Crónicas del subsuelo: La sublevación de las bases peronistas

Cuando no hay conducción clara, cuando el presidente del partido dice una cosa, un par de intendentes otra y otro par lo contrario, luego legisladores que por arriba y a los medios le dicen una cosa y por abajo otra, acción y palabra se ponen en juego.

Crónicas del subsuelo: La sublevación de las bases peronistas

Por:Marcelo Padilla

 La jornada del pasado sábado 17 de octubre de 2020 en plena pandemia en Mendoza quedará registrada en la memoria del militante peronista como una de las gestas épicas que hacía muchos años no se manifestaba. Empiezo desde la épica. Que de la épica se trata cuando hablamos de peronismo subsuelar. Anonimato ardiente que une por partida de nacimiento colectiva aquel 17 de octubre del 45 cuando la plebe salió a las calles a fundar el movimiento más abarcativo e inclusivo de la historia nacional, en la calle. Parido por los ninguneados que pusieron a su líder al frente de la construcción de la Gran Historia del pueblo. No la pequeña historia de personalidades ni figuras calendarizadas en unas efemérides. La Gran Historia que para las burocracias de las múltiples expresiones del peronismo no cuentan. La voz y el canto del pueblo artesano de su destino. Al menos en estas jugadas horas donde la lucha por la orientación del modelo político de construcción está en una severa crisis de representatividad. Hasta el sábado, podríamos arriesgar a pensar, el peronismo en Mendoza vivía de efemérides a través de la jaula que imponen las redes sociales, y que por sus empaquetadas misiones en juegos de ajedrez para cofradías no logra todavía interpelar a la población mendocina. Un peronismo local altamente dividido, aunque las fotos muchas veces intenten mostrar lo contrario, quedó al desnudo por su ineficacia. Una vez más, como en aquella gran pueblada de diciembre de 2019 en la lucha por la defensa de la 7722, la dirigencia peronista miró solo a Buenos Aires y ponderó exclusivamente las "llamadas al orden" del discurso que bajan a través de quienes se arrogan el privilegio de recibir el modelo del diseño comunicacional envasado para solo replicar sin más discusión al interior. Las tribus. Las aldeas peronistas, sean de intendencias o de poderes legislativos, no supieron leer una vez más lo que sus bases vienen reclamando: ser escuchadas, tenidas en cuenta no solo para las elecciones. Y de ello la base social del peronismo pareciera sentirse cansada. Agotada y escéptica por ver a sus dirigentes jugar a tres o cuatro bandas como en el billar. Mientras, por abajo, el desánimo, la decepción ante tantas derrotas electorales consecutivas, once o doce, ya perdimos la cuenta.

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Es que la base peronista ya vivió ese quiebre del romance entre dirigentes y dirigidos. Cuando no hay conducción clara, cuando el presidente del partido dice una cosa, un par de intendentes otra y otro par lo contrario, luego legisladores que por arriba y a los medios le dicen una cosa y por abajo otra, acción y palabra se ponen en juego. Disloque confusional. Y eso es lo que terminó de plasmarse el sábado 17 de octubre, aquí, en la provincia donde el peronismo no gana ni un amistoso. Una dirigencia que prioriza la redes sociales -pareciera ser el método- que obtura la cesión de la palabra para que circule. Compartir, retuitear, selfie. Punto. El que quiere repostea y el que no...que se aguante. La ruptura viene demostrándose, se pavonea, pero la dirigencia no la puede ver, o tal vez no la quiera ver porque no cabría -según este razonamiento- otra explicación. ¿Qué intereses hay para que suceda esto? No lo sabemos, la militancia espontánea tampoco, sin embargo con un envión anímicamente necesario copó las calles de la ciudad de Mendoza construyendo un acto de alegría y fraternidad por abajo que nadie hoy puede arrogarse su conducción. Espontánea, movilizada por un sentimiento de celebración y no de agresión, la caravana de aproximadamente mil autos, motos y bicicletas se hizo sentir en el caluroso sábado previo al día de la madre sobre el cemento que latía al ritmo de bocinas de esperanza. Solo basta repasar las coberturas de los medios locales para ver en sus titulares lo inevitable: la idea de celebración y alegría, la mística que perdió el peronismo local que vino a ser revitalizada por los no convocados a la mesa. El peronista y la peronista comunes. Los que sostienen el factor emocional para establecer economías de amparo ante la desolación.

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El Nudo Vial en la provincia está constituyéndose en un espacio geo localizado de rebelión. El punto tripartito del hito. De varios hitos del campo popular que excede al peronismo. Referencia para decir lo que siente y piensa. El lugar de convocatoria del anonimato social y político que sin recursos ni aparato se instala allí como metáfora del desatar. Nudo, desatar. Cemento. Oleada de Primera Línea que llega desde el pacífico. Viento que se cuela. Zonda. Viento del diablo y paganismo que remueven la épica que no se compra ni se le encarga a una agencia de publicidad.

El Día de la Lealtad en Mendoza se celebró en las calles del Centro

Reza la pared:

¿QUIÉN ES QUIÉN EN ESTE ANONIMATO DE AMOR Y CELEBRACIÓN?

-somos el pueblo.

Marcelo Padilla