
MF de la FIDE

Nada se parece a este intenso dolor. Quienes lo vimos jugar sabemos que fue de lejos, el más grande jugador que dio la Argentina. Acaso el mejor de la historia. Jugaba la selección y uno estaba seguro que había que arrancarle una victoria a ese equipo si estaba Diego. Nunca antes y nunca después esa sensación de pertenencia volvió a repetirse.

Podíamos perder, pero estábamos seguros que los nuestros dejaron el alma, las tripas, en la cancha. Y además, esa convicción que si estaba Diego todo era posible, porque de la zurda mágica salían conejos de la galera, pero conejos reales, no trucos. Una escapada, un pase milagroso, un tiro libre, todo era posible. Y llegaba el final y bueno, estabas conforme, porque había seguridad, había convicción, que no se "transaba", con la azul y blanca no se negociaba, porque Diego era eso, puro amor por la camiseta y no se mancha ese orgullo de ser argentino.

En el '90, en una sola pierna, con un tobillo como una pelota, jugó igual. Y su magia estaba intacta. No negoció con la camorra. Lo presionaron, lo amenazaron. Aceptó valiente el desafío, la circunstancia y el destino, porque esa camiseta con los colores del cielo valía más que su vida. Él no pedía pausa con la manito, insultaba a los que se rendían y los empujaba de nuevo a seguir. 

Maradona ha sido el más grande porque además de un genio dotado para el fútbol, fue el más valiente, el hacedor de gloria. Hizo campeones a quienes no lo hubieran logrado sin él, pero que le tenían fe. ¿Cómo no creerle a quien no se resigna? Consciente de sus miserias, de sus limitaciones y las ventajas que daba, se ponía los cortos y era el fútbol personificado. No pidió tregua y no la dio. No hablo del hombre, del personaje fuera de la cancha, sino del jugador inmenso, del que vi jugar. Del orgullo que haya vestido la azul y blanca y que naciera en Villa Fiorito. Que fuera argentino y que acuñara esa frase que lo pinta de cuerpo entero: la pelota no se mancha.

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Descanse Diego, un aficionado que lo admira lo lleva en su corazón y mientras esto suceda, usted sigue vivo y es leyenda.

(*) El autor es bogado. Múltiple Campeón de ajedrez de Mendoza. Profesor y entrenador de ajedrez. Autor de numerosos libros y publicaciones.