El "grietazo" de Alberto Fernández

El presidente dijo que Macri le recomendó dejar a morir a la gente pero que no decretase una cuarentena. También, que con pandemia y todo, el país está mejor que con el ex presidente PRO. Las reacciones. Los ecos de la marcha. Las reformas con sello K. Los por qué.

El "grietazo" de Alberto Fernández

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Alberto Fernández decidió ayer un camino de enfrentamiento con la oposición y de radicalización del discurso oficial, recalentando la grieta al máximo y generando una fuerte controversia con los líderes de Juntos por el Cambio, luego de haber dicho en el medio oficialista Radio 10 que "A la Argentina le fue mejor con el coronavirus que con el gobierno de Macri". A la vez, reveló que el ex presidente le pidió "no dictar la cuarentena..." y que "se mueran los que se tengan que morir..." Las frases del presidente acarrearon airadas respuestas de dirigentes de Juntos por el Cambio, entre ellos Patricia Bullrich -presidenta del PRO- y el ex gobernador mendocino Alfredo Cornejo, titular de la UCR. No fue Macri el único destinatario de los dardos del presidente. También le dedicó una frase hiriente al ex senador mendocino Ernesto Sanz, uno de los "fundadores" de la antigua versión de Cambiemos junto a Elisa Carrió y el propio Macri, antes de los comicios de 2015. "Era mejor cuando estaba callado... que se siga dedicando a los negocios..." disparó el presidente.

Alberto Fernández no pronunció ninguna de estas frases con enojo. Lo hizo con el tono cuidado y docente que suele usar en sus disertaciones de cuarentena cada 15 o 20 días, al presentar cifras y anunciar medidas de claustro para la población y cierre de la economía, salvo excepciones en varias provincias entre ellas Mendoza. Entonces... ¿Por qué el presidente eligió el camino de la grieta que tanto critica? Puede que aún esté enojado por los miles de argentinos que marcharon el #17A contra la reforma judicial, la impunidad, y muchos, en contra de la cuarentena eterna. Los militantes kirchneristas defienden con tal fervor el encierro, que generan sospechas en aquel 41 % que no votó a este gobierno. ¿Para qué estamos todos encerrados, sin poder ver a nuestras familias, si los casos siguen creciendo y cada vez más personas deben cerrar comercios y empresas, o pierden su trabajo por la cuarentena?

Las opiniones radicalizadas, virulentas, generan anticuerpos más activos. En la semana que pasó, cuando se supo que el senador Oscar Parrilli había hecho incluir una cláusula en la reforma judicial que habilitaría a la "censura previa" o a la persecución de medios y periodistas, un conocido empresario mendocino de experiencia internacional envió un mensaje mientras se desarrollaba el debate en nuestro programa Te Digo lo que Pienso, por Radio Nihuil: "...esto es el plan de Cuba que implementaron en Venezuela. Eliminar la justicia independiente, eliminar los medios, controlar el futuro económico de la gente a través del Estado, que se vayan todos los que quieran del país que son los complicados, y generar miedo a la población con policías y ejército afín... Es plan cubano de libro (...) tampoco se lo creyeron los cubanos, al principio, ni los venezolanos" escribió.

Cuando el gobierno nacional se radicaliza, parece retomar la agenda kirchnerista de 2011, aquella que "iba por todo" con Cristina presidenta. La reforma judicial que el cristinismo empuja con fuerza, al punto de obtener un dictamen que ni los senadores firmantes del oficialismo pudieron leer en ese momento, necesita de votos externos al peronismo para avanzar. Pero la "cláusula Parrilli" contra los medios puso en guardia a los cuatro diputados del bloque Córdoba Federal que responden al gobernador Juan Schiaretti, a una diputada del bloque que conduce el diputado mendocino de Protectora, José Luis Ramón, aliado del kirchnerismo, y a los tres diputados lavagnistas de Consenso Federal. En los últimos días, todos ellos han estado manifestando el rechazo a la reforma judicial, que tampoco cuenta con apoyo alguno en Juntos por el Cambio. La principal oposición lo considera un atropello a la justicia, como parte de un plan de venganza e impunidad que atribuyen a Cristina.

