María Julia nació con 25 semanas de gestación y pesaba 750 gramos. Recibió el alta en una emotiva ceremonia.
La heroína mendocina que pesaba menos de un kilo al nacer y recibió el alta
Un momento muy conmovedor se vivió en el Hospital Santa Isabel de Hungría cuando una bebita recibió el alta luego de haber permanecido 12 semanas en neonatología.
María Julia nació en dicho nosocomio con sólo 25 semanas de gestación. Su mamá, Cecilia, fue internada durante el embarazo con una infección en el riñón y luego de varias semanas con mucha fiebre, los médicos decidieron practicar la cesárea porque de otra manera la vida de ambas estaba seriamente comprometida.
Al momento de la intervención, el 1 de junio de este año, María Julia salió de la panza pesando tan sólo 750 gramos. Entre los profesionales del hospital, el acompañamiento permanente de la madre y la lucha diaria de la propia bebé, María Julia finalmente fue dada de alta y conoció su hogar.
La ceremonia fue muy emocionante ya que la Jefa de Enfermería Neonatal, Analía Hidalgo, leyó con una máscara de superhéroe una carta en presencia de la madre, donde relató la larga lucha a la que se sometieron todos los protagonistas para que la historia tuviera un final feliz.
Al momento de presentar a María Julia en sociedad la coordinadora de terapia intensiva de neo, la Doctora Cintia Ezquer, apareció con la bebita vestida de heroína, con un trajecito de superhéroe. Así llegó volando a los brazos de su madre mientras todos lloraban de alegría.
Del proceso de recuperación y rehabilitación de la bebita también participaron la doctora Alma Philips (quien es jefa del servicio de Neonatología del hospital y quien también participó en el armado de la sorpresa a la mamá); por todo el equipo de neonatología (conformado por médicos y enfermeros) y por fonoaudiología, kinesiología y el equipo de nutrición del Santa Isabel.
De acuerdo a la publicación en Instagram del Hospital Santa Isabel de Hungría, María Julio dejó la internación con 37 semanas de edad gestacional pesando 2,3 kilos.
El mismo posteo detalla que la pequeña tuvo varias complicaciones, pero que las pudo ir superando a todas. Recibió oxigenación meticulosamente controlada, para no dañar sus pulmones ni su retina. También, fue asistida nutricionalmente con la leche de su mamá, con leche donada del banco de leche humana del hospital y con alimentación parenteral, hasta que comenzó a tolerar otros tipos de leche.