Aberrante: los métodos para silenciar a los curas homosexuales en Brasil

Hielo en el pene, exorcismos y miedo, los curas han sido "silenciados" durante generaciones.

Aberrante: los métodos para silenciar a los curas homosexuales en Brasil

Por: Mendoza Post

La BBC News Brasil publicó un extenso informe donde detalla cuestiones referentes a la moralidad sexual y la situación atravesada por diversos sacerdotes de la Iglesia Católica en Brasil.

En este reporte se relata la vida de un sacerdote (nombre ficticio) y los tormentos que atravesó.

Rafael, el cura silenciado

A media noche, en un seminario católico en Sao Paulo, un aspirante al sacerdocio se martirizaba: "¡En nombre de Jesús, demonio de la homosexualidad, sal de mí!".

Acostado en su cama en la habitación que compartía con dos religiosos, Rafael*, quien tenía entonces 20 años, enterró las uñas en las palmas de sus manos hasta sentir dolor y rezó una y otra vez. También, agredió su órgano sexual y lo envolvió en cubitos de hielo.

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En otras ocasiones se había acostado en el suelo frío o quedado bajo una ducha fría hasta el amanecer, rezando y suplicando. "Espíritu enemigo, manifestación del mal. ¡Sal de mí!"

Esas oraciones y los tormentos eran parte de un ritual nocturno que el seminarista llamó "exorcismo de la homosexualidad".

Los métodos

Muchas de las normas de estos claustros de formación existen solo para combatir las "tendencias homosexuales" entre los seminaristas, como recordó el padre Rafael.

En el reporte se relata la vida de un sacerdote con nombre ficticio. 

"Caminar en parejas por los pasillos y los patios por la noche, por ejemplo, no era algo que se viera con buenos ojos. Los dormitorios siempre los compartían tres o cinco seminaristas, nunca dos, ni cuatro. Era una regla que todos entendían: evitar la formación de parejas", dijo el sacerdote.

Las estadísticas de orientación sexual

No hay estadísticas oficiales sobre el número de sacerdotes católicos homosexuales en Brasil. De los 27.000 sacerdotes en el país, no hay uno solo que actualmente ejerza el sacerdocio y haya revelado públicamente su homosexualidad. En Estados Unidos, poco más de 10 han hablado públicamente sobre su orientación sexual.

Sin embargo, curas, educadores del sacerdocio y académicos que hicieron comentarios para este reportaje estiman que, de los hombres en el clero, al menos un 30% son homosexuales.

No hay estadísticas oficiales sobre el número de sacerdotes católicos homosexuales.

Un seminarista dijo al informe que, en su clase de 40 estudiantes en el interior de Sao Paulo, 30 eran homosexuales. Y un investigador que estudia en un monasterio católico en el noreste del país dice que el "90% del clero es gay".

La terapia y la aceptación

El sacerdote Rafael probó a someterse a terapia con un psicólogo designado por la Iglesia, pero la experiencia no fue buena. El psicólogo era experto en "terapia de conversión", la llamada "cura gay".

Meses después, su caso fue remitido a otro sacerdote, un psicólogo que era miembro de una congregación. Esta vez, el enfoque fue diferente.

"La primera frase que le dije fue: 'Reconozco que tengo una tendencia homosexual, pero no la acepto'. Y lo primero que él me dijo fue: 'Pero ¿cómo serás feliz si no te aceptas a ti mismo?'".

El sacerdote realizó la "terapia de conversión", llamada "cura gay".

"Fue en aquel momento que empecé a entender. Me di cuenta de mis mecanismos, cómo barría todo debajo de la alfombra, el problema de no hablar de cómo me sentía... Y comencé a aceptarme a mí mismo".

Este sacerdote psicólogo que lo ayudó le dijo que había visto a docenas de religiosos con ansiedades similares.

Rafael conoció entonces otro aspecto del armario católico: entre los sacerdotes no es ningún secreto. Todo el mundo sabe de la existencia de homosexuales en el clero; el punto es que no se puede hablar públicamente de ello, dice. "Es la definición misma de tabú", precisó el cura.

Curas gays y la visión del Vaticano

En 2013, al responder una pregunta sobre la influencia de los sacerdotes gay en el Vaticano, el papa Francisco dijo su famosa frase, "¿Quién soy yo para juzgar?", algo que llenó de esperanza a los católicos LGBT.

La polémica en torno a la frase del papa, "¿Quién soy yo para juzgar?".

Al año siguiente, el Papa hizo una referencia directa a los "dones y cualidades" de los homosexuales y preguntó si la Iglesia los "podría acoger".

En manifestaciones posteriores sobre el clero gay, el propio Papa pareció volverse más crítico. Dijo, en mayo de 2018, que la homosexualidad está "de moda" y que "es mejor que abandonen el sacerdocio que continuar viviendo una doble vida".

Finalmente, en una nueva apertura, Francisco recibió al sacerdote jesuita James Martin, un defensor de la causa gay entre los sacerdotes. La reunión fue vista como una nueva señal de apoyo del pontífice para dar la bienvenida a los homosexuales.

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