Vicepresidenta Cristina Fernández.

Al final del día, el gobierno nacional se está embarcando en una guerra parecida a aquella por la 125 en 2008 contra el campo. Y aun así brinda muestras de poco apego al republicanismo, y se ensaña con el presidente anterior.

El DNU que declara servicio público a la telefonía móvil, Internet, y la TV paga se conoció el viernes pasado. Además, Alberto Fernández decretó el congelamiento de las tarifas. Lo que se hizo, en definitiva, es intervenir de lleno en las decisiones de costos, beneficios, y niveles de inversión en uno de los pocos sectores del país que había crecido en los últimos años, como la cobertura 4G, por ejemplo. Este decreto generó el rechazo de las prestadoras que recurrirían a la Justicia hoy. Es cierto que aumentar tarifas en medio de la pandemia es un problema. Pero no era necesaria la virtual intervención de los contratos entre privados. El periodista Horacio Verbitsky, de habitual buena sintonía con el kirchnerismo, dijo que el DNU que interviene en los precios de todos los negocios de Clarín salvo el diario, fue una reacción oficial a una compra de dólares por parte de Telecom, que hizo subir el precio la divisa norteamericana. Todo es guerra. Entonces, el gobierno está acumulando la reforma judicial, la enmienda contra los medios, y ahora la intervención del mercado de las telecomunicaciones, el entretenimiento, y las noticias en medio de una pandemia y un "parate" fenomenal de la economía. Antes debió archivar el proyecto de expropiación de Vicentín. ¿Qué agenda es esa? ¿Qué problemas resuelve de un país que no crece desde 2008?

La oposición hizo fila ayer para responderle al presidente por la comparación que hizo del gobierno de Macri con el coronavirus, argumento que Alberto Fernández ya había expuesto alguna vez. Pero nada dijeron de la supuesta propuesta del ex presidente a su sucesor de "dejar morir al que tenga que morirse". Fue una revelación demasiado brutal, como para dar opiniones. Macri no ha respondido aún.

Nadie podría argumentar sin otra herramienta que la especulación, por qué Alberto decidió agigantar la grieta luego del #17A y a las vísperas de otra movilización al Congreso, este miércoles, salvo que casi nada sale como habría deseado. El acuerdo por la deuda no frenó el dólar, se conoció otra caída de la economía por efecto de la pandemia a índices muy preocupantes (-16 % respecto del año anterior), no puede imponer la reforma judicial que le pide Cristina, medios y periodistas independientes han saltado por los aires por la "cláusula Parrilli", los casos de coronavirus siguen subiendo, y la gente no sólo no se queda en su casa sino que o bien protesta, o participa de todo tipo de reuniones ilegales. Tal vez los contratiempos y las criticas agotaron la paciencia del presidente.

Un detalle del #17A en Mendoza.

En medio de la grieta, anoche el titular de la UCR Alfredo Cornejo dio algunas frases razonables en América TV. "Este país no crece desde 2010... el PBI de este año será como el de 2008... es decir, que producimos la misma riqueza con un par de millones de personas más. A este gobierno le va mal en la economía, porque heredó una mala situación. Pero que no fue solo de Macri, sino que los problemas vienen desde antes... con una moneda desvalorizada... caída de empleo... todo lo que sabemos. La única manera de salir adelante es con un gran acuerdo. Con un buen acuerdo sobre medidas económicas entre un buen gobierno, y una buena oposición. Sobre la base del equilibrio fiscal, la valorización de nuestra moneda, el respeto a las inversiones, y muchas medidas que se pueden acordar. Pero debe ser sobre la base de acuerdos... y no de desacuerdos..." afirmó.

Palabras sensatas luego de días de estridencia política de todos lados.

